Sierra Nevada: Elorrieta desde Hoya de la Mora. Tozal del Cartujo. Lagunillo Misterioso. Chorreras del Molinillo

Partiendo de Hoya de la Mora el primer objetivo del día fue alcanzar lo que queda del otrora magnífico Refugio de Elorrieta, el más alto de la península con sus casi 3200 msnm. La subida al refugio es bastante cómoda si no hay nieve o neveros en el camino, siempre por pistas y senderos que nos llevan a la Laguna de Yeguas, a los Lagunillos de la Vírgen (donde nace el Dílar) y bajo los Tajos de la Vírgen hasta alcanzar Elorrieta, donde las panorámicas 360 son magníficas, destacando el Mulhacén.

Retrocedemos unos metros hasta alcanzar la veredilla de la Cuerda de la Dehesa que nos lleva, entre collados y risquillos, a la fácil cresta que antecede al Tozal del Cartujo. En este tramo hay sensacionales vistas a la Laguna del Lanjarón y su valle. Nos supo a poco a crestilla del Cartujo, que hollamos sin más problema que auparnos al peñasco cimero sin muchos apoyos. Bajamos campo a través fácil buscando la Laguna del Carnero, entre la cuerda y la arista del Cartujo. Desde dicha laguna sí aparece una veredilla que nos ayuda a flanquear la arista del Cartujo y llegar a los borreguiles previos al precioso Lagunillo Misterioso, donde nos avituallamos y repusimos agua. Encontramos, por cierto, gran cantidad de manantiales hasta el Misterioso por lo que el agua no fue problema en esta ruta. Bajamos por el Barranco Misterioso tratando de no meter los pies en las zonas encharcadas de los borreguiles y nos pusimos en un pispás en lo alto de las siempre impactantes Chorreras del Molinillo, que hoy bajaban más o menos a mitad de caudal. A tope las encontramos el año pasado (2022).

La bajada hasta la base de las chorreras es dificultosa y bastante peligrosa por su pendiente y el piso suelto, y por la cierta posibilidad de tirar piedras que pueda herir a otros montañeros. Por tanto, hay que poner mil ojos en el descenso hasta el Dílar. Eso sí, la contemplación de las chorreras durante el recorrido es una experiencia que el montañero nunca olvidará. Despacito y echándonos mil fotos terminamos la bajada hasta el Valle del Dílar, donde nos divertimos pasando bajo la chorrera. Acto seguido toca el salto del Dílar, que esta vez no bajaba ni la mitad de fiero que cuando lo visitamos la temporada pasada y pudimos superarlo sin problema ni peligro. Ojo, que si el río baja crecido puede ser muy arriesgado el salto y habría que buscar mejores opciones río arriba o abajo. Ahora toca subir bastante por los empinados Prados del Piornal, donde encontramos el último manantial que nos supo a gloria. Una vez en las pistas de la estación, solo quedaba elegir las mejores opciones para no perder desnivel y llegar a tiempo de comer en el Albergue Universