Sierra de Malpica o por los caminos del Corregidor
near Pegalajar, Andalucía (España)
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Itinerary description
Asesinato del Corregidor de Jaén:
La quiebra del estado, los fuertes recortes y las subidas de impuestos (¿¿no os suena??) no es nuevo.
En siglo XVII, concretamente en 1662 reinando Felipe IV, se produce la quiebra del sistema económico y financiero de la monarquía debido a las Guerras con Francia (de los 30 años), Inglaterra y Portugal. Los impuestos extraordinarios provocaron disturbios en muchos lugares.
El juez D. Manuel Méndez Correo acudió a Pegalajar para cobrar las rentas reales que correspondía a la población, pero debido a la actitud tan hostil, tuvo que salir huyendo. El juez denunció los hechos al Corregidor de Jaén D. Antonio de las Infantas y Córdoba (era representante del Rey, lo que hoy sería equivalente al delegado del Gobierno). Éste acudió a Pegalajar con un grupo armado para apresar a los culpables. Para evitar ser visto evitó el camino directo de Jaén a Pegalajar y fue primero a Mancha Real. Para, de nuevo, evitar el paso habitual del Camino Real, partió desde la Casería Castillo, y tomó el sendero de herradura que por el Portichuelo del Cajigal y el puerto de Letraña (las Siete Pilillas) enlaza Mancha Real y Pegalajar, bordeando Sierra Malpica. Este camino actualmente queda por encima y en paralelo del actual (y precioso) tramo de carretera de montaña, entre ambos municipios.
La emboscada tuvo lugar en la mañana del 19 de octubre de 1662, cuando el grupo del Corregidor iniciaba el ascenso al Portichuelo. En el lado izquierdo de la subida, emboscados entre la vegetación, los rebeldes dispararon sus arcabuces y mataron al corregidor y a varios guardas.
Tras capturar a los culpables, sus cabezas fueron cortadas y colgadas en un palo de una escarpia en la parte baja del Portichuelo. Escaparon dos cabecillas, que alcanzaron fama posterior, como bandoleros y malhechores: Juan López de Mendoza, hidalgo de Jaén, enfrentado anteriormente con el Corregidor y Pedro de Valenzuela, de Pegalajar.
También fueron condenados a destierro Sebastián de Cabanillas, hidalgo de cuna, que era alcalde de Pegalajar y Antonio Torres Navarrete, alcalde de Mancha Real, por no capturar previamente a los bandidos y calmar la rebelión.
El Cajigal, fue considerado un lugar peligroso. Tras esta emboscada, se ordenó al ayuntamiento de Mancha Real, que "corten y talen todo sin que quede rama ni broza alguna", prendiendo fuego a los restos. (Juan José Frías Mora en Foro de Turismodecazorla.com).
RUTA.
Esta historia se desarrolla en la sierra de Malpica, la hermana desconocida de la famosa serrezuela de Pegalajar o Peña los Buitres y a la cual tenía prevista una visita el año pasado pero, no pudo ser. Hoy ha tocado -y que en enero de 2019 volveré a repetir, pero sin grabar track- y, aunque tengo que reconocer que venía con bastante recelo ante esta "inmisericorde" formación rocosa, nada mas lejos de la realidad. La experiencia ha sido magnífica. Me he topado con una sierra "auténtica" repleta de vestigios del paso del ser humano por ella, aunque bien diferenciados en la ida y la vuelta:
- En la primera, el aperitivo del precioso chozo a poco de empezar la ruta, el rodeo del Tanganero por una vereda empedrada -¿o tendría que decir escalones de piedra vereados?- para alcanzar los alrededores de su cima que nos permiten unas magníficas vistas del valle y cerros de Jaén capital y Pegalajar que se mantendrán hasta volcar al norte del cerro Artemisa. En este tramo, serán nuestros compañeros de viaje corrales, chozas y veredas de ganado -que en esta zona tan pedregosa no es otra cosa que la piedra manchada de tierra por el paso de las ovejas, tan abundantes por aquí-, especialmente interesantes en el ascenso escalonado al cerro Artesilla y en los pasos entre la vegetación en el inicio de subida al Peñón de Rodrigo y que nos sirven de referencia, aunque el terreno, incómodo, posee una accesibilidad bastante considerable. Únicamente la bajada desde el cerro Artemisa presenta una dificultad mayor porque se une el desnivel, la ausencia de camino, la vegetación y las piedras. Aquí el uso de bastones es muy recomendable. Aún así es un tramo corto, que realizado con paciencia y tranquilidad se supera sin mas.Ya abajo, existe una veredita en paralelo la valla del coto. En este primer tramo el avance se hace con lentitud, tanto por las necesarias paradas en las construcciones que nos vamos encontrando como por ser en ascenso y por terreno incómodo.
