Sierra Morena-El Centenillo (Jaén): Embalse - cerrillo del Plomo

Larga ruta para una mañana que combina el desnivel que separa El Centenillo del cauce del río Grande con un paseo junto a la ribera del mismo pero no exento de riesgo por los numerosos derrumbes y pedreras que se han originado en la margen derecha, por donde circula el senderillo que va sobre la conducción que antaño llevaba el agua desde este extremo N de sierra Morena, donde se rompe radicalmente para dejar paso al cauce a tierras andaluzas, hasta treinta kilómetros más al S, a Linares, a la capital del Distrito, atravesando el territorio minero que fue todo en uno.
Desde el Centenillo, bajamos por la pista que parte junto a los pabellones de solteros hasta el precioso paraje de la Bomba donde el agua se eleva al pueblo. Pasamos la barrera y unos cientos de metros más adelante, junto a la valla, donde parte un vertical cortafuegos pasamos una puerta que nos sitúa sobre la acequia que ya no abandonaremos hasta la presa; aprovechando que por este lado no corre agua, cruzamos el río justo delante hasta la casa ruinosa de la presa. Salimos del recoleto lugar por un sendero que desemboca en la pista que nos conducirá a la CF de El Puntal bordeando la ladera de este colosal macizo. No llegamos a la casa, unos cientos de metros antes giramos por el cortafuegos que se nos presenta que es el camino más derecho hasta el río. Al cruza la pista por encima de la casa de Camarens nos sale un sendero poco visible, probablemente el viejo camino, de cuando no estaba la pista, lo tomamos y rápidamente estamos en el vado junto al río. Avanzamos hacia la Bomba compartiendo durante un tramo camino de ida y vuelta. Tomamos un refresco en la Bomba, un buen caño surte de agua al que por allí se detiene y camino arriba. Comienza a picar y al meternos en el barranco, hacemos visita al cerrillo del,plomo, lugar cargado de historia, de la más reciente hasta la más antígua, cuando los romanos explotaron el filón de Pelaguindas. Desde aquí, como no ascendemos por el camino romano hasta conseguír alcanzar los pabellones que nos reciben con más alegría como cuando partimos esta mañana.