SIERRA DEL CABEZO Y SIERRA DE LA CENTENERA DESDE SERRANILLOS.

CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
La ruta que presentamos recorre parte del sector oriental de la Sierra de Gredos, concretamente las denominadas Sierra del Cabezo y Sierra de la Centenera. Esta cuerda montañosa separa los valles del Alberche y del Tiétar.
Salimos temprano del bonito pueblo de Serranillos, rodeado de bien cuidadas huertas. Tomamos la pista hacia el sur para caminar en paralelo al Arroyo Carnero. El primer objetivo es llegar al Puerto de Lagarejo. Ya en este punto podemos disfrutar de las dos vertientes. Por el norte corre el Alberche y por el sur el Tiétar. Las vacas nos van a acompañar en el ascenso hasta el Risco de Miravalles y los Llanos del Cabezo.
Ya alcanzados los 2000 m las vistas comienzan a ser mucho más atractivas así como los numerosos berrocales que vamos pasando con formas muy caprichosas.
La primera cumbre que alcanzamos es el Cerro del Cabezo o Cabezo de Gavilanes. Con sus 2191 m esta cima nos permite contemplar panorámicas espectaculares:
- Por el N tenemos el Valle del Alberche con numerosos pueblos, el más cercano es Serranillos. Destacan los picos de la Sierra de la Paramera como el Risco Morenos, el Zapatero y el Risco del Sol. En estos momentos la sierra está muy dañada por el incendio reciente de este verano.
- Por el W relativamente cerca observamos el Pico Torozo. Mucho más lejos se aprecian las altas cimas de la parte central de Gredos como la Galana y el Almanzor.
- Por el E tenemos ante nosotros todas las cimas del cordal que vamos a recorrer: Cerro del Tambor, el Cabezo de Miravalles, Cabeza Santa y el Pico Peluca (este último no lo subimos).
- Por el S tenemos el gran Valle del Tiétar.
Habiendo recuperado fuerzas y disfrutado de este entorno natural muy singular nos ponemos de nuevo en marcha para alcanzar las cimas que componen el cordal de estas sierras. La primera está muy cerca, el Cerro del Tambor. La segunda la tenemos también cerca, el Cabezo de Mijares, gran mole redondeada y cubierta de piornos que dificultan nuestro caminar. Las sendas creadas por el ir y venir de las vacas ayudan en nuestro desplazamiento. Esta cumbre es la segunda más alta de la Sierra del Cabezo. Llama la atención la alta torre de piedra que tiene como poste geodésico.
Bajando del Cabezo de Mijares nos introducimos en terrenos de la Sierra de la Centenera, con cimas de más modestas altitudes. Los piornales son cada vez más espesos y más complicados de pasar. En sus ramas y en el propio suelo nos encontramos con una auténtica plaga de chicharras, totalmente inofensivas para nosotros. Vamos superando altura ante la mirada atenta de las vacas de cuernos largos con la que nos vamos encontrando. La amplia cima a la que llegamos, Cabeza Santa, tiene una peculiaridad muy llamativa en forma de pequeñas torres de piedra que rivalizan en altura y dan una pincelada pintoresca a esta amplia cima. Viendo como la niebla se nos echa encima decidimos continuar hasta el Collado de la Centenera. Saltamos una larga tapia y nos acercamos a unas rocas desde donde, por momentos, asoma la cumbre del pico Peluca.
Con esta imagen volvemos sobre nuestros pasos iniciando el duro descenso siguiendo este muro de piedra. Parece límite de término municipal.
Podemos afirmar, sin duda, que es la parte más dura de este recorrido. Toda la ladera está repleta de piornos dificultando la marcha de manera importante. Es complicado encontrar zonas de paso. Con inmensa paciencia y lentitud conseguimos llegar al valle donde nos esperan multitud de tapiales en los prados que es necesario saltar para conseguir llegar a la pista que nos conecta con Serranillos.
Ya en la pista todo vuelve a la normalidad y podemos disfrutar de los espléndidos robledales con buenos ejemplares, algunos repletos de gállaras con los huevos del insecto en su interior. Muy cerca del pueblo volvemos a disfrutar de esas huertas con árboles frutales destacando los manzanos con sus ramas repletas de grandes manzanas.
Al final del trayecto conectamos con la carretera y una fuente de agua fresquísima que agradecemos mucho para refrescarnos.
En nada estamos en el punto de partida.
Ruta muy interesante y entretenida a pesar de esa bajada tan complicada por el piornal.
Recomendable para montañeros acostumbrados a caminar por este tipo de relieve irregular, rocoso en ocasiones y en otras con abundancia de matorral que incomoda mucho el avance. Todo ello se ve compensado por el conocimiento de estos cordales que encierran bellos paisajes en nuestras montañas.
Muy importante la buena forma física y el equipamiento adecuado (en este caso buenas botas de montaña) para no sufrir tanto con el piorno.