Sierra de Segura (Jaén): El Tranco-puente río Hornos (ribera embalse por el Chorreon)
near El Tranco, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Relajante paseo por la ribera del embalse pasando por ese enclave espectacular como es la cascada de el Chorreón y su bahia artificial.
Partimos del poblado de El Tranco, el que construyeron para cobijar a parte de los trabajadores que se necesitaron para la construcción de la presa.
A la derecha dejamos los kioscos que ahora dan servicio a los visitantes del lugar. Caminamos durante un kilómetro por el inexistente arcén de la carretera abandonando el poblado y en bajada buscando las aguas del embalse bajo la emergente piedra capitana. Cuando avistamos una recta en la carretera, también apreciamos que a la derecha se desprende una pista señalizada como PR- A193 con una cadena que impide el paso de vehículos.
Si hacemos la ruta por la tarde, lo cual recomiendo, nos acompañará una placida sombra durante todo el recorrido. Nos encontramos en la pista que trazaron los ingenieros nada más llegar a la zona para deslindar el terreno a expropiar y el que permanecería en poder de sus propietarios, para ello cada cien metros aproximadamente pusieron un mojón con las iniciales de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Tras unos cuatro apacibles y cómodos kilómetros, llegamos a un cruce señalizado. Si tomamos el camino de la izquierda subiremos al camping de Montillana, si continuamos a la derecha pasados 500 mts, dejaremos a nuestro lado las ruinas de otro gran cortijo, el de Montillana, hemos cruzado el arroyo del mismo nombre y por arriba, por la carretera quedan las cuevas también llamadas de Montiñana por los serranos donde vivieron en otros tiempos.
Continuaremos casi pegados a la ribera del pantano, este año casi lleno a pesar de la importante riada que suelta. Si nos giramos por esta zona, podemos contemplar unas preciosas (y desoladoras) vistas de la sierra de las Lagunillas desnudas de vegetación reflejadas en estas tranquilas aguas. Un kilómetro y medio más adelante nos espera el asombro, casi sin darnos cuenta, en una curva nos encontramos en una recoleta y tranquila entrada que el pantano hace buscando la cascada de El Chorreón. Allí, al fondo se escucha el ruido que sus aguas producen al alimentar el pantano.
En el extremo, el espigón que sobresale hacia este, se encuentran las ruinas del gran cortijo de El Chorreón. Merece la pena bajar a la orilla y tomar un respiro contemplando esta belleza de la naturaleza.
Continuamos ahora por la parte más boinita del trazado, tenemos que ascender hasta la parte de arriba de la cascada donde hay trazada en la piedra una senda.
Antes de comenzar a descender a la cascada y al cortijo de El Chorreón, se separa, o mejor dicho, el camino continua a la izquierda en fuerte ascenso para dirigirse a Cañada Morales, punto final del PR-A 193. Nosotros continuaremos por el filo que nos marca la senda esculpida en la piedra que nos pasará primero por encima del arroyo de Cañada Morales donde se precipita la cascada al pantano y, más adelante al las ruinas del Cortijo, donde podemos detenernos a contemplar sus límites. Curiosamente, se quedo el cortijo en el límite de donde llegarían las aguas, no pudiendo ser cubierto por estas nunca.
Continua nuestra agradable senda para depararnos aún alguna que otra sorpresa pués tras una ligera subida llegaremos a un impresionante mirador sobre el embalse donde contemplaremos la grandiosidad de su extensión y de lo que le rodea. Estamos en la rinconada y desde allí vemos abajo a la derecha el cortijo que acabamos de abandonar, al fondo, el embalse inconmensurable y sobre él, las Lagunillas. Más cerca, por la orilla contraria apreciamos el alto del Montero y, más acá, Monteagudo con su característico picacho pétreo dominando el valle.
Abajo y enfrente veo El Carrascal, La Platera y Hornos el Viejo que se salvaron de la inundación ya que el primer proyecto de embalse era mucho más ambicioso que el actual. Y ya en la dirección que llevo aparece majestuoso el pueblo de Hornos asentado en su roca inmensa y acechado por arriba por el gran coloso, el Yelmo. Desde aquí, la senda vuelve a tornarse pista y llanea hasta el final del recorrido. Los pinos dan continuidad al olivar y, curiosamente cuando las aguas del embalse llegan a su fin nos sorprenden unas inmensas encinas restos del paisaje de bosque mediterráneo que ocupo la zona antes de la roturación y posterior forestación de pino de repoblación.
Ya entre dos luces escuchamos el ruido de los coches que nos anuncia que la carretera y, por tanto el final de la excursión, se encuentran próximas.
