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Sierra del Maimón (Vélez Blanco)

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Trail stats

Distance
13 mi
Elevation gain
2,677 ft
Technical difficulty
Difficult
Elevation loss
2,677 ft
Max elevation
5,347 ft
TrailRank 
55
Min elevation
3,339 ft
Trail type
Loop
Moving time
4 hours 48 minutes
Time
6 hours 48 minutes
Coordinates
3646
Uploaded
February 19, 2022
Recorded
February 2022
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near Vélez-Blanco, Andalucía (España)

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Itinerary description

Ruta por el Parque Natural Sierra de María y los Vélez, con subida al Maimón (o Mahimón), aunque no alcancé el vértice geodésico (me quedé a 1 km del mismo). Parto del encantador pueblo de Vélez Blanco, declarado en 2002 Conjunto Histórico-Artístico y uno de los más bonitos de la provincia de Almería (y yo diría que de Andalucía), con sus hileras de casas escalonadas en el barrio de la Morería, viviendas palaciegas y muestras de arquitectura mudéjar, renacentista, barroca e historicista. Salgo desde el acogedor hotel Casa de los Arcos (ocupa parte de una vivienda de mediados del siglo XVIII, reedificada según el gusto neoclásico del XIX), situado en la calle de San Francisco, junto a la fuente de los Caños de Caravaca, de exquisita agua. En la comarca abundan los manantiales de aguas subterráneas, por la porosidad de la roca caliza y la presencia de margas impermeables, con surgencias en las zonas de contacto de ambos materiales. La fuente más antigua, la de los Cinco Caños, data del siglo XVI, mandada construir por el primer Marqués de los Vélez, Don Pedro Fajardo y Chacón, en el barrio de la Morería.

Paso por la calle principal de la Corredera, arteria por donde se expande la villa tras la conquista cristiana en 1488. Hasta entonces la población musulmana, desde el siglo XIII, se concentraba bajo la alcazaba nazarí, entre su muralla (que también encerraba la mezquita, luego iglesia de la Magdalena) y una segunda que la rodeaba, en lo que hoy es el mencionado barrio de la Morería, de estrechas, tortuosas y empinadas calles, disponiendo de una puerta en donde se encuentra la fuente de los Cinco Caños y otra en la de los Caños de Caravaca; aquí siguió viviendo la población morisca, hasta su expulsión en 1570, abandonando sus viviendas (aún pueden verse solares vacíos), mientras que la cristiana (muchos repobladores murcianos, de Calasparra y Caravaca, al ser los primeros Marqueses Comendadores de Caravaca) se extendió por el llano. En la Corredera, además de la casa singular del mismo nombre, muestra del barroco civil, está el Ayuntamiento (antigua cárcel) y enfrente, la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol, que en el siglo XVI se convierte en el eje de la vida social y comercial. Su impronta, con fuertes contrafuertes exteriores, recuerda a las iglesias del norte de la península (no en vano, el arquitecto y los canteros eran vascos). Su interior es de una sola nave (con capillas laterales entre los contrafuertes donde se enterraban las familias nobles del lugar), dividida en cinco tramos por pilastras con capiteles vistosamente decorados (con flores, animales y cabezas humanas), que soportan cinco arcos fajones de medio punto, de sillería; una tribuna comunicada con la casa del Marqués y cerrada con celosía le permitía seguir el culto con intimidad. Posee un retablo de madera en el altar mayor diseñado por Juan de Orea, yerno de Pedro Machuca y maestro mayor de la Catedral de Almería, dedicado a Santiago Matamoros (por la vinculación del primer Marqués de los Vélez con la Orden de Santiago). También alberga la venerada imagen del Cristo de la Yedra, en una capilla bajo el órgano del siglo XIX (con piezas del antiguo del XVIII).

