210. Sierra de Las Mamblas entre Mecerreyes y Cuevas de San Clemente
near Mecerreyes, Castilla y León (España)
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Itinerary description
📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 49 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' (en el límite de 'Media') para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 396 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Mirando al cielo…. Que llueva, pero...
Llevábamos varias semanas con sol y nubes por la mañana y tormentas con algún chaparrón local por las tardes. Hacía falta agua. Eran ya fechas de última oportunidad para los campos.
No pedíamos mucho para hacer una escapada al monte: cuatro horas (‘si puede ser’, de 8 am a 12 h) en las que no llueva. Si no es con cielo despejado, aceptamos nublado o con niebla.
Habría sido un exceso por nuestra parte pedir también que no hubiera llovido (antes) fuerte, para que no hubiera mucho barro. Hoy día, puestos a pedir, sin dar nada a cambio….
Pues, no. No nos portaríamos como mimados. Para lo del barro, bastaba con poner algo de cabeza: elegir rutas por zonas altas, donde el agua no se hubiera acumulado.
Habíamos hecho dos rutas hacía algún tiempo por el oeste de la sierra de Las Mamblas, por ‘zonas altas’ ([1] y [2]). Ambas nos habían gustado.
[1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cuevas-de-san-clemente-camino-del-cid-106396755
[2] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/mambla-de-las-penas-amarillas-86186941
En medio de las dos, quedaba, suponíamos, un área igualmente aprovechable.
Para esa franja de sierra ondulada de medianías, había previsión de sol o sol y nubes por la mañana. Alguna posible tormenta por la tarde, bastante tarde. Todo encajaba.
--“Allí vamos. ¡Vamos!”.
LA RUTA
Nos apoyamos en la guía de ‘Ledanias’ https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cuevas-de-san-clemente-mecerreyes-127788572 . Introdujimos varios cambios; más que nada, para evitar redundancias con nuestras dos rutas hermanas previas ([1] y [2]).
Además, iniciamos y terminamos el recorrido en Mecerreyes, en lugar de Cuevas de San Clemente. Así abordaríamos el ascenso más largo (km 0 a 4,5) al principio.
Dicho ascenso se hace por caminos y cameras. Buscando la anunciada (en un cartel) ‘Cueva de los murciélagos’, hicimos algo de monte a través, fácil (km 2,6 a 3,1). Fuimos incapaces de localizarla.
Una vez en lo alto de la alineación de Las Mamblas, aquí de modesta elevación, nos movemos cerca del borde, con pequeños tirones y frenadas de sube y baja hasta el km 7,1. Por terreno en aceptables condiciones para caminar.
En el descenso del km 7,1 al 8,4, el terreno se vuelve irregular, incómodo. Sin descanso (bajando no se descansa allí), giramos para subir de nuevo. Nos espera una larga marcha hasta la dehesa (km 12,1).
Se puede hacer larga esa travesía, al ir siempre dentro de un bosque de encinas bastante uniforme y sin horizontes. Para aliviarlo, es posible salirse transitoriamente del ‘encierro’ del camino, por senderos interiores.
En la dehesa (km 12,1 a 12,8) el paisaje se expande. Aparecen las sierras del este y sureste, y los campos coloreados. La propia dehesa de grandes encinas y el suelo aterciopelado crean un entorno más amistoso y variado. Hasta el final en Mecerreyes.
Habíamos salido por el ‘Camino de las Bodegas’ y hemos vuelto por el (otro) ‘Camino de las Bodegas’. Viñas no vimos; bodegas, numerosas y aparentemente bien preparadas para disfrutar de los placeres del vino y la comida (fogones, etc.).
Posibles Dificultades:
No las hay de importancia. Tampoco las hubo en relación con la lluvia. Había en algunos puntos escorrentías recientes, con arrastre de tierra, pero nada de barro.
