Sierra de Quilamas - Linares de Riofrío - hornos de cal - bosque de La Honfría - Pico Cervero (1465m)

La actividad aquí mostrada bien merece un tranquilo paseo, a pie o en bicicleta, para recorrer parte de la salmantina Sierra de las Quilamas, concretamente de la micro comarca conocida como de La Calería.
En el recorrido, que parte de Linares de Riofrío, ascenderemos hasta la cumbre del Pico Cervero (1.465 m.); pero además del aliciente deportivo, en esta zona cobra relevante importancia el aspecto relacionado con la biodiversidad, los ecosistemas circundantes, así como el aprovechamiento tradicional del territorio por el hombre. En el caso de que queramos andar menos o vayamos con niños y niñas, siempre podremos llevar a cabo la parte del recorrido hasta La Honfría, y dejar la ascensión al Pico Cervero para otro momento más propicio.
Si abrimos bien los sentidos vamos a descubrir cómo los pobladores de esta comarca fueron capaces de aprovechar durante siglos las vetas de roca caliza que se desperdigaban por gran parte de estos montes, con objeto de obtener una excelente cal morena.

En este caso, geográficamente la ruta parte de Linares de Riofrío, un municipio de la provincia de Salamanca, en la comunidad autónoma de Castilla y León, con aproximadamente 900 habitantes, integrado dentro de la comarca de la Sierra de Francia, la subcomarca de Las Quilamas y la micro comarca de La Calería.

Aunque los restos arqueológicos nos muestran un poblamiento anterior en el término municipal, con restos de un castro vetón (pueblo prerromano de la Península Ibérica; su asentamiento se produjo entre los ríos Duero y Tajo, principalmente en el territorio de las actuales provincias de Salamanca, norte de Cáceres, Ávila, Zamora y Toledo), la fundación del actual Linares de Riofrío se remonta a la repoblación efectuada por los reyes de León entre finales del siglo XII y principios del XIII, quedando entonces integrado en el Alfoz de Monleón, dentro del Reino de León. Tras la desaparición del concejo monleonense en 1248, Linares pasó a integrarse en el de Salamanca, dentro del Cuarto de Peña del Rey. Con la creación de las actuales provincias en 1833, Linares de Riofrío quedó integrado en la provincia de Salamanca, dentro de la Región Leonesa.
En la actualidad se ha comprobado la existencia de seis lagares rupestres en los parajes de “Coquilla”, “Las Viñas”, “Majada Llana”, “Las Carreteras”, “Los Vallejos” y “Relagüesa“, todos ellos realizados en berrocales. Con el transcurso del tiempo se han ido deteriorando, unas veces por causas naturales y otras por la mano del hombre.

A pesar de tratarse de un territorio relativamente pequeño, posee cierta variedad de altitudes, sub-climas, orografía, suelos, hidrografía y vegetación, así como diversidad de paisajes. Las precipitaciones alcanzan un total anual de 1005 mm. y la temperatura media anual es de 12,7ºC. El periodo de heladas abarca siete meses. La combinación de todos estos caracteres, junto con la actividad humana, ha formado los ecosistemas que albergan una rica biodiversidad, tanto en hábitats como en fauna y flora, en los que destacan montes poblados con grandes masas boscosas y valles.
La presencia de poblaciones notables de especies emblemáticas, como el buitre negro o la cigüeña negra, la variedad botánica que posee y el excelente estado de conservación de sus bosques, justifican sobradamente la inclusión de la Sierra de Quilamas en la Red Natura 2000 con las figuras de LIC y ZEPA.
Todo ello ha propiciado que se convierta gran parte del territorio de estas sierras, incluido Quilamas, como Reserva de la Biosfera desde 2006.

Económicamente predomina el sector primario y destacó en su momento la producción de fresas, un cultivo que está perdiendo su importancia. En su día, una de las actividades principales de esta localidad fue la producción de cal, una de las pocas industrias características de la comarca, siendo la cal morena de Linares muy reconocida por su calidad y que otrora sirviera para la elaboración del mortero con el que se construyó la bella y famosa Plaza Mayor de Salamanca. Este es uno de los motivos principales de nuestra visita a la zona. Hemos leído que la elaboración de la cal fue una de las fuentes de economía en épocas pasadas. La piedra azulada de la sierra era transportada en carros hasta los hornos donde se realizaba la cocción. El proceso de fabricación era muy simple y para ello se utilizaban materiales del entorno: a una capa de madera le sucedía una de piedra, otra de madera, otra de piedra y así sucesivamente hasta que el horno estaba lleno. En la preparación de cada hornada en el horno de leña era crucial la figura del “encañador”, verdadero especialista en la construcción de la bóveda. Dependiendo de la madera, generalmente escoba o roble, la calidad de la cal variaba. El tiempo de combustión solía durar alrededor de cinco días y precisaba entre diez y doce carros de leña. Posteriormente, también en carros se llevaba a diferentes lugares de la provincia para su venta. Todavía en el año 1.959 existían en Linares 15 hornos, hoy sólo quedan algunos vestigios: ruinas de una fábrica y varios hornos de los que trabajaron hasta hace unas décadas.
Al inicio del recorrido dejaremos, a la izquierda, los restos de varios hornos de cal y una antigua fábrica con tres hornos más donde se elaboraba la cal morena. Hay bastantes más hornos y zonas de extracción de cal en el entorno, pudiendo salirnos de la ruta propuesta para ir en su búsqueda.