Dejo atrás otra bonita fuente, la de los Caños de la Novia, en el Barranco de la Canastera, que encierra una leyenda amorosa: al caer al noche, cuando la fuente queda desierta, aparece el espectro de una joven dormida, vestida con una túnica blanca, para llenar agua con su cántaro; una noche de invierno, un forastero, al bajar las escaleras que llevan a la fuente a saciar su sed, la encuentra y, escondido, ve como la joven se despierta al mojarse con el agua, momento en que la abraza y envuelve en su capa, naciendo el amor. Aquí se dice que quien bebe de sus caños se enamorará y las parejas bajan juntas a beber (tradicionalmente las
fuentes han sido lugar donde los jóvenes podían juntarse, sobre todo en aquellos tiempos cuando las chicas salían poco de casa, costumbre que se mantiene en Vélez Blanco -la de reunirse en las fuentes, claro).

Luego voy saliendo del pueblo por la calle Balsa Parra, con vistas a la Vega (a 350 metros bajo el núcleo urbano) y a la Sierra del Gigante al norte con la inconfundible silueta de la Muela Grande (1554 msnm) o de Montalviche; ésta es zona de nidificación del buitre leonado y por tanto Zona A de reserva, de máxima protección. Vemos la vertiente sur, la solana, casi desprovista de vegetación (la umbría sí está cubierta por una masa forestal donde destaca el sabinar), y por tanto con una fuerte erosión en zonas pendientes; las Muelas, la Chica y la Grande, tienen forma tabular, de mesa, formadas por calizas y dolomías jurásicas, y su glacis está formado por arenas y gravas de grano grueso procedentes de la Sierra de la Muela, que por su porosidad contiene acuíferos subterráneos de los que mana el agua en las zonas de contacto del glacis con las margas cretácicas. Las margas y margocalizas (formadas por arcilla y carbonato cálcico) son casi el único terreno cultivable, aunque pobre, donde predomina el almendro (también el olivar, y antiguamente el trigo, con escasas zonas de regadío), en terrazas o bancales para retener el agua y frenar la erosión. La Vega la cruzaba la Vía Augusta, por lo que había villas romanas cercanas, luego alquerías musulmanas. Durante casi 250 años ésta fue zona fronteriza con el Reino de Murcia (con sus principales bases en Lorca, Caravaca, Yeste y Segura), siendo frecuentes las razzias o correrías de uno y otro bando para obtener botín y esclavos, alternándose con las treguas (con intercambios comerciales y de prisioneros).

Sigo hacia el oeste, hacia los Maimones. Tras recorrer apenas 200 metros por la carretera A-317 (que lleva a Vélez Rubio), pasada la gasolinera, se inicia la Ruta del Agua que transcurre por la margen izquierda de la Ribera de los Molinos. Esta abundancia de agua en la comarca, procedente de las entrañas de la tierra, originó desde principios del siglo XVI al menos la proliferación de molinos harineros (con su mayor auge entre mediados del XVIII y del XIX, llegando a 55 molinos, la mayoría en el término municipal de Vélez Blanco). El agua se conducía por acequias hasta un pozo o depósito, donde se almacenaba y liberaba después, dirigida a presión sobre una rueda (rodezno), que transmitía mediante un eje el giro a una piedra de molino (o muela) móvil (volandera o corredera), encima de otra fija (solera); una tolva (como un embudo) vertía el grano entre ambas muelas para ser molido por el rozamiento entre las dos piedras, que tenían estrías para expulsar la harina. Esta industria harinera no prosperó, pero el agua de los manantiales, además de garantizar el consumo humano en su totalidad, permitió la generación de la primera corriente eléctrica en la comarca o el desarrollo de la fabricación artesanal de tejidos, además de una agricultura de regadío de la que son muestras las balsas, acequias y partidores, aquí también llamados arcas (ensanchamientos de las acequias para reparto del agua entre dos o más conducciones).