- La segunda parte, es una continua bajada por el supuesto "camino de la sierra" que comunicaba Pegalajar y Mancha Real, donde ya las veredas si es lo que todos entendemos como tal y la facilidad para transitar por ellas es considerable. No obstante hay 2 puntos donde, al menos a mi, me ha costado seguir el track y he tenido que rectificar -lo he indicado en mi track-. De estos, el segundo "despiste" ha sido motivado por seguir el segundo resto de camino de herradura, que me hacía descender a la carretera, una vez atravesado el precioso y "lúgubre" -por los acontecimientos que allí se desarrollaron- Portichuelo de Cajigal. En el acceso y paso por este- verdadera joya de esta preciosa ruta- es donde se acumulan los fragmentos de camino de herradura.
Para acceder a 7 Pililllas hay que ir muy atento porque la vereda se pierde con facilidad.
En definitiva, una ruta que se hace y disfruta bien en alrededor de 4 horas, imprescindible en la mochila de todo buen amante del senderismo.
Me he guiado por el track de Antonio Vázquez al cual tengo que agradecer el indudable y valiosísimo trabajo de investigación para desentrañar esta magnífica ruta.
Según la SENDIF DIFICULTAD FíSICA MODERADA.
DIFICULTAD TÉCNICA BAJA.
La quiebra del estado, los fuertes recortes y las subidas de impuestos (¿¿no os suena??) no es nuevo.
En siglo XVII, concretamente en 1662 reinando Felipe IV, se produce la quiebra del sistema económico y financiero de la monarquía debido a las Guerras con Francia (de los 30 años), Inglaterra y Portugal. Los impuestos extraordinarios provocaron disturbios en muchos lugares.
El juez D. Manuel Méndez Correo acudió a Pegalajar para cobrar las rentas reales que correspondía a la población, pero debido a la actitud tan hostil, tuvo que salir huyendo. El juez denunció los hechos al Corregidor de Jaén D. Antonio de las Infantas y Córdoba (era representante del Rey, lo que hoy sería equivalente al delegado del Gobierno). Éste acudió a Pegalajar con un grupo armado para apresar a los culpables. Para evitar ser visto evitó el camino directo de Jaén a Pegalajar y fue primero a Mancha Real. Para, de nuevo, evitar el paso habitual del Camino Real, partió desde la Casería Castillo, y tomó el sendero de herradura que por el Portichuelo del Cajigal y el puerto de Letraña (las Siete Pilillas) enlaza Mancha Real y Pegalajar, bordeando Sierra Malpica. Este camino actualmente queda por encima y en paralelo del actual (y precioso) tramo de carretera de montaña, entre ambos municipios.
La emboscada tuvo lugar en la mañana del 19 de octubre de 1662, cuando el grupo del Corregidor iniciaba el ascenso al Portichuelo. En el lado izquierdo de la subida, emboscados entre la vegetación, los rebeldes dispararon sus arcabuces y mataron al corregidor y a varios guardas.
Tras capturar a los culpables, sus cabezas fueron cortadas y colgadas en un palo de una escarpia en la parte baja del Portichuelo. Escaparon dos cabecillas, que alcanzaron fama posterior, como bandoleros y malhechores: Juan López de Mendoza, hidalgo de Jaén, enfrentado anteriormente con el Corregidor y Pedro de Valenzuela, de Pegalajar.
También fueron condenados a destierro Sebastián de Cabanillas, hidalgo de cuna, que era alcalde de Pegalajar y Antonio Torres Navarrete, alcalde de Mancha Real, por no capturar previamente a los bandidos y calmar la rebelión.
El Cajigal, fue considerado un lugar peligroso. Tras esta emboscada, se ordenó al ayuntamiento de Mancha Real, que "corten y talen todo sin que quede rama ni broza alguna", prendiendo fuego a los restos. (Juan José Frías Mora en Foro de Turismodecazorla.com).
RUTA.