En nuestro recorrido también nos interesa la observación de la flora y la fauna, y vamos a pararnos detenidamente en el paraje húmedo de La Honfría, bosque mixto donde predominan el castaño y el melojo, con presencia importante de acebo y avellano. Cabe destacar la humedad de la zona (abundan manantiales, arroyos y fuentes) que hace agradable su visita también en tiempos estivales. La zona de la Honfría ofrece una fuente de agua fresca y cantarina, con merendero, parque infantil y refugio libre.
El bosque de la Honfría es un regalo de la naturaleza. Alberga una rica biodiversidad, con una excepcional flora, constituida por bastantes endemismos ibéricos así como por una serie de plantas eurosiberianas que tienen en estos lares su frontera meridional. Orientado al noreste, y en zona de manantiales, tiene como árboles predominantes al castaño y al rebollo o melojo; además, en las zonas más umbrías prosperan los avellanos y numerosos acebos y cerezos silvestres. No faltan narcisos, Paeonia broteri, prímulas, pulmonarias, melisa o toronjil, aguileñas, el acicate real o pajaritos (Linaria triornitophora ), diversos tipos de orquídeas (Anacamptis mascula, Cephalantera longifolia, Neottia-nidus avis), las Lágrimas de David o Sello de Salomón (polygonatum odoratum), la abundante Hierba de San Cristóbal (Actea spicata), la rosa albardera (Paeonia broteri), entre otras muchas.

Es interesante conocer que, en cuanto al aspecto geológico, Linares se encuentra enclavado en el antiguo zócalo Hespérico, levantado y fracturado en los últimos plegamientos alpinos. Surge Linares en zona de confluencia entre los granitos surgidos en el plegamiento herciniano y las pizarras paleozoicas. Posee un suelo de naturaleza ácida, incrementada por una alta pluviosidad, lo que conlleva una relativa pobreza en lo que a potencial edafológico se refiere.
De ahí que en cuanto a vegetación y zona de cultivos, las tierras de labor se encuentran localizadas en suelos de degradación de pizarras, por ser éstos, de un modo general, más ricos en elementos nutritivos que los suelos de origen granítico. En otro tiempo se cultivaban cereales y lino (de ahí el nombre de la localidad). Actualmente, aunque ha perdido fuerza, la fresa es casi un monocultivo en Linares. Con todo, tampoco faltan buenas huertas en las márgenes del Riofrío, de las que los lugareños obtienen legumbres, y algunos viñedos. La vegetación de la zona se inscribiría dentro del bosque caducifolio, especialmente formado por robles (quercus pyrenaica), que son los árboles que mejor se adaptan a las condiciones extremas mediterráneo-continentales, a las bajas temperaturas invernales y el fuerte estiaje veraniego. Crecen hoy los pastizales para la ganadería extensiva, en los que se han establecido comunidades de matorral, retamas y escobas. Abundan en la zona los castaños, de acción antropógena (300 has. de monte público, 180 has. de posesión privada), los pinos, fruto de repoblaciones recientes (200 has. de la clase pinaster y 35 has. de la silvestris, todas ellas de utilidad pública), los alisos (10 has.), los chopos (3 has.), los acebos (árboles preciosos y difíciles de encontrar en esta provincia), y los cerezos silvestres. También existieron en otro tiempo interesantes ejemplares de hayas en La Honfría, hoy día desaparecidos. En el sotobosque encontramos helechos, tojos, jaras, brezos y tomillo. De entre los árboles frutales podemos destacar los avellanos, manzanos, perales, ciruelos, melocotoneros y guindos (o guindales, según los vecinos del pueblo).

En el libro de La toponimia de Linares de Riofrío (Salamanca), Ramajo Caño, Antonio, en las páginas 215-283, correspondientes al artículo 6 de la revista ‘Salamanca Revista de Estudios Nº 16-17’ (1985), además de algunos datos aquí presentes, se pueden encontrar más de 200 topónimos recogidos de viva voz de pastores y personas de edad, buenos conocedores del término linares: Los Hornos, Majada el Hijito, Huerto Belloto, El Potrero, Los Manacocos, Bardal de Sopa, Castaño Ladrón, Cerro La Calavera, Mojón el Marrano, etc.

Dejamos la Honfría y continuamos con nuestro recorrido y nuestra continua ascensión, y después de pasar por el refugio del antiguo ICONA llegaremos a la cumbre del Pico Cervero, que ofrece unas vistas de privilegio. Una mirada de 360º en lo alto de la plena montaña, desde cuya cumbre se abre una hermosísima perspectiva, más allá del enorme «socavón» de la zona de Valero de la Sierra. En dirección Sur: barrancos, valles, terrenos bravíos, se acumulan ante nuestra mirada; a nuestras espaldas, en dirección Norte, quedan la llanura, las dehesas, la llanura salmantina de cerdo ibérico y toros bravos.

En el descenso también podemos visitar “La Peña Tarrera”, lugar que a finales del invierno florecen multitud de narcisos, avanzando el camino nos encontramos, la zona cercana al arroyo Honfría con sus castaños centenarios, y la fuente El Cerezo (kilómetro 17.5 del track, aunque no aparece reflejado waypoint porque falló el GPS) con zonas recreativas, merenderos y castaños centenarios.

Esperamos que disfrutéis de esta interesante ruta, como veis, va a permitir acercarnos al aprovechamiento que los pobladores de esta región han estado haciendo de la zona contribuyendo al desarrollo sostenible del rico entorno natural que los vio nacer, pues disfrutaron y se beneficiaron de sus bosques, de sus caleros, de sus valles y fuentes, sin deteriorarlos ni esquilmarlos. También al privilegio natural, a la rica biodiversidad y ecosistemas de flora y fauna que enriquecen esta comarca. Los frondosos bosques de sus laderas de umbría, que en primavera se visten de prímulas, narcisos y peonías, rebosan de colorido durante el otoño. Castaños, robles, avellanos, acebos, majuelos, cerezos silvestres… ¡Qué mejor pretexto para una excursión otoñal!