Sierra Morena-El Centenillo: Minas de El Centenillo

Actividad ideada para los compañeros del Club de senderismo El Camino de Beas de Segura, desconocedores en su mayoría de estos pagos de Sierra Morena.
A pesar de que Sierra Morena no tiene excesivos vertices en altura, si que posee profundos barrancos cuya entrada y salida requieren de gran esfuerzo al ganarse y perderse el desnivel de manera brusca, directamente, sin apenas zigzagueo.
El Centenillo es un buen ejemplo de lo mencionado anteriormente, situado proximo al paraje de "Cielo Abierto", cualquier salida tiene el descenso de aperitivo, pero claro, el regreso es penoso, si además se hace con calor da un plus de dureza a una etapa a priori con consideración de moderada.
Iniciamos el camino en el mismo Centenillo, junto a la antígua casa de Direccción hoy rebautizada como Villa Paz, descendemos una centena de metros para ascender por un sendero en dirección al pueblo y visitar las ruinas de lo que fue un centro de vida del pueblo, el viejo almacén y la estación del cable. Continuamos para llegar a la plaza de la Iglesia y continuamos el ascenso buscando la salida del pueblo por entre el viejo cuartel de la Guardia Civil y la calle Hospital. Ascendemos al cerro Lorente, también llamado Mirador desde donde ganamos una gran perspectiva del pueblo y del horizonte de sierra Morena y de la campiña.
Por un cortafuegos alcanzamos la zona de las huertas, en su inicio selladas debido a la gran contaminación que sufrió al tratarse las escombreras con productos químicos mediante el sistema de flotación.
Por un camino practicamente llano, junto a los huertos de Ministivel nos acercamos a la parte norte de la finca Iniestares cerrada por una valla donde vamos girando hacia la izquierda, rodeando el cerro Lorente por su base hasta conseguir juntarnos a la carretera de La Carolina tras un buen repecho.
Aquí cambiaremos totalmente de vertiente, nos encontramos en uno des extremos del denominado filón sur, representado por las escombreras del pozo Los Ranchales. Despues de cien metros por la carretera llegamos a la entrada del pueblo, justo deonde un letrero lo indica, en ese punto tomamos el carril que sale a la derecha para bajar por los diferentes pozos del filón sur. Así, desde la altura saludamos al pozo San Guillermo, embarrancado en lo hondo, llegamos al pozo La Botella y contemplamos su Rafa y su coqueta chimenea aún en pie, más adelante nos desviamos para visitar el pozo macho o San Eugenio de los Ingleses. Volvemos a la pista para llegar a que bordea y acompaña al rio Grande escondiendo debajo las antiguas conducciones que llevaban el agua del embalse del Puntal hasta la lejana localidad de Linares.
Por esta pista dicvisamos un futuro destino de la ruta, el cerrillo del Plomo, pero ahora el siguiente es avanzar en dirección a la Bomba o estación elevadora de aguas al Centenillo, una isla en este caluroso paisaje. Regresamos al cruce situado en la base del cerrillo del plomo pasando por la plataforma inferior del mismo donde encontraremos numerosos restos de escoria de la fundición romana que aquí estuvo funcionando.
Ascendemos a la cima del cerrillo donde contemplamos las numerosas catas que aqui se hicieron en su día para descubrir el poblado romano y subimos a El Centenillo por la antígua calzada, hoy habilitada como sendero. En un puro resuello ganamos los pabellones de la antígua compañía minera donde alojaban a los recien llegados y a los que venían sin familia y llegamos por segunda vez en la ruta al poblado.

Lo rozamos, sin entrar del todo, para tomar el sendero que se desprende de la carretera de circunvalación y que inexorablemente se dirige al cerro del Ágüila. Hacia allá nos dirigimos, por el antiguo camino que quedó tras el desmantelamiento de la red viraría ría de la " maquinilla. Súbitamente nos sorprende en una revuelta del camino, las ruinas del aún reconocible Pozo Nuevo. Nos encontramos sobre el filón norte, sobre su último pozo, el último que se abrió. Nos entretenemos en este magnífico mirados hacia el valle del río grande y el gran muro de EL Puntal. Por detrás de la última casa continúa el sendero que se hace marcadamente ascendente hasta volcar a la otra vertiente del cerro. Unas preciosas vistas de El Centenillo y del pozo Mirador.
Un cortafuegos nos desciende haciéndonos perder la altura ganada para llegar de nuevo a El Centenillo pasando por el gran pozo de Santo Tomas. Sólo nos queda visitar el buque insignia de esta compañía minera: El pozo mirador. Tras recorrer los vericuetos de esta explotaciön regresamos definitivamente a El Centenillo, entrando en el pueblo por el antiguo campo de football uno de los primeros, con toda seguridad de años