37. Sierra de Peñalara desde Quintanilla de las Viñas

INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 60 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 568 metros (superior al que estima Wikiloc).


Hicimos esta espléndida ruta guiándonos por el itinerario de 'MiraBurgos' en Wikiloc ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/picon-de-lara-o-penalara-1296mts-quintanilla-de-las-vinas-cubillejo-de-lara-vega-de-lara-enero-2018-22111865#comments ). La extendimos algo más de 1 km hasta el castillo de Lara. Las indicaciones de MiraBurgos son muy apropiadas, especialmente en algún punto del ascenso. Y un curioso ejemplo anecdótico: uno de sus 'waypoints' dice “camino helado” a x metros; y, efectivamente, allí seguía; y estaba helado; ¡casi 4 años después!

El día amaneció con bancos de niebla en la falda y todo el valle al sur y este de Peñalara, que fue despejándose, dejando un cielo azul. En la falda norte y hacia el este, en cambio, las nieblas persistieron casi toda la mañana. En realidad, la niebla le aportó un encanto especial al paisaje, de aspecto fantasmal a veces, tanto desde abajo, inmersos en ella, con los rayos de sol pugnando por abrirse paso, como, sobre todo, desde arriba. Estupenda combinación.

La ruta asciende desde la ermita visigótica de Quintanilla de las Viñas, una joya más de estas tierras, hasta la cima de Peñalara. Mediada la subida, hay que prestar atención a un desvío a la izquierda, sin señalizar y sin sendero durante un trecho. Llegados al collado bajo los cortados rocosos se tienen vistas espectaculares: por el sur y sureste, la sierra de Las Mamblas, y más allá las de Carazo y Tejada, etc.; por el norte y noreste, los picos nevados de la sierra de la Demanda. Con las cumbres surgiendo por encima de la niebla. Digno de ser contemplado.

El acceso final a la cima de Peñalara exige cierta precaución. Hay que hacer una pequeña trepada por unos escalones de roca agarrándose a unas cadenas. Desde arriba, la belleza de las panorámicas destaca aún más. En ese contexto de grandeza, sorprende gratamente un pequeño belén en el mismo borde del murallón. Enseguida se inicia un descenso largo y pausado, que se adentra en un bosque de encinas, enebros, y sabinas, invitando al recogimiento tras la expansión previa. Para disfrutar con el contraste.

A la altura de Cubillejo de Lara cruzamos al otro lado de la sierra. La ruta recorre varios km por llano, con bellos paisajes pre-invernales y con las sierras nevadas. Vamos entrando en la niebla, que difumina la cresta de Peñalara como el espectro de un barco. Tras Vega de Lara, un sendero nos devuelve al collado donde nos desviamos en la ida. Viendo desde la distancia el enclave del castillo de Lara, es imposible sustraerse a su atracción, con Lara de los Infantes surgiendo de entre la niebla en perspectiva. Desde allí, la vuelta a la ermita es muy fácil.

En un día así, es impensable no sentirse eufórico y agradecido a la naturaleza. Hasta tal punto que, aunque pasen de las 2 de la tarde, tras casi 5 horas de pie, con hambre y cansancio, y restando aún un largo trecho de viaje de regreso a casa, uno desea quedarse a saborear algo más el entorno de la ermita, en lugar de entrar en el coche e irse. Y no sorprende que un caminante introvertido permanezca charlando media hora más con el amable desconocido que se encarga de mostrar el templo.