Las demandas físicas son bajas. El ascenso principal (hasta el km 4,5) es paulatino; apenas se nota. El resto son rampas más pronunciadas, pero cortas. Es la bajada (km 8) donde pies y piernas se resienten más, por suelo pedregoso y resbaladizo.
La orientación no es compleja, pero en el monte hay muchos caminos. Para elegir los correctos, conviene disponer de una guía. En algún punto (km 11) hay que hacer un giro brusco en escuadra, a la izquierda, por un sendero no evidente.
DESTACADO
Dejo parte de lo más Destacado para la Anécdota (debajo), por la gratísima sorpresa que supuso cuando ya se nos acababa la ruta. Allí, algún impulso desconocido nos llevó a dejar a un lado el camino marcado. Recibimos entonces la mayor recompensa del trayecto.
(1) El Bosque:
Durante muchos kilómetros, nos movemos por dentro de un extenso bosque; y, cuando no, lo bordeamos. Está poblado mayoritariamente por encinas, generalmente apretadas. En alguna zona, sin embargo, forman dehesas con grandes ejemplares.
Si te gustan las encinas, vas a flipar. Permítaseme la expresión coloquial (la R.A.E. lo admite ‘todo’ hoy día). En su segunda acepción: “Estar o quedar maravillado o admirado (por algo)”. (La primera es: “Estar bajo los efectos de una droga”; que no era el caso).
Pero, si no eres un fan entusiasta de las encinas, habrá tramos del recorrido en los que echarás en falta algo más de variedad…. Es verdad que también hay, salpicados, enebros, sabinas y algún reducto de pinos.
El ‘problema’ con todas ellas y ellos es su invariable vestimenta de pálido verde. No cambian de traje. Cuando llueve, se lo lavan puesto y siguen. La ventaja es que puedes disfrutarlos por igual todo el año; y sea con sol o sin él.
(2) Los Paisajes:
Aunque más de la mitad del trayecto lo hacemos por bosque bastante cerrado, los primeros y los últimos km, así como los que recorremos por el borde superior de Las Mamblas, nos ofrecen espacios abiertos. Desde éstos tenemos bonitas vistas.
Entre ellas destaca, cercana, por el este, El Castillejo, con su característico pezón rocoso. El de los ‘cabrones’. Sin ánimo de ofender. En dos ocasiones previas ([2] y [3]), habíamos visto allí un pequeño rebaño de cabras con varios machos cabríos muy territoriales y hostiles.
[3] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/mambla-de-la-muela-93340551
Por el norte se elevan las sierras de Peñalara, de Casarejo, y de Mencilla. Hacia el sureste se alcanza a ver recortada la sierra de Carazo y las nítidas siluetas de las de Cervera y Tejada.
(3) Mecerreyes:
En el pueblo de Cuevas de San Clemente entramos y callejeamos en una ocasión anterior (ver [1]). En ésta sólo lo contemplamos desde arriba. A vista de pájaro, da impresión de armonía. Por dentro, en aquella ocasión, también destacamos aspectos de interés.
Sobre Mecerreyes, indica el INE que en 2022 tenía sólo 194 habitantes. Digo ‘sólo’ porque parece mucho mayor en tamaño. También sobresale por su bien cuidada fisonomía (edificios, calles, arte popular al aire libre, monumentos, bodegas, etc.).
Quizá su tamaño le viene de cuando, en los años 60 del siglo XX, y ya desde mucho antes, superaba los mil habitantes. En cualquier caso, su excelente aspecto seguro que se debe al buen hacer de sus vecinos en la actualidad.
ANÉCDOTA
Las dos rutas previas ([1] y [2]) entre las cuales se sitúa geográficamente ésta nos habían ilusionado. Esperábamos encontrar ahora una atractiva combinación de campos y monte.
Los campos lucirían sus galas primaverales. Los montes, más discretos, aportarían contraste. El cielo azul y el día luminoso abrillantarían, sacarían los colores a unos y otros.
