Sierra del Puntal y Piedra del Águila (Sierras de Lora de Estepa)

Trazado sobre dos de las pequeñas sierras que encierran al pueblo de Lora de Estepa, en nuestro caso, la corta y entretenida travesía de la Sierra del Puntal y la Piedra del Águila.
Recorremos a la ida, en cresteo, la coqueta arista del Tajo de Peñarrubia, para seguir sobre la loma al enlace con el ascenso hacia el morrón de la Peña del Águila, todo ello sin perder de vista los dominios de Lora de Estepa.
La vuelta, más sosegada, caminamos por la vereda que recorre el flanco oriental de la dorsal hasta nuestro mismo punto de origen.

NOTA
Tenemos dos datos a tener en cuenta.
La travesía de la sierra es totalmente fuera de pista, con un pequeño cresteo, trepes y destrepes en la zona del Tajo de Peñarrubia y la cumbre de la Peña del Águila. El resto es de avance moderado, que sin tener senda clara, encontraremos a menudo trazas de cazadores o pasos claros entre el matorral que nos encontramos de camino.
La otra es informativa, ya que nos movemos por y entre cotos de caza, con lo que sería recomendable estar al tanto de la presencia de cazadores según la fecha en la que nos aventuremos por la sierra. Nosotros confirmamos con un vecino de Lora de Estepa que no había caza en la zona en el día de la ruta.

Iniciamos la marcha en la amplia zona de aparcamiento junto a la Ermita de San Marcos, pegados al trazado de la Autovía A92 a la altura del desvío de Casariche. Tras nuestro recorrido, desde este mismo punto podremos acercarnos a la base del tajo para visitar la Cueva de Peñarrubia y la zona de escalada.

La falta de información nos planta a pies de la sierra sin el ataque claro a la travesía, sólo tendremos patente la vereda de retorno una vez dejemos atrás nuestra segunda cota.
Por ello, la dubitativa aproximación nos hace salvar el primer envite de la arista de tajos y entrar a la cresta por su umbría matinal.
Aquí tenemos infinidad de opciones, intentando tomar la travesía aérea lo antes posible. No resulta complicado salvar el camino que nos separa, ganando por primera vez las imponentes vistas al trazado aéreo y a la amplia vega que nos rodea.
Ahora no nos dedicaremos a otra cosa que a trepar, siempre pegados al voladizo del tajo e ir salvando en lo posible el terreno mixto entre caliza y matorral.

Alcanzada una primera cota sobre la línea de cumbre adivinamos ya buena parte del camino que tenemos por delante, despuntando al frente la cara amable del cerro de la Piedra del Águila, su flanco oculto resguarda otra magnífica pared caliza.
Continuamos sobre roca, moviéndonos sobre los bloques que definen la arista y sobrepasando una segunda cota.
Por delante, la loma que asciende suavemente haca la Piedra del Águila. Antes nos llevará una serie de destrepes para abandonar la caliza de la Sierra del Puntal.

De nuevo caminamos, entre matorral, aprovechando la red de trazas de cazadores que se enmarañan por la sierra. Aproximación que resulta más cómoda de lo esperado, completando un primer ascenso con tramos sobre roca en el cerro que antecede a nuestro hito.
Desde aquí optamos por una relajada rampa apartada del afloramiento calizo que se estira entre los cerros para conseguir en pocos pasos la cota de la Piedra del Águila.

Formidables vistas de los cerros vecinos, Lora de Estepa y su Hacho, las vegas a levante e incluso en días claros, como el nuestro, las cumbres nevadas de la lejana Sierra Nevada.

Abandonamos el morrón por su flanco puesto, apurando primero el paso sobre una corta arista en fuerte descenso y finalizando por terreno mixto sobre el amplio collado que nos separa de las laderas del Cerro del Guinchón.
En este punto nos encontramos con un impecable cerramiento cinegético, viramos a nuestra derecha optando por la senda que sigue en descenso de mano del vallado cara a Lora de Estepa.

A partir de este momento no abandonaremos la clara senda que nos pasea a media ladera.
Aunque encontraremos distintas portillas que invitan a cruzar el cerramiento y caminar por terreno que parece más cómodo, no cruzamos la valla en ningún momento. Esta bonita traza nos llevará de vuelta bajo las verticales de la Piedra del Águila, después, un descenso continuo y pausado nos conduce al cierre por el flanco de la Sierra del Puntal.

Nos vemos en las montañas.