A la derecha queda el Cortijo del Hombre, ejemplo de la construcción tradicional de anchos muros de piedra, pequeñas ventanas y cubierta de teja árabe a dos aguas. El camino pasa entre bancales de almendros, que en esta época del año lucen todo su colorido blanco o rosado, y al poco lo dejo por otro que asciende hasta la Cueva de los Letreros, un abrigo de una pared del Maimón Grande a 1100 msnm, declarada por la UNESCO en 1998 Patrimonio de la Humanidad como parte del arte rupestre levantino; se accede por una escalera de piedra en zigzag, pero la guarda una reja (se puede concertar una visita guiada). Fue descubierta por el arqueólogo almeriense Góngora y Martínez en 1868 (11 años antes que Altamira). Algunos abrigos de la montaña eran santuarios para el culto a los muertos y donde se realizaban ritos mágicos, relacionados con la divinidad o la fecundidad o propiciatorios para la caza. Se pueden hallar pinturas de más de 7000 años de antigüedad (del Epineolítico al Calcolítico), esquemáticas y abstractas, como el famoso Hechicero o Brujo (el Indalo no se encuentra aquí, como erróneamente se cree con frecuencia, sino en el Abrigo de las Colmenas, en la parte oeste de la vertiente sur del Maimón Chico).

Bajo entre pinares y luego por bancales de almendros hasta conectar de nuevo con el camino junto a la Fuente de los Molinos y la Primera Arca, dejando a continuación la Ruta del Agua por un camino que sale a la derecha y que pasa junto al Cortijo de los Amarillos; tras pasarlo, tomo otro carril a la derecha, que abandonaré cuando haga una curva cerrada a la derecha, para continuar por el almendral, derecho hacia el pinar; aquí alcanzo la pista forestal por donde va el Sendero de la Solana del Maimón, que asciende entre pinos carrascos, repoblados por su resistencia a las prolongadas sequías, ya que están adaptados a suelos pobres y con escasa humedad, y para frenar la erosión, albergando bajo ellos vegetación y permitiendo introducir otras especies arbóreas. Ahora camino bajo la mole rocosa del Maimón y cuando se allana el trayecto y van desapareciendo los pinos, se aprecian los canchales, acumulaciones de rocas calizas (clastos) al pie de los escarpes o taludes rocosos, de distintos tamaños (disponiéndose las más grandes debajo); se forman por gelifracción, es decir, ciclos cortos alternantes de congelación y descongelación del agua en el interior de la roca caliza (por ejemplo con las heladas nocturnas): el agua en las fisuras de las rocas al helarse ejerce un efecto cuña que agranda la grieta, hasta su fragmentación (en granos finos -microgelifracción- o bloques grandes -macrogelifracción). En latitudes superiores este fenómeno no ocurre al durar más el período de congelación (meses). Pues bien, de los canchales del Maimón Grande no me olvidaré, pues ahora asciendo por la empinada ladera, con mucha piedra menuda, que me obliga a echar manos al suelo en alguna ocasión; finalmente llego a la Cuerda de los Quemaos (el nombre no puede irle mejor, dado el estado en que llegué). Por este tramo a campo traviesa califico la ruta de difícil, cuanto menos (y no lo recomiendo de forma general).

Sigo la cuerda ya con la vista puesta en la cima del Maimón (1761 msnm), aunque a falta de 1 kilómetro para llegar a la cumbre seguí por una estrecha senda, que desciende entre pinos carrascos y también alguno negral o laricio (autóctono); se dirige al Collado de la Buitrera y luego asciende a otro collado, antes de bajar por la ladera del cerro del Águila hasta un carril junto a unos bancales, por el que llego al Puerto del Peral. Desde el mirador orientado al sur en los días claros se alcanzan a ver la Sierra de los Filabres y Sierra Nevada; más próximas la de Baza a la derecha y la de las Estancias, con la Boca de Oria (paso natural desde los tiempos antiguos entre el Valle del Almanzora y las planicies granadinas de Orce y Huéscar); luego el Corredor de Vélez Rubio, falla de 60 kilómetros de largo y de 5 a 10 de ancho, rellena por materiales procedentes de las montañas vecinas (por donde discurre la Rambla de Chirivel), separando la zona interna de las Cordilleras Béticas de la externa, donde están las Sierras del Maimón y de María. Continúo ahora por la pista bajando hacia el Cortijo del Peral, donde se unen los Senderos de la Solana y de la Umbría del Maimón; sigo por éste, rodeando el cortijo y pasando junto a la fuente del mismo nombre. El camino va paralelo al barranco o arroyo del Peral, pudiendo apreciarse por encima las calizas grisáceas y en la parte inferior las margas rosadas. Hay diques de contención a modo de escaleras, para reducir la velocidad de la corriente y frenar la erosión de las laderas. A continuación por los Llanos de Ijarro, las dolomías, compuestas por carbonato cálcico y magnesio, conforman el terreno; se originaron en el fondo del mar de Thetys, durante la litificación (formación de las rocas), al intercambiar los sedimentos calizos iones con el agua (sustituyendo el calcio por magnesio), transformándose la calcita en dolomías (dolomitización) -sin afectar la zona profunda de las rocas al no estar en contacto con el agua. Las dolomías son también solubles en agua (aunque menos que las calizas) y tienden a disgregarse, y son del color blanquecino que dio nombre al pueblo: Velad al-Abyadh, tierra blanca; desde el mirador del Collado de las Arenas (así llamado por los canchales arenosos resultantes de la meteorización de las dolomías) se puede disfrutar de una magnífica vista de estas tierras, con el imponente Castillo de los Vélez y, de telón de fondo, la Muela Grande.

