Sierra de Pedro Ponce y Pico de la Selva en Bullas (Murcia)

Dice Pepe Marcos: tercer domingo de Enero. El coherente frío llegó. Las lógicas temperaturas en estas fechas hicieron su aparición. Pero claro, esto no fue óbice para que seis de los siete nos diéramos cita una vez más para seguir conociendo las bonitas montañas y sierras de nuestra Región. En este caso, saliendo muy tempranico de Murcia, nos dirigimos hacia la Sierra de Pedro Ponce, situada entre Bullas y Lorca, para realiizar una potente y exigente salida que fue ampliamente recompensada por lo variado, bonito y espectacular en sus vistas desde su zona más alta. Aparcamos el coche en la cara noroeste de la Sierra (en la carretera de Avilés a Bullas), para, partiendo a una temperatura bastante inferior a 0 grados, dirigirnos en dirección sur ascendiendo en principio por pista cómoda y bien definida hasta adentrarnos en el Barranco de Mula, donde, poco a poco, fuimos remontando metros hasta alcanzar una bonita meseta donde, sin ninguna duda, se agradeció el sol que en ese lugar se mostró de forma profusa y agradable. Posteriormente, cambiamos de forma brusca de dirección, yendo hacia el noreste por camino bien defninido pero más empinadico para, tras algo menos de dos kilómetros, coger pista buena que nos llevó, de forma más pausada y menos inclinada, hacia el Pico de la Selva, con su vértice geodésico situado a 1521 mts sobre el nivel del mar. Desde aquí sin ninguna duda, lo más bonito de la salida. Desde aquí, os lo aseguro, una de las mejores contemplaciones globales que el que os habla ha podido observar. Estábamos en toico el centro de Murcia y desde aquí, fuimos unos privilegiados al poder ver, en un día despejado y claro, prácticamente todas las montañas de nuestra preciosa Región. Así, al norte, pudimos divisar Almadenes y el Almorchón, al noreste la Sierra del Oro, al este y de izquierda a derecha: la Sierra de Ricote, La Pila y la preciosa Espuña, más cercana, con casi todas sus cumbres (Malvariche, Pedro López, Morrrón de Totana, Morra de las Moscas y Morrón de Alhama), más profundamente la Sierra de Orihuela y Carrascoy, y como no, el repuntado y majestuoso Columbares muy en lontananza; al sur el espectacular Mediterráneo también se dejó ver. Dando la vuelta y mirando al oeste las montañas de Lorca y la Sierra de María-Los Velez, muy a lo lejos Revolcadores y la Sagra, y, algo más cercanos en dirección noroeste las Sierras de Moratalla, Caravaca y Cehegín. Tras la contemplación de lo reseñado y con la obligada parada técnica para reponer fuerzas, comenzamos la parte compleja y "nerviosa" de la salida, un descenso técnico, resbaladizo, vertical y pedregoso de aproximadamente un kilómetro y medio, que puso a resistencia nuestros nervios y en el que, como era previsible, algún resbalón que otro hizo acto de presencia. Tras llegar al final de este tramo y resoplar, dirigimos nuestros pasos en dirección norte y por buen sendero y luego pista hacia el Refugio de la Selva; desde allí, y salvo una subidica final "pá redondear", el terreno fue ya bueno y, de forma tranquila y ya más relajada, volvimos a nuestro sitio de partida para completar la circular. En total, unos 21 Kms en 5 h. y media, en una excursioncica que podemos catalogar, sin temor a equivocarnos, de moderada-difícil. Tras terminar, y aun siendo tarde, nos dirigimos a nuestro lugar amigo, el Bar Restaurante El Mochuelo (Guadalupe), donde bebimos y comimos (como siempre), bien y barato. El domingo que viene los compromisos familiares y la Media Maratón de Santa Pola (en mi caso), evitarán una nueva salida magnífica; no obstante, no dudadlo, esto continuará e intentaré seguir ofreciendoos bonitas estampas de nuestras preciosas montañas.