Sierra Morena (Jaén): Marmolejo-Santuario Virgen de la Cabeza Gr-48 1ª etapa de Jaén
near Marmolejo, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Primera etapa que transcurre por la provincia de Jaén del GR- 48 o sendero de gran recorrido de Sierra Morena. Este sendero coincide en su totalidad con el camino seguido por los peregrinos que parten de la población de Marmolejo, también conocido como el camino de Marmolejo. Este tramo, uno de los que más distancia tiene del GR-48, diferencia dos partes bien definidas. La primera, la que transcurre desde Marmolejo hasta la puerta de entrada al Parque Natural de la Sierra de Andújar que transcurre primero por asfalto y después por pista amplia, en constante subida de unos 10 kmts. Aquí, estamos a la mitad del camino. La segunda parte, especialmente técnica, nos introduce en pleno corazón de Sierra Morena. Sin tener que salvar desniveles importantes nos lleva en constante bajada – subida por barrancos y vaguadas, salvando puertas de entrada a fincas, hasta el cerro del Cabezo, fin de esta etapa, dura en esencia, tanto por la distancia como por el constante “rompepiernas” del trazado.
Amaneciendo llegamos a las puertas del famoso balneario, cerrado por el momento por los destrozos que las recientes riadas del Guadalquivir, junto al que se encuentra, ha realizado en sus instalaciones. Cruzamos el coqueto y reformado puente renacentista y giramos a la derecha junto al cauce del gran río, coincidiendo con un tramo del denominado sendero de la Ribera del Guadalquivir, que seguimos durante menos de un kilómetro, abandonándolo al llegar a las ruinas de la antigua central eléctrica. En este punto, continuamos el camino principal, asfaltado, que incipientemente comienza a ascender introduciéndonos progresivamente entre el bosque bajo, mediterráneo, conforme abandona el olivar. Nos quedan once kilómetros de incesante subida para salvar quinientos metros de desnivel hasta la Centenera. Conforme subimos, el grupo se va estirando. Nos movemos por una pista asfaltada que sube por el barranco del arroyo de Valdehondillo. Hasta que no pasamos el cruce de El Baldio y Valdeleche no comenzamos a tener vistas del valle del Guadalquivir. Es en la zona de las Majadillas donde se encuentra un esplendido mirador donde, sin estar previsto, el grupo hace un alto reagrupándose ya que el balcón lo merece.La campiña se percibe grandiosa. Porcuna, Marmolejo, Villanueva, Andujar,…
De nuevo en marcha, sin muchas dilaciones, nos toca afrontar las rampas más duras que se ven amenizadas por un pandillón ciclista que nos va superando no sin evidente sufrimiento. Tras una zona de eucaliptos y una trocha que nos quita un par de curvas cambiamos de vertiente mirando ahora a la provincia de Córdoba que se extiende más allá del precioso embalse del Yegüas. Ya queda poco para la cima. La alcanzamos casi sin darnos cuenta. Allí se extiende durante más de un kilometro una cumbre llana que habilita un precioso valle donde el bosque mediterráneo se entremezcla con el pinar de repoblación constituyendo un paraje ideal para la cría de ganado. No debemos distraernos demasiado con este idílico lugar ya que puede pasar desapercibido el cruce a la Aliseda que tenemos que tomar abandonando el que traemos que continua al frente y en bajada hacia el Jandula para dirigirse al Lugar Nuevo. Nosotros en apenas un kilometro nos encontramos en la casa de la cabrera, allí donde está la puerta que nos introduce al Parque Natural, buen lugar para el merecido descanso y el almuerzo que Carlos ya nos tenía preparado, un “canto” bajo la sombra de una enorme encina.