La pista, con un pequeña desvío por un carril que sale a la derecha, lleva a la A-317, junto a la entrada al pueblo más cercana al Castillo. En la isleta de la carretera, un Indalo gigante nos da la bienvenida. Este icono ha sido durante siglos símbolo de buena suerte en la provincia, sobre todo en el norte y el levante y principalmente en Mojácar, donde se pintaba con almagra en las casas para espantar las tormentas y el mal de ojo (“muñeco mojaquero”). El movimiento pictórico e intelectual liderado por Jesús de Perceval (discípulo anárquico de Eugenio d’Ors), que reivindicaba la cosmovisión de lo almeriense y las antiguas culturas, lo tomó por bandera, llamando a su grupo movimiento indaliano (el nombre de indalo se lo dieron a la figura por su supuesto parecido con un conocido llamado Indalecio; hay que decir que San Indalecio es también el patrón de Almería). Ellos veían en la imagen a un hombre que sostiene el arco iris en señal de un pacto con los dioses para evitar futuros diluvios, aunque parece que lo que sostiene es un arco por encima de su cabeza, apuntando a un ave. Hoy día es un símbolo de lo almeriense, presente en toda la provincia; hasta en la película “Conan el Bárbaro” Arnold Schwarzenegger aparece en una escena maquillado con múltiples indalos como parte de un tatuaje ritual.

