Sierra de las Pansas con vértice geodésico (Yecla)

Cuando me propuse visitar todos los vértices geodésicos de la Región de Murcia lo hice, sobre todo, para descubrir lugares que no conocía y a los que probablemente no iría de otro modo. Probablemente no sea el caso de la Sierra de las Pansas, ya que el ayuntamiento de Yecla propone una ruta por aquí y seguramente habría venido antes o después.

Sea como sea, ha resultado una verdadera sorpresa. La ruta me ha parecido preciosa en su práctica totalidad.

Al pasar el km 13 de la carretera del Carche sale a la derecha un camino de tierra con indicaciones de la Sierra del Carche. Entramos y dejamos el coche en un ensanche, aunque se puede avanzar un kilómetro desde donde yo aparqué y ahorrar casi dos kilómetros a pie.

No importa, el camino es agradable. Llegaremos a la Casa de las Sanguijuelas, vallada, en cuyo exterior hay un pozo con un curioso lavadero adyacente cerrado. A pocos metros a la derecha un cartel indica hacia la Fuente de las Sanguijuelas, pero nosotros debemos tomar el camino de enfrente, a la izquierda según caminamos. Es un camino menor entre almendros que atraviesa el Barranco del Saltaor.

Al otro lado caminamos entre viejas terrazas de viejos almendros, la mayoría muertos. Estamos en la umbría de la sierra, y este tramo es prácticamente en llano o con un ascenso casi imperceptible que nos va introduciendo en terreno de monte.

A la izquierda se abre un extenso valle. Estamos en los límites municipales de Yecla y Jumilla, puro Altiplano. Si tenéis buena vista distinguiréis un caserío relativamente cercano con una imponente ermita. Son las Casas de la Ermita, y la que veis es la Ermita del Carche, un verdadero tesoro.

Nuestra senda va adentrándose en el pinar. No llega un rayo de sol a esta zona con buena vegetación. La pendiente se hace patente, pero sigue siendo suave y caminamos muy a gusto un rato, hasta llegar a la Fuente de las Pansas. Se trata de una explanada en la que hay un nacimiento de agua y dos bebederos. Más abajo se conducía el agua hasta una pequeña balsa, y muy cerca encontramos las ruinas de una casa a la que me acerco. Algo más abajo el camino llega a unas ruinas mayores, las de la antigua Venta Pelavivos (la toponimia es la octava maravilla), pero no llego hasta allí porque hay algún coche aparcado y no dejo de escuchar tiros.

Retomo el sendero, y ahora sí se encabrita. Casi de golpe empieza una subida que apenas da tregua, con algunos puntos donde está realmente empinado. No tiene ninguna dificultad técnica, pero vamos a hacer méritos para el almuerzo.

Atravesamos un cortafuegos y la senda hace un giro para desembocar de nuevo en él, ya casi en la cumbre. Hemos salido a un camino que tomamos a la izquierda y que conduce hasta el vértice geodésico. Todo esto ya es prácticamente llanear.

Una parada en el vértice para pegar un trago de agua, recrearnos con las vistas, que ahora también tenemos hacia la vertiente sur, y desandar hasta el cortafuegos.

Aquí ya no volvemos por la senda de subida, sino que continuamos por el camino. Hacemos una primera curva a la izquierda, pero en la segunda lo abandonaremos yendo por un camino menor que sale a la derecha.

Este tramo es también bellísimo, entre pinos, coscoja y grandes rocas. El camino se convierte en un sendero que hace que volvamos a intimar con la sierra. Al frente a la izquierda tenemos la Sierra del Carche, pero no tardamos en perderla de vista porque la senda nos devuelve al interior.

Descendemos prolongadamente, con algún paso aislado algo más abrupto, pero siempre fácil.

Finalmente salimos a la solana y comienza un tramo de bajada más picado y con piedra suelta. Aun así se desciende sin complicaciones, este descenso es menos pronunciado que la subida que hicimos.

La panorámica del Carche es magnífica, y cuando me detengo para admirarla me doy cuenta de que el silencio es absoluto. No se escucha ni viento, ni zumbidos, ni aves ni gente. Es casi desconcertante.

Seguimos bajando sin tregua y tocamos terreno labrado poco antes de salir a un camino siguiendo a la derecha. Vamos paralelos a un barranco sin nombre que acabaremos por cruzar más adelante, aunque no cuando lo haga este camino, sino justo después.

El siguiente trecho es de aproximación al profundo Barranco del Saltaor, y para llegar a él deberemos descender por un tosco sendero que zigzaguea bajo unas grandes rocas. Otra gozada pasear por aquí.

Al fin vadeamos el barranco, que divide las sierras del Carche y de las Pansas. Ahora vamos andando sobre el barranco, que queda a nuestra derecha, y en un par de minutos salimos a una explanada donde un cartel informa del exigente PR 2 de Jumilla, que desde aquí atraviesa la Sierra del Carche por su umbría hasta las Casas de la Rosa. Esta ruta son 8 kms de ida, más de 600 metros de desnivel positivo y más de 500 de desnivel negativo. La realicé a mitad de 2021 y es muy bonita.

En cuanto a la ruta de hoy, ya está prácticamente liquidada: tomamos la pista forestal a la derecha, que en una cómoda bajada nos devuelve a la Casa de las Sanguijuelas en pocos minutos.