Llevamos veinte kilómetros a cuestas y nos queda el camino más técnico, durante los proximos diez subiremos y bajaremos en un continuo rompepiernas. Nos encontramos justo donde el denominado camino de marmolejo se bifurca, el de la derecha es usado por las carretas, el de la izquierda por caminantes. Subimos pasando por una de tantas puertas, el sendero ahora se convierte en una carcava profunda en tramos, casi una zanja arenosa excavada por los torrentes que se forman sobre el suelo arenoso. Llegados arriba de la loma, volvemos a bajar por una vaguada, la vegetación ahora es rastrera, matorrales principalmente. Subimos, bajamos, de nuevo subimos y, encajados a ambos lados por unas vallas de seguridad, llegamos al arroyo de navalasno de nuevo una puerta, ahora el camino es mejor, ascendente como no, dirigiendose decididamente hacia donde atisbamos unos eucaliptos que nos anuncian la presencia de la cortijada. Unos metros más delante una gran encina nos cobija, da descanso y calma nuestro resuello. Otra puerta y, de nuevo, descenso por un terreno adehesado buscando el arroyo de los Santos, un bonito paraje nos saluda. Algunos refrescan sus pies en las claras aguas. Allí han puesto un puente de esos típicamente rusticos, de madera, solo para peatones.Los kilometros pesan en las piernas y aún debemos subir una loma con el sendero poco marcado para encontar la ¡última puerta! que da acceso a la pista forestal que nos llevará en un kilómetro al Santuario. Pero antes hay que reponer fuerzas, allí vuelve a estar Carlos diligentemente para avituallarnos, de nuevo a la hora prevista. Sinceramente jamás creí que hariamos esa ruta en 9 horas, pero el autobus nos esperaba para devolvernos a Marmolejo. Antes de regresar, ya con la glucosa en niveles aceptables fuimos capaces de subir la última rampa, ese desnivel equivalente en ciclismo a las grandes rampas pirenaicas o alpinas, más si llevamos treinta kilómetros en las piernas. Visitamos la Morenita, como no. La satisfacción compensaba el esfuerzo, sabía que lo notaría más tarde, cuando los musculos se enfriaran, pero ahora estaba feliz, disfrutando de ese lugar mágico enmedio de la nada, mejor dicho, enmedio del paraiso.
Amaneciendo llegamos a las puertas del famoso balneario, cerrado por el momento por los destrozos que las recientes riadas del Guadalquivir, junto al que se encuentra, ha realizado en sus instalaciones. Cruzamos el coqueto y reformado puente renacentista y giramos a la derecha junto al cauce del gran río, coincidiendo con un tramo del denominado sendero de la Ribera del Guadalquivir, que seguimos durante menos de un kilómetro, abandonándolo al llegar a las ruinas de la antigua central eléctrica. En este punto, continuamos el camino principal, asfaltado, que incipientemente comienza a ascender introduciéndonos progresivamente entre el bosque bajo, mediterráneo, conforme abandona el olivar. Nos quedan once kilómetros de incesante subida para salvar quinientos metros de desnivel hasta la Centenera. Conforme subimos, el grupo se va estirando. Nos movemos por una pista asfaltada que sube por el barranco del arroyo de Valdehondillo. Hasta que no pasamos el cruce de El Baldio y Valdeleche no comenzamos a tener vistas del valle del Guadalquivir. Es en la zona de las Majadillas donde se encuentra un esplendido mirador donde, sin estar previsto, el grupo hace un alto reagrupándose ya que el balcón lo merece.La campiña se percibe grandiosa. Porcuna, Marmolejo, Villanueva, Andujar,…
De nuevo en marcha, sin muchas dilaciones, nos toca afrontar las rampas más duras que se ven amenizadas por un pandillón ciclista que nos va superando no sin evidente sufrimiento. Tras una zona de eucaliptos y una trocha que nos quita un par de curvas cambiamos de vertiente mirando ahora a la provincia de Córdoba que se extiende más allá del precioso embalse del Yegüas. Ya queda poco para la cima. La alcanzamos casi sin darnos cuenta. Allí se extiende durante más de un kilometro una cumbre llana que habilita un precioso valle donde el bosque mediterráneo se entremezcla con el pinar de repoblación constituyendo un paraje ideal para la cría de ganado. No debemos distraernos demasiado con este idílico lugar ya que puede pasar desapercibido el cruce a la Aliseda que tenemos que tomar abandonando el que traemos que continua al frente y en bajada hacia el Jandula para dirigirse al Lugar Nuevo. Nosotros en apenas un kilometro nos encontramos en la casa de la cabrera, allí donde está la puerta que nos introduce al Parque Natural, buen lugar para el merecido descanso y el almuerzo que Carlos ya nos tenía preparado, un “canto” bajo la sombra de una enorme encina.