Y llego ya frente a uno de los castillos españoles más elegantes, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931, mandado construir en 1506 sobre los restos de la alcazaba musulmana por el Adelantado de Murcia, Don Pedro Fajardo, cuando los Reyes Católicos le otorgaron el título de Marqués de los Vélez (en compensación por quedarse las tierras costeras murcianas, dado que al ser provincias marítimas pasaban a La Corona) y Vélez Blanco se convirtió en sede del señorío. Para saltarse la prohibición real de levantar nuevas fortalezas (evitando que la nobleza se hiciese más poderosa), Don Pedro argumentó que las obras eran para rehabilitación de la fortaleza nazarí, que se demolió casi totalmente (queda el aljibe bajo el patio y algún lienzo en la muralla). Se inició en el estilo gótico oficial (seguido por los Reyes), cambiando pronto al renacentista (el maestro de obra pudo ser el italiano Francisco Florentino), con una zona militar al sur (patio con los restos de la casa de los Pajes, donde estaban las dependencias de los criados, las cocinas y las caballerizas) y otra palaciega conectadas por un arco, que antes sostenía una estructura de madera a casi diez metros de altura con un puente levadizo en el último tramo (hoy una pasarela fija). En el lado oeste hay tres grupos de letrinas y en el norte una poterna a tres metros sobre el nivel del suelo (a la que hoy se accede por una escalera metálica).
La Torre del Homenaje, de 25 metros de altura, cerraba por el norte el Patio de Honor (obra maestra del Renacimiento Español, de mármol blanco de Macael, contrastando con la sillería) y tenía sus plantas comunicadas por escaleras de madera desmontables, para poder aislar el piso superior como última defensa; en la pared que da al patio están labrados en piedra los escudos de los Fajardo y de la segunda mujer de Don Pedro (a la primera la repudió por no darle descendencia), Doña Mencía de la Cueva, nieta de los primeros Duques de Alba, que le dio su heredero, el segundo Marqués de los Vélez. El escudo de los Fajardo (que aparece en la bandera de Vélez Rubio y Vélez Blanco) muestra sobre un mar ondulado tres rocas con tres ortigas (haciendo referencia al solar original de la familia en Galicia, Ortigueira). En los lienzos exteriores, además de estos dos escudos, puede verse un tercero, el de los Silva (linaje al que pertenecía la tercera esposa del Marqués, con la que casó tras enviudar de Doña Mencía).
La parte palaciega del castillo tenía en el lado sur los Salones Nobles del Triunfo y de la Mitología, estancias representativas que poseían sendos frisos de madera en bajorrelieve, representando uno la entrada triunfal de César en Roma tras la victoria sobre los galos (en alusión a la victoria de Carlos V sobre Francisco I y a su coronación como emperador; en éste aparece representado el Marqués, que lo acompañó en alguna campaña); y el otro un tema mitológico muy de moda entre la nobleza renacentista, los Trabajos de Hércules, ejemplo de virtud y fuerza. Las dependencias de la familia quedaban en el ala oeste.
Hasta finales del siglo XVII los Fajardo residieron aquí, hasta que se extinguió la línea sucesoria directa (luego se ocupó ocasionalmente por motivos de caza o de gestiones de las propiedades de la familia). En el siglo XVIII comienza el expolio del Castillo, usándose sus materiales en la construcción de otras edificaciones (como los cañones de bronce para las campanas de la Iglesia de la Encarnación de Vélez Rubio, y las cubiertas de plomo de los tejados). En la Guerra de la Independencia fue saqueado, siendo después usado como vivienda por indigentes. A principios del siglo XX los elementos de valor fueron vendidos por los propietarios (no existían leyes de protección del patrimonio): los frisos están hoy en el Museo de Artes Decorativas de París y el artesonado en nogal de las salas nobles lo acabó comprando un empresario mejicano (tras su quiebra, pasó a propiedad del Estado y ahora se encuentra en la Ciudad de Méjico). También poseía una magnífica biblioteca de más de mil volúmenes (vendida tras la muerte del tercer Marqués en pública subasta, gran parte de ella hoy en la Biblioteca del Escorial). Pero la mayor pérdida fue la de la joya del castillo, el Patio de Honor: en 1904 lo adquiere un anticuario francés, viajando de Marsella a París, donde lo compra el banquero alemán Blumenthal en 1920, que lo traslada a su residencia de Nueva York, en Park Avenue (estaba de moda entonces en Estados Unidos la arquitectura renacentista); a su muerte lo dona al Museo Metropolitano, donde hoy puede verse (aunque no con su disposición original al tener que adaptarlo al espacio del museo).
Desde 2005 el Castillo de los Vélez es propiedad de la Junta de Andalucía, realizándose trabajos de rehabilitación, y, pese a los tesoros perdidos, es muy recomendable su visita (y gratuita), en la que se puede evocar su pasado esplendor y disfrutar de magníficas vistas desde la galería este.

