Sierra Morena (El Centenillo) - Mina La Botella - Cerrillo del Plomo - Bomba - Pozo Nuevo - Pozo Santo Tomás - Cerro Mirador

Una ruta que nos llevará a conocer los rincones más interesantes de El Centenillo y su pasado minero, que se remonta al Siglo II A.C. cuando comenzó su explotación por el Imperio Romano y fue continuada por los británicos en el Siglo XIX.

La he marcado como dificultad moderada debido a que parte de la ruta tiene fuertes pendientes, pues realmente no presenta otras dificultades.

He comenzado el paseo en la Plaza de la Iglesia (dedicada al Párroco Elicio Martínez), a una hora temprana, para evitar el calor y poder disfrutar de la fauna local, que suele mostrarse a primera hora del día o cuando cae la noche.

La ruta comienza bajando hacia la plaza donde se ubica la estatua del minero, allí, pasando por detrás del antiguo casino, llegaremos hasta la carretera que da acceso a la población desde La Carolina. Pasados unos pocos metros, a la izquierda sale un camino/pista, que debemos tomar para llegar al Pozo de "La Botella" donde he sobresaltado a dos ciervas, que pastaban en la zona, pero no se han ido muy lejos, por lo que he podido observarlas un buen rato.

Reanudo la marcha sin salirme de la pista y tras bajar una pendiente muy pronunciada, llegaremos a un camino, que discurre paralelo al río Grande y con una vistas magníficas (primero al propio río, luego a las Peñas del Puntal y después del Cerrillo del Plomo y la mina de Pozo Nuevo) durante el trayecto me sobrevolaron varios buitres y levanté dos o tres bandos de perdices.

Seguimos este camino hacia la izquierda, hasta llegar a la bomba (estación que bombea el agua al pueblo) donde aprovecho para sentarme unos minutos y beber un refrescante trago de agua. Y es en este momento cuando comienza la subida, con escala en el Cerrillo del Plomo (que debe su nombre a la gran cantidad de restos de este elemento que se encontraron en el mismo durante la actividad minera del siglo XX) Este cerro fue uno de los centros productivos en la época íbero-romana de extracción del mineral de la galena, del que se obtenía plata y plomo. En la extracción, se usaron los conocidos "tornillos de Arquímedes" cuyo funcionamiento se explica en los paneles informativos existentes en la zona. En varios puntos del cerro pueden verse restos del horno y otras edificaciones de la época romana, que han sido parcialmente excavados.

Tras disfrutar de este viaje en el tiempo y admirar las vistas, continuamos subiendo (esta es la parte más dura del trayecto) hasta alcanzar el comienzo del Sendero de Pozo Nuevo (éste fue el último pozo abierto para la explotación minera de la zona, en el año 1917) donde merece la pena pararse a disfrutar de las vistas del valle del Río Grande.

Continuando por el referido sendero (que se encuentra perfectamente señalizado) damos la vuelta al cerro (encuentro un hito del Centenillo que me llama la atención) y tras cruzar una puerta, hay que bajar un cortafuegos (con cuidado pues hay mucha piedra suelta) Desde allí, me dirijo al cerro del mirador (pasando por el Pozo de Santo Tomás, que dejaremos a la izquierda)

He tenido suerte con el día, muy claro y una vez que llego a la montaña de grava que hay tras la mina del Pozo del Mirador, se abre ante mis ojos otra preciosa vista de Sierra Morena y la Sierra de Andújar (con unos prismáticos se distinguía el Santuario del Cabezo)

Desde allí comienza el camino de vuelta, pasando por encima del campo de fútbol, uno de los más antiguos de España.