Llevamos veinte kilómetros a cuestas y nos queda el camino más técnico, durante los proximos diez subiremos y bajaremos en un continuo rompepiernas. Nos encontramos justo donde el denominado camino de marmolejo se bifurca, el de la derecha es usado por las carretas, el de la izquierda por caminantes. Subimos pasando por una de tantas puertas, el sendero ahora se convierte en una carcava profunda en tramos, casi una zanja arenosa excavada por los torrentes que se forman sobre el suelo arenoso. Llegados arriba de la loma, volvemos a bajar por una vaguada, la vegetación ahora es rastrera, matorrales principalmente. Subimos, bajamos, de nuevo subimos y, encajados a ambos lados por unas vallas de seguridad, llegamos al arroyo de navalasno de nuevo una puerta, ahora el camino es mejor, ascendente como no, dirigiendose decididamente hacia donde atisbamos unos eucaliptos que nos anuncian la presencia de la cortijada. Unos metros más delante una gran encina nos cobija, da descanso y calma nuestro resuello. Otra puerta y, de nuevo, descenso por un terreno adehesado buscando el arroyo de los Santos, un bonito paraje nos saluda. Algunos refrescan sus pies en las claras aguas. Allí han puesto un puente de esos típicamente rusticos, de madera, solo para peatones.Los kilometros pesan en las piernas y aún debemos subir una loma con el sendero poco marcado para encontar la ¡última puerta! que da acceso a la pista forestal que nos llevará en un kilómetro al Santuario. Pero antes hay que reponer fuerzas, allí vuelve a estar Carlos diligentemente para avituallarnos, de nuevo a la hora prevista. Sinceramente jamás creí que hariamos esa ruta en 9 horas, pero el autobus nos esperaba para devolvernos a Marmolejo. Antes de regresar, ya con la glucosa en niveles aceptables fuimos capaces de subir la última rampa, ese desnivel equivalente en ciclismo a las grandes rampas pirenaicas o alpinas, más si llevamos treinta kilómetros en las piernas. Visitamos la Morenita, como no. La satisfacción compensaba el esfuerzo, sabía que lo notaría más tarde, cuando los musculos se enfriaran, pero ahora estaba feliz, disfrutando de ese lugar mágico enmedio de la nada, mejor dicho, enmedio del paraiso.
Waypoints
Door
1,483 ft
005-PTA HACIA LUGAR NUEVO
02-ABR-11 12:22:02
Door
1,621 ft
009-PUERTA
02-ABR-11 12:51:27
Intersection
1,932 ft
011-BIFURCACION
02-ABR-11 13:56:44
Door
1,821 ft
012-PUERTA FINCA NAVALASNO
02-ABR-11 14:33:33
Door
1,926 ft
014-PUERTA
02-ABR-11 15:01:34
Summit
0 ft
CUMBRE DEL SENDERO 654 MTS
CUMBRE DEL SENDERO 654 MTS
Comments (4)
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Muchísimas gracias!
Es transitable entero en bicicleta?
Hola Jabalino. Quiero recordar que casi todo era ciclable, de hecho nos cruzamos muchos ciclistas. No obstante hay varias zonas técnicas (escalones de piedra en descenso, cárcavas en ascenso,...) en los que posiblemente habrá que descabalgar y hacer algún tramo corto a pie. En todo caso, si te decides, sigue este track y no el nuevo recorrido, se modificó hace un par de años y la subida es mucho más complicada para la bicicleta, sin embargo la que propongo, con buenas piernas no problem. Ya me contarás. Saludos.
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
Bastante dura y menos vistosa hasta la Centenera pero al pasar el portón te metes en medio de la exuberancia de Sierra Morena