Bajando hacia el pueblo, se encuentran las ruinas del primer templo cristiano, la iglesia de la Magdalena, edificada sobre la antigua mezquita a principios del siglo XVI, donde fueron sepultados los dos primeros Marqueses de los Vélez (luego sus restos se trasladaron a la iglesia De Santiago), además de los enfermos pobres fallecidos en el antiguo hospital real y los niños huérfanos. Sigo por la calle Castillo y luego por una callecita, la Balsa Vicaria, así llamada por la balsa que todavía existe y que en el siglo XVI estaba junto a la casa del vicario de los Vélez (coge agua del Barranco de las Fuentes y la reparte por conducciones subterráneas), desembocando en la calle Federico Motos; desde ésta, bajo por unas escalinatas, alfombradas de flores de almendro, para cruzar el Barranco de las Fuentes y subir por la calle Cantarerías al Convento de San Luis, mandado edificar al otro lado del barranco a inicios del siglo XVII por el cuarto Marqués de los Vélez, en cumplimiento de un voto hecho al recuperarse de una grave enfermedad. Aquí se trasladó la comunidad de frailes franciscanos (de la rama de los recoletos) procedentes de la vecina ermita de la Concepción; llegó a tener cátedras de Latín, Griego y Filosofía y, en su momento, en la iglesia hubo imágenes de la escuela de Salcillo. En sus capillas laterales se enterraron los miembros de las familias poderosas incluyendo una rama menor de los Fajardo. Se convirtió en el eje del nuevo núcleo de la población, conocido como el Barrio, que se expandió en el siglo XVIII alrededor de la calle de San Francisco. Actualmente se conservan la iglesia, el claustro con el ala oeste y parte de la fachada sur del propio convento, habiéndose derribado el resto durante la segunda mitad del siglo XIX (tras la Desamortización de Mendizábal, se instaló en él una almazara hidráulica); su retablo policromado fue dañado en parte durante la Guerra Civil y, entre 1916 y 1996, estuvo ocupado por las Franciscanas Concepcionistas.

Aquí finalizo esta larga pero intensa ruta, saciando mi sed en los Caños de Caravaca (sin peligro de enamoramiento futuro).

Waypoints

PictographFountain Altitude 3,520 ft
Photo ofFuente de los Caños de Caravaca

Fuente de los Caños de Caravaca

PictographReligious site Altitude 3,527 ft
Photo ofIglesia de Santiago Apóstol (siglo XVI)

Iglesia de Santiago Apóstol (siglo XVI)

PictographFountain Altitude 3,514 ft
Photo ofFuente de los Caños de la Novia (siglo XVIII)

Fuente de los Caños de la Novia (siglo XVIII)

PictographInformation point Altitude 3,507 ft
Photo ofVega de Vélez Blanco

Vega de Vélez Blanco

PictographInformation point Altitude 3,504 ft
Photo ofGlacis de la Muela de Montalviche

Glacis de la Muela de Montalviche

PictographInformation point Altitude 3,504 ft
Photo ofRuta del Agua

Ruta del Agua

PictographRuins Altitude 3,494 ft
Photo ofCortijo del Hombre

Cortijo del Hombre

PictographWaypoint Altitude 3,491 ft
Photo ofBancales de almendros

Bancales de almendros

PictographTree Altitude 3,488 ft
Photo ofAlmendro (Prunus dulcis)

Almendro (Prunus dulcis)

Photo ofCueva de los Letreros

Cueva de los Letreros

Dimensiones: 25 m de ancho por 6 de profundidad y 8-10 m de altura en su parte central. Las pinturas de color almagra se disponen en paneles, el más importante el de la pared izquierda que va del suelo hasta 3 metros de altura: el Hechicero, otras figuras antropomorfas, ciervos y cabras, ondulaciones y figuras bitriangulares entrelazadas (que hacen referencia a la organización social basada en el parentesco)

PictographFountain Altitude 3,360 ft
Photo ofFuente de los Molinos y arca (partidor)

Fuente de los Molinos y arca (partidor)

PictographIntersection Altitude 3,350 ft
Photo ofCamino a la derecha

Camino a la derecha

PictographIntersection Altitude 3,363 ft
Photo ofCamino a la derecha

Camino a la derecha

PictographPanorama Altitude 3,366 ft
Photo ofMaimón

Maimón

PictographWaypoint Altitude 3,461 ft
Photo ofA través del almendral

A través del almendral

PictographWaypoint Altitude 3,556 ft
Photo ofSolana del Maimón

Solana del Maimón

PictographPanorama Altitude 3,743 ft
Photo ofMaimón

Maimón

PictographInformation point Altitude 4,006 ft
Photo ofCanchales del Maimón Grande