¿Qué encontramos a lo largo del recorrido?
Campos apenas habíamos visto durante los primeros 13 km. Cerca, sólo al principio. O sólo ‘allá abajo’, lejos, en la hondonada por la que discurre la carretera Burgos-Soria. Pero nada que se pudiera palpar.
Sobre los montes, el perenne verde apagado de las encinas, más algunos enebros, sabinas, y pinos, igualmente comedidos por naturaleza, terminaba resultando monótono. Para ellos, nunca es primavera.
Además, en los 4 últimos km (del 8,4 al 12,1) habíamos ido confinados en un bosque homogéneo, algo cansino, y por un camino áspero. Sin alicientes visuales. …Y no habíamos llevado zancos (para ver por encima).
Estábamos llegando al final. Íbamos, pues, cabizbajos por causa de las expectativas un tanto frustradas. Es el riesgo de las altas expectativas previas. Alientan y mueven antes, pero después se creen con derecho a exigir.
De pronto, decidimos salirnos del camino, que se hundía algo encogido. Nos abrimos a campo abierto. Algo cambió en el entorno. Primero, en el km 12, una dehesa con grandes encinas de copa redondeada transforma radicalmente el tipo de monte.
Un poco después aparecieron los campos y sus colores. Plantas silvestres variadas: verdes, amarillas, blancas, violetas y, sobre todo, rojas…. ¡Nuestras amapolas! La cámara de fotos ‘echaba humo’. ¡Con tantas esperanzas contenidas hasta allí…!
Finalmente, otra gran sorpresa: un campo de lavanda. Sus simétricos surcos e hileras trasmitían orden y equilibrio. Aportaban una bella perspectiva de infinitud sobre el paisaje. ¡Si encima llegan a estar floridos…! (aún no era su hora).
--“Hemos ‘salvado los muebles’…”, nos dijimos. Y con nota. Eso elevó los ánimos y, retrospectivamente, nos cambió los filtros para juzgar los kilómetros previos con mejores ojos.
(‘Hasta el rabo, todo es toro’, diría el castizo).
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 49 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' (en el límite de 'Media') para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 396 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Mirando al cielo…. Que llueva, pero...
Llevábamos varias semanas con sol y nubes por la mañana y tormentas con algún chaparrón local por las tardes. Hacía falta agua. Eran ya fechas de última oportunidad para los campos.
No pedíamos mucho para hacer una escapada al monte: cuatro horas (‘si puede ser’, de 8 am a 12 h) en las que no llueva. Si no es con cielo despejado, aceptamos nublado o con niebla.
Habría sido un exceso por nuestra parte pedir también que no hubiera llovido (antes) fuerte, para que no hubiera mucho barro. Hoy día, puestos a pedir, sin dar nada a cambio….
Pues, no. No nos portaríamos como mimados. Para lo del barro, bastaba con poner algo de cabeza: elegir rutas por zonas altas, donde el agua no se hubiera acumulado.
Habíamos hecho dos rutas hacía algún tiempo por el oeste de la sierra de Las Mamblas, por ‘zonas altas’ ([1] y [2]). Ambas nos habían gustado.
[1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cuevas-de-san-clemente-camino-del-cid-106396755
[2] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/mambla-de-las-penas-amarillas-86186941
En medio de las dos, quedaba, suponíamos, un área igualmente aprovechable.
Para esa franja de sierra ondulada de medianías, había previsión de sol o sol y nubes por la mañana. Alguna posible tormenta por la tarde, bastante tarde. Todo encajaba.
--“Allí vamos. ¡Vamos!”.
LA RUTA
Nos apoyamos en la guía de ‘Ledanias’ https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cuevas-de-san-clemente-mecerreyes-127788572 . Introdujimos varios cambios; más que nada, para evitar redundancias con nuestras dos rutas hermanas previas ([1] y [2]).