Esta historia se desarrolla en la sierra de Malpica, la hermana desconocida de la famosa serrezuela de Pegalajar o Peña los Buitres y a la cual tenía prevista una visita el año pasado pero, no pudo ser. Hoy ha tocado -y que en enero de 2019 volveré a repetir, pero sin grabar track- y, aunque tengo que reconocer que venía con bastante recelo ante esta "inmisericorde" formación rocosa, nada mas lejos de la realidad. La experiencia ha sido magnífica. Me he topado con una sierra "auténtica" repleta de vestigios del paso del ser humano por ella, aunque bien diferenciados en la ida y la vuelta:
- En la primera, el aperitivo del precioso chozo a poco de empezar la ruta, el rodeo del Tanganero por una vereda empedrada -¿o tendría que decir escalones de piedra vereados?- para alcanzar los alrededores de su cima que nos permiten unas magníficas vistas del valle y cerros de Jaén capital y Pegalajar que se mantendrán hasta volcar al norte del cerro Artemisa. En este tramo, serán nuestros compañeros de viaje corrales, chozas y veredas de ganado -que en esta zona tan pedregosa no es otra cosa que la piedra manchada de tierra por el paso de las ovejas, tan abundantes por aquí-, especialmente interesantes en el ascenso escalonado al cerro Artesilla y en los pasos entre la vegetación en el inicio de subida al Peñón de Rodrigo y que nos sirven de referencia, aunque el terreno, incómodo, posee una accesibilidad bastante considerable. Únicamente la bajada desde el cerro Artemisa presenta una dificultad mayor porque se une el desnivel, la ausencia de camino, la vegetación y las piedras. Aquí el uso de bastones es muy recomendable. Aún así es un tramo corto, que realizado con paciencia y tranquilidad se supera sin mas.Ya abajo, existe una veredita en paralelo la valla del coto. En este primer tramo el avance se hace con lentitud, tanto por las necesarias paradas en las construcciones que nos vamos encontrando como por ser en ascenso y por terreno incómodo.
- La segunda parte, es una continua bajada por el supuesto "camino de la sierra" que comunicaba Pegalajar y Mancha Real, donde ya las veredas si es lo que todos entendemos como tal y la facilidad para transitar por ellas es considerable. No obstante hay 2 puntos donde, al menos a mi, me ha costado seguir el track y he tenido que rectificar -lo he indicado en mi track-. De estos, el segundo "despiste" ha sido motivado por seguir el segundo resto de camino de herradura, que me hacía descender a la carretera, una vez atravesado el precioso y "lúgubre" -por los acontecimientos que allí se desarrollaron- Portichuelo de Cajigal. En el acceso y paso por este- verdadera joya de esta preciosa ruta- es donde se acumulan los fragmentos de camino de herradura.
Para acceder a 7 Pililllas hay que ir muy atento porque la vereda se pierde con facilidad.
En definitiva, una ruta que se hace y disfruta bien en alrededor de 4 horas, imprescindible en la mochila de todo buen amante del senderismo.
Me he guiado por el track de Antonio Vázquez al cual tengo que agradecer el indudable y valiosísimo trabajo de investigación para desentrañar esta magnífica ruta.
Según la SENDIF DIFICULTAD FíSICA MODERADA.
DIFICULTAD TÉCNICA BAJA.
Waypoints
Waypoint
3,051 ft
Aparcamiento
Waypoint
3,637 ft
Cañada
Waypoint
3,149 ft
Punto conflictivo. Cruce de veredas.
Waypoint
3,871 ft
Ausencia de vereda
Waypoint
2,887 ft
Vereda hacia la carretera; rectifico
Waypoint
3,677 ft
Vereda paralela a valla
Waypoint
3,643 ft
Vereda
Comments (4)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Al bajar el cerro de la Artesilla cogí una vereda de cabras para bajar a la valla del pinar, todo muy enmatojado y dificultoso de andar, cuando acaba el pinar te encuentras otra valla que llega hasta el Peñón del Rodrigo y no hay sendero claro para andar, pese a esto la ruta es bonita.
Si que lo es. Buscar una mejor bajada desde Artesilla podria ser un buen objetivo para complementar la ruta. Gracias por tu valoración
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Ruta muy bonita. En algún momento sin veredas.
Efectivamente, a mi también me lo parece, y el hecho de no ser muy conocida la hace aún mas interesante. Gracias por la valoración.