Sierra de Madridejos: Cueva Castrola y Chupadero

Salimos desde la Ermita de Valdehierro siguiendo las marcas del PR hacia la Cueva Castrola. Llegados a unos porches en ruinas comienza la subida, muy empinada y con piso incómodo, de piedra suelta.
Una vez en la Cueva, seguimos ascendiendo por su izquierda para culminar El Almendrillo. Buenas vistas del Vasto y el Mingoliva. Descendemos a la derecha hasta llegar a un estrecho y muy empinado canalizo que con cuidado nos deja en un sendero que desemboca en un cortafuegos. Lo tomamos a la derecha, en una empinada y descompuesta bajada (en la que pasamos junto a un ciervo muerto) para llegar de nuevo a la pista que va junto al arroyo Valdehierro.
La seguimos hacia la izquierda, ascendiendo hasta una vaguada en la que nos topamos con una alambrada y otro cortafuegos. Ascenso pronunciado hacia la izquierda y una bajada más pronunciada aún, con terreno quemado en toda la falda del Vasto.
Al llegar a la pista del arroyo Valdezarza, a la izquierda encontramos enseguida la fuente del Umbrion, y un mapa del Monte de utilidad pública 9 de Madridejos. La vegetación cambia en esta vertiente, madroños, jaras, lentiscos, carrascas y monte bajo acompañan a los pinos.
Continuamos hasta encontrar a la derecha una pista que asciende, cerrada con una cadena. Prohíbe el paso en rececho de corzo, pero ahora no es temporada de caza. Vamos ascendiendo por esta zona, pasando un pequeño pantano, viendo ciervos de vez en cuando y la vegetación cada vez más escasa. Además, en esta zona han limpiado el monte, quitando ramas a los árboles y desbrozando el monte bajo.
Al llegar al collado del Montón de Trigo, una manada de ciervos nos sorprende. Paramos aquí a reponer fuerzas.
Retomamos el camino, que a partir de ahora asciende mucho más acusadamente, hay que tomarlo con calma. Alcanzamos la cuerda que recorre una nueva alambrada de separación de términos o provincias, supongo. Abajo se ve un paisaje de raña, con más ciervos en los campos de rastrojos. Al fondo, Villarrubia de los Ojos.
Seguimos ascendiendo hacia la izquierda, con algún tramo especialmente duro, aunque las vistas en todas direcciones compensan ahora el esfuerzo. Al llegar al punto más alto, cuando notamos que la pista se nivela, un gran hito de piedras amontonadas nos indica por dónde debemos ascender al vértice geodésico del Chupadero, que está junto a la alambrada y bastante escondido por la vegetación. Unas vistas fabulosas.
Retornamos a la pista, descendiendo hasta un collado en el que, en un giro de 90 grados, otra pista desciende dejando a la izquierda el curso del arroyo Garganta. Cuando cruzamos el arroyo, seguimos descendiendo en la misma dirección, tomando una bifurcación a la derecha. Desembocamos en la zona de Cinco Casas, donde un buen camino, con tráfico ocasionalmente, nos devuelve al área recreativa de Valdehierro.