Además, iniciamos y terminamos el recorrido en Mecerreyes, en lugar de Cuevas de San Clemente. Así abordaríamos el ascenso más largo (km 0 a 4,5) al principio.
Dicho ascenso se hace por caminos y cameras. Buscando la anunciada (en un cartel) ‘Cueva de los murciélagos’, hicimos algo de monte a través, fácil (km 2,6 a 3,1). Fuimos incapaces de localizarla.
Una vez en lo alto de la alineación de Las Mamblas, aquí de modesta elevación, nos movemos cerca del borde, con pequeños tirones y frenadas de sube y baja hasta el km 7,1. Por terreno en aceptables condiciones para caminar.
En el descenso del km 7,1 al 8,4, el terreno se vuelve irregular, incómodo. Sin descanso (bajando no se descansa allí), giramos para subir de nuevo. Nos espera una larga marcha hasta la dehesa (km 12,1).
Se puede hacer larga esa travesía, al ir siempre dentro de un bosque de encinas bastante uniforme y sin horizontes. Para aliviarlo, es posible salirse transitoriamente del ‘encierro’ del camino, por senderos interiores.
En la dehesa (km 12,1 a 12,8) el paisaje se expande. Aparecen las sierras del este y sureste, y los campos coloreados. La propia dehesa de grandes encinas y el suelo aterciopelado crean un entorno más amistoso y variado. Hasta el final en Mecerreyes.
Habíamos salido por el ‘Camino de las Bodegas’ y hemos vuelto por el (otro) ‘Camino de las Bodegas’. Viñas no vimos; bodegas, numerosas y aparentemente bien preparadas para disfrutar de los placeres del vino y la comida (fogones, etc.).
Posibles Dificultades:
No las hay de importancia. Tampoco las hubo en relación con la lluvia. Había en algunos puntos escorrentías recientes, con arrastre de tierra, pero nada de barro.
Las demandas físicas son bajas. El ascenso principal (hasta el km 4,5) es paulatino; apenas se nota. El resto son rampas más pronunciadas, pero cortas. Es la bajada (km 8) donde pies y piernas se resienten más, por suelo pedregoso y resbaladizo.
La orientación no es compleja, pero en el monte hay muchos caminos. Para elegir los correctos, conviene disponer de una guía. En algún punto (km 11) hay que hacer un giro brusco en escuadra, a la izquierda, por un sendero no evidente.
DESTACADO
Dejo parte de lo más Destacado para la Anécdota (debajo), por la gratísima sorpresa que supuso cuando ya se nos acababa la ruta. Allí, algún impulso desconocido nos llevó a dejar a un lado el camino marcado. Recibimos entonces la mayor recompensa del trayecto.
(1) El Bosque:
Durante muchos kilómetros, nos movemos por dentro de un extenso bosque; y, cuando no, lo bordeamos. Está poblado mayoritariamente por encinas, generalmente apretadas. En alguna zona, sin embargo, forman dehesas con grandes ejemplares.
Si te gustan las encinas, vas a flipar. Permítaseme la expresión coloquial (la R.A.E. lo admite ‘todo’ hoy día). En su segunda acepción: “Estar o quedar maravillado o admirado (por algo)”. (La primera es: “Estar bajo los efectos de una droga”; que no era el caso).
Pero, si no eres un fan entusiasta de las encinas, habrá tramos del recorrido en los que echarás en falta algo más de variedad…. Es verdad que también hay, salpicados, enebros, sabinas y algún reducto de pinos.
El ‘problema’ con todas ellas y ellos es su invariable vestimenta de pálido verde. No cambian de traje. Cuando llueve, se lo lavan puesto y siguen. La ventaja es que puedes disfrutarlos por igual todo el año; y sea con sol o sin él.
(2) Los Paisajes:
Aunque más de la mitad del trayecto lo hacemos por bosque bastante cerrado, los primeros y los últimos km, así como los que recorremos por el borde superior de Las Mamblas, nos ofrecen espacios abiertos. Desde éstos tenemos bonitas vistas.
