SIERRA DEL SUEVE: Picos Mirueño y Peñalichar desde Villar

Incluidos en el desafío FEMPA 2022-23 “Montañas y Lagos del Paraíso”:

LAGOS:
44. Laguna Vegallones (no incluida en la lista, sí en el mapa)

PICOS:
90. Pico Mirueño (nº 40, 1137 m)
91. Peñalichar (nº 41, 1063 m)

Interesante y apañada ruta por el Sueve, en solitario, en día muy soleado de enero. Aunque llevaba un track, luego me busqué bastante la vida ya que el Sueve lo permite y, con precaución, se puede ir avanzando entre las peñas por muchos sitios.

Salida desde Villar de la Cuesta, minipueblo cerca de Cofiño, en la falda sur del Sueve. Se toma un camino que sale de la carretera hacia la izquierda y sube por un robledal muy chulo por algo más de un kilómetro. Siempre por sendero claro seguimos otro kilómetro, aunque a los lados hay grandes helechos secos tirados y alguna zarza; quiero decir que en verano podría estar algo cerrado. Así llego a una riega alrededor de la cual hay varias cabañas y, en vez de seguir por el prado del valle, decido intentar una subida directa por la cara sur del Mirueño.

Esa subida directa es dura por lo pindia, pero se van siguiendo trazas de sendero con muchas posibilidades y se hace bastante entretenida. Los últimos metros son de llambria con grandes grietas y hay que ayudarse un poco con las manos. Llego a la cumbre del Mirueño con su buzón y el gamo de hierro que la adornan. Tanto durante la subida a nuestra espalda como desde la cima, las vistas de toda Asturias son espectaculares con los Picos de Europa en primer plano y, hacia la derecha, prácticamente se distinguen todos los macizos hasta Ubiñas y Somiedo. Y por supuesto, la panorámica de la costa asturiana con Lastres en primer plano es preciosa también.

Desde la cima vi, unos metros más abajo, hacia el norte, una manada de ciervos pastando. Así que decidí acercarme lentamente y poco a poco ya vi que no iba a subir para seguir el track que llevaba, porque iba bajando metros bastante empinados. Cuando los ciervos se fueron seguí por donde me pareció en dirección al siguiente objetivo del día. Es un terreno, como la primera subida, con trazas de senderos pero múltiples posibilidades y mola ir buscándose la vida. Mucho ojo, eso sí, si pillamos niebla porque se desorienta uno fácilmente. Curiosamente, en esta tierra de gamos, vi otras dos manadas de ciervos a menos de 100 metros según avanzaba.

Sin más problemas pasé por la tachuelina que es el pico Peñalichar, con su laguna artificial que poner en valor, y ya seguí más o menos el track que llevaba. Por un largo kilómetro el terreno es muy parecido al anterior, aunque ya se vislumbra más camino entre las rocas. Llegué a una hondonada y a la llamada Collada de la Hume, una pequeña pradería donde giré a la derecha siguiendo un senderín hasta unas bonitas cabañas.

En este punto decidí girar a la izquierda para seguir un sendero marcado en el mapa del IGN, viendo que retomaba el track un poco más abajo. Mala decisión, aquí recomiendo seguir el sendero para encontrar la pista de vuelta. Por donde yo fui hay un conato de sendero pero se cierra con espinos y zarzas, y un poco más abajo pillé un terreno de cotoyas quemadas por el que costaba avanzar. Al final conseguí salir a una pista buena que ya me llevó al punto de partida.

Ruta chula, no-larga, exigente, divertida, y con vistas brutales. Tengo que ponerla moderada. Merece la pena.