Sierra de los Villares, cuerda y arista, al completo

24/10/2019
Ruta realizada en solitario

HISTORIA DE LA ZONA (Según informe CARM - Región de Murcia Digital).

Los relieves que vistamos formaban parte de la placa de Alborán, que colisionó con la placa Ibérica hace unos 15 millones de años. En esta colisión está el origen de las alineaciones montañosas que veremos, pero desde la colisión los relieves han experimentado sucesivas elevaciones, procesos erosivos y hundimientos relacionados con ascensos y descensos que ha experimento el nivel del mar Mediterráneo, en los últimos millones de años y la colmatación de la cuenca marina por sedimentos.

Los relieves están constituidos por formaciones rocosas marinas y continentales, que se originaron tras la colisión de estas placas tectónicas, que yacen sobre rocas mucho más antiguas, con edades superiores a los 225 millones de años. Son yesos recristalizados, areniscas silíceas, pizarras, filitas, esquistos, cuarcitas y dolomías, que pueden observarse en diversas partes de la Sierra de Carrascoy y El Valle. Son rocas sedimentarias y metamórficas que pertenecen al Complejo Alpujárride de las Zonas Internas de la Cordillera Bética (placa litosférica de Alborán).

Con la colisión entre la placa de Alborán y la península Ibérica, la sierra de Carrascoy surgió como un gran relieve que la erosión comenzó a desbastar, originando en su falda abanicos deltaicos, en los que sedimentaron cantos de los materiales alpujárrides y maláguides.

Posteriormente, el nivel del mar comenzó a subir a la misma vez que la sierra se hundía, pasando su falda a formar parte de un talud marino y sobre esos abanicos sedimentaron avalanchas de arenas provenientes de zonas más someras, que alternaban con las margas, que normalmente se depositaban en los fondos marinos.

Lentamente la cuenca se fue rellenando de sedimentos a la vez que su lecho unas veces se hundía y otras ascendía, descompasadamente con el nivel del mar. Así, hace unos 9-8 millones de años, la zona de los Mamellones pasó de ser un fondo marino profundo a una plataforma marina relativamente somera, para más tarde volver a ser un medio marino profundo, que progresivamente fue sustituido por un sistema de abanicos deltaicos y plataformas marinas presentes en la sierra de Columbares.

Coincidiendo con la desecación del Mediterráneo se formaron las rocas que hoy forman la Sierra de Los Villares, donde los depósitos costeros dieron paso a un sistema de lagunas marinas someras, que finalmente fueron sustituidas por depósitos continentales lagunares o aluviales donde se formaron suelos por la interacción de la vegetación con los sedimentos.

Pero tras la abertura del Estrecho de Gibraltar (hace unos 5 millones de años), el mar volvió a invadir lo que hoy son las estribaciones de la falda oriental de la sierra de Los Villares, originando una costa poco profunda. Tras este episodio, los relieves comenzaron a elevarse paulatinamente hasta nuestros días y el mar a retirarse progresivamente hacia el Este, a la vez que la erosión remodelaba el espectacular paisaje de esta zona de la región.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Aparcamos en la Venta del Garruchal (Collado de las Zorras) punto que divide el recorrido en dos partes bien diferenciadas:

Los Villares Este, que salvo el tramo de inicio de bajada al camino PR-MU 23.1 que es empinado, el resto se lleva con comodidad hasta llegar a la parte superior de la Sierra de los Villares, donde seguimos una ligera senda que discurre por su cuerda, más utilizada por cazadores que por senderistas. En algún momento nos vemos obligados al “campo a través”, pero sin dificultad. En este recorrido no llevaba track y lo hice a puro sentimiento sin mayor dificultad.

En la parte final, me desvío por una pequeña bajada de piedras hasta llegar a la Senda del Gato, lo que evita el último montículo y aligera el camino, facilitando la llegada a la Venta. En este tramo se tiene una vista espectacular del Puntarrón , Mamellones y Sierra de Columbares.

Los Villares Oeste, es básicamente una arista juguetona que, como práctica de “cresteo”, está fenomenal. No procede el nerviosismo, pues en aquellos pasos donde la cosa se pone delicada, tenemos alternativa para evitarlo. Destaco la primera cima del recorrido (de 362 metros) donde hay que poner manos para alcanzar la cumbre. No es difícil y vale la pena disfrutar de la panorámica de la arista realizada y la que queda por hacer.

A continuación viene el tramo más bonito y aéreo, el que pasa por la antecima este (482), el Puntal con su vértice geodésico (484) y la antecima oeste (con la misma cota que el Puntal). Muy interesante, especialmente la parte final que es muy aérea si te pegas a la arista.

Caminar por la arista de Los Villares es una auténtica gozada, llegas a percibir la energía del encontronazo de las dos placas tectónicas (Alborán e Ibérica) que debió ser tremenda, como demuestran los estratos emergiendo verticales. En algunos tramos la senda discurre entre dos estratos de areniscas enfrentados. Espectacular.

Descendemos siguiendo el borde de la arista mientras es posible y finalmente campo a través no dirigimos al encuentro del camino del Estrecho de Arriba. El regreso es durillo, así que uno debe reservar algo de fuerzas para los repechos finales, máxime si ha llovido recientemente y se acumula el barro en las botas. En todo caso, el tramo final tiene mucho encanto, con el curioso encuentro del Vagón abandonado por RENFE, que ha servido de refugio para personas en tránsito.

Finalmente llegamos a la Venta del Garruchal, con buen servicio pero con el tremendo fallo de no tener litronas de Estrella de Levante, nuestra gran cerveza!!!