Entre ellas destaca, cercana, por el este, El Castillejo, con su característico pezón rocoso. El de los ‘cabrones’. Sin ánimo de ofender. En dos ocasiones previas ([2] y [3]), habíamos visto allí un pequeño rebaño de cabras con varios machos cabríos muy territoriales y hostiles.
[3] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/mambla-de-la-muela-93340551
Por el norte se elevan las sierras de Peñalara, de Casarejo, y de Mencilla. Hacia el sureste se alcanza a ver recortada la sierra de Carazo y las nítidas siluetas de las de Cervera y Tejada.
(3) Mecerreyes:
En el pueblo de Cuevas de San Clemente entramos y callejeamos en una ocasión anterior (ver [1]). En ésta sólo lo contemplamos desde arriba. A vista de pájaro, da impresión de armonía. Por dentro, en aquella ocasión, también destacamos aspectos de interés.
Sobre Mecerreyes, indica el INE que en 2022 tenía sólo 194 habitantes. Digo ‘sólo’ porque parece mucho mayor en tamaño. También sobresale por su bien cuidada fisonomía (edificios, calles, arte popular al aire libre, monumentos, bodegas, etc.).
Quizá su tamaño le viene de cuando, en los años 60 del siglo XX, y ya desde mucho antes, superaba los mil habitantes. En cualquier caso, su excelente aspecto seguro que se debe al buen hacer de sus vecinos en la actualidad.
ANÉCDOTA
Las dos rutas previas ([1] y [2]) entre las cuales se sitúa geográficamente ésta nos habían ilusionado. Esperábamos encontrar ahora una atractiva combinación de campos y monte.
Los campos lucirían sus galas primaverales. Los montes, más discretos, aportarían contraste. El cielo azul y el día luminoso abrillantarían, sacarían los colores a unos y otros.
¿Qué encontramos a lo largo del recorrido?
Campos apenas habíamos visto durante los primeros 13 km. Cerca, sólo al principio. O sólo ‘allá abajo’, lejos, en la hondonada por la que discurre la carretera Burgos-Soria. Pero nada que se pudiera palpar.
Sobre los montes, el perenne verde apagado de las encinas, más algunos enebros, sabinas, y pinos, igualmente comedidos por naturaleza, terminaba resultando monótono. Para ellos, nunca es primavera.
Además, en los 4 últimos km (del 8,4 al 12,1) habíamos ido confinados en un bosque homogéneo, algo cansino, y por un camino áspero. Sin alicientes visuales. …Y no habíamos llevado zancos (para ver por encima).
Estábamos llegando al final. Íbamos, pues, cabizbajos por causa de las expectativas un tanto frustradas. Es el riesgo de las altas expectativas previas. Alientan y mueven antes, pero después se creen con derecho a exigir.
De pronto, decidimos salirnos del camino, que se hundía algo encogido. Nos abrimos a campo abierto. Algo cambió en el entorno. Primero, en el km 12, una dehesa con grandes encinas de copa redondeada transforma radicalmente el tipo de monte.
Un poco después aparecieron los campos y sus colores. Plantas silvestres variadas: verdes, amarillas, blancas, violetas y, sobre todo, rojas…. ¡Nuestras amapolas! La cámara de fotos ‘echaba humo’. ¡Con tantas esperanzas contenidas hasta allí…!
Finalmente, otra gran sorpresa: un campo de lavanda. Sus simétricos surcos e hileras trasmitían orden y equilibrio. Aportaban una bella perspectiva de infinitud sobre el paisaje. ¡Si encima llegan a estar floridos…! (aún no era su hora).
--“Hemos ‘salvado los muebles’…”, nos dijimos. Y con nota. Eso elevó los ánimos y, retrospectivamente, nos cambió los filtros para juzgar los kilómetros previos con mejores ojos.
(‘Hasta el rabo, todo es toro’, diría el castizo).
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