Partimos del poblado de El Tranco, el que construyeron para cobijar a parte de los trabajadores que se necesitaron para la construcción de la presa.
A la derecha dejamos los kioscos que ahora dan servicio a los visitantes del lugar. Caminamos durante un kilómetro por el inexistente arcén de la carretera abandonando el poblado y en bajada buscando las aguas del embalse bajo la emergente piedra capitana. Cuando avistamos una recta en la carretera, también apreciamos que a la derecha se desprende una pista señalizada como PR- A193 con una cadena que impide el paso de vehículos.
Si hacemos la ruta por la tarde, lo cual recomiendo, nos acompañará una placida sombra durante todo el recorrido. Nos encontramos en la pista que trazaron los ingenieros nada más llegar a la zona para deslindar el terreno a expropiar y el que permanecería en poder de sus propietarios, para ello cada cien metros aproximadamente pusieron un mojón con las iniciales de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Tras unos cuatro apacibles y cómodos kilómetros, llegamos a un cruce señalizado. Si tomamos el camino de la izquierda subiremos al camping de Montillana, si continuamos a la derecha pasados 500 mts, dejaremos a nuestro lado las ruinas de otro gran cortijo, el de Montillana, hemos cruzado el arroyo del mismo nombre y por arriba, por la carretera quedan las cuevas también llamadas de Montiñana por los serranos donde vivieron en otros tiempos.
Continuaremos casi pegados a la ribera del pantano, este año casi lleno a pesar de la importante riada que suelta. Si nos giramos por esta zona, podemos contemplar unas preciosas (y desoladoras) vistas de la sierra de las Lagunillas desnudas de vegetación reflejadas en estas tranquilas aguas. Un kilómetro y medio más adelante nos espera el asombro, casi sin darnos cuenta, en una curva nos encontramos en una recoleta y tranquila entrada que el pantano hace buscando la cascada de El Chorreón. Allí, al fondo se escucha el ruido que sus aguas producen al alimentar el pantano.
En el extremo, el espigón que sobresale hacia este, se encuentran las ruinas del gran cortijo de El Chorreón. Merece la pena bajar a la orilla y tomar un respiro contemplando esta belleza de la naturaleza.
Continuamos ahora por la parte más boinita del trazado, tenemos que ascender hasta la parte de arriba de la cascada donde hay trazada en la piedra una senda.
Antes de comenzar a descender a la cascada y al cortijo de El Chorreón, se separa, o mejor dicho, el camino continua a la izquierda en fuerte ascenso para dirigirse a Cañada Morales, punto final del PR-A 193. Nosotros continuaremos por el filo que nos marca la senda esculpida en la piedra que nos pasará primero por encima del arroyo de Cañada Morales donde se precipita la cascada al pantano y, más adelante al las ruinas del Cortijo, donde podemos detenernos a contemplar sus límites. Curiosamente, se quedo el cortijo en el límite de donde llegarían las aguas, no pudiendo ser cubierto por estas nunca.
Continua nuestra agradable senda para depararnos aún alguna que otra sorpresa pués tras una ligera subida llegaremos a un impresionante mirador sobre el embalse donde contemplaremos la grandiosidad de su extensión y de lo que le rodea. Estamos en la rinconada y desde allí vemos abajo a la derecha el cortijo que acabamos de abandonar, al fondo, el embalse inconmensurable y sobre él, las Lagunillas. Más cerca, por la orilla contraria apreciamos el alto del Montero y, más acá, Monteagudo con su característico picacho pétreo dominando el valle.
Abajo y enfrente veo El Carrascal, La Platera y Hornos el Viejo que se salvaron de la inundación ya que el primer proyecto de embalse era mucho más ambicioso que el actual. Y ya en la dirección que llevo aparece majestuoso el pueblo de Hornos asentado en su roca inmensa y acechado por arriba por el gran coloso, el Yelmo. Desde aquí, la senda vuelve a tornarse pista y llanea hasta el final del recorrido. Los pinos dan continuidad al olivar y, curiosamente cuando las aguas del embalse llegan a su fin nos sorprenden unas inmensas encinas restos del paisaje de bosque mediterráneo que ocupo la zona antes de la roturación y posterior forestación de pino de repoblación.
Ya entre dos luces escuchamos el ruido de los coches que nos anuncia que la carretera y, por tanto el final de la excursión, se encuentran próximas.
Waypoints
Ruins
0 ft
CORTIJO DE MONTILLANA
CORTIJO DE MONTILLANA
Comments (2)
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Preciosa ruta, me quedé con ganar de hacerla cuando fuí en Otoño pero las lluvias me lo impidieron. La haré cuando vaya otra vez por la zona.
I have followed this trail verified View more
Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Maravilloso entorno