Canchales del Maimón Grande

PictographPanorama Altitude 4,104 ft
Photo ofCorredor de Vélez Rubio

Corredor de Vélez Rubio

PictographWaypoint Altitude 4,091 ft
Photo ofSubida por la ladera

Subida por la ladera

PictographWaypoint Altitude 5,351 ft

Cuerda de los Quemaos

PictographMountain pass Altitude 5,390 ft
Photo ofCuerda de los Quemaos

Cuerda de los Quemaos

PictographWaypoint Altitude 5,381 ft
Photo ofSenda en el pinar

Senda en el pinar

PictographWaypoint Altitude 5,223 ft
Photo ofPozo de nieve

Pozo de nieve

PictographTree Altitude 5,200 ft
Photo ofEnebro de la miera (Juniperus oxycedrus)

Enebro de la miera (Juniperus oxycedrus)

PictographSummit Altitude 5,197 ft
Photo ofCima del Maimón

Cima del Maimón

PictographPanorama Altitude 5,177 ft
Photo ofPino negro y Sierra del Gigante

Pino negro y Sierra del Gigante

PictographRuins Altitude 5,177 ft
Photo ofRuinas

Ruinas

PictographPanorama Altitude 5,082 ft
Photo ofPanorámica del Maimón

Panorámica del Maimón

PictographWaypoint Altitude 5,020 ft
Photo ofSenda que sube, a la izquierda

Senda que sube, a la izquierda

PictographMountain pass Altitude 5,052 ft
Photo ofHacia el cerro del Águila

Hacia el cerro del Águila

PictographWaypoint Altitude 4,728 ft
Photo ofCarril hacia el Puerto del Peral

Carril hacia el Puerto del Peral

PictographPanorama Altitude 4,649 ft
Photo ofCortijo del Peral

Cortijo del Peral

PictographInformation point Altitude 4,649 ft
Photo ofMirador del Puerto del Peral

Mirador del Puerto del Peral

PictographPanorama Altitude 4,649 ft
Photo ofSierras de María, de las Estancias, de los Filabres y Sierra Nevada

Sierras de María, de las Estancias, de los Filabres y Sierra Nevada

PictographIntersection Altitude 4,403 ft
Photo ofDerecha

Derecha

PictographFountain Altitude 4,377 ft
Photo ofFuente del Peral

Fuente del Peral

PictographWaypoint Altitude 4,308 ft
Photo ofAlmendros en el Barranco del Peral

Almendros en el Barranco del Peral

PictographTree Altitude 4,183 ft
Photo ofAlmendro

Almendro

PictographPanorama Altitude 3,957 ft
Photo ofCollado de las Arenas

Collado de las Arenas

PictographWaypoint Altitude 3,711 ft
Photo ofIndalo

Indalo

PictographCastle Altitude 3,684 ft
Photo ofCastillo de los Fajardo (siglo XVI)

Castillo de los Fajardo (siglo XVI)

Vista desde el oeste. Planta hexagonal irregular adaptada al terreno (aprovechando la planta preexistente con ángulos para mejor defensa). Al sur patio militar conectado con el palacio por una pasarela fija sobre el arco

PictographReligious site Altitude 3,661 ft
Photo ofIglesia de la Magdalena (siglo XVI)

Iglesia de la Magdalena (siglo XVI)

Conserva la torre campanario (con restos del alminar musulmán), con el escudo de los Fajardo, y parte de dos paredes

PictographCastle Altitude 3,632 ft
Photo ofCastillo de los Fajardo

Castillo de los Fajardo

Vista desde el este. Galería abierta con seis arcos en la segunda planta, dominando la Vega. Almenas decoradas con esferas

PictographWaypoint Altitude 3,461 ft
Photo ofCasa de los Arcos y Barranco de las Fuentes

Casa de los Arcos y Barranco de las Fuentes

PictographReligious site Altitude 3,481 ft
Photo ofConvento de San Luis (siglo XVII)

Convento de San Luis (siglo XVII)

Estilo plateresco. Fachada con la figura de san Luis Obispo decapitada. A la izquierda pequeña torre de estilo mudéjar (las órdenes mendicantes no podían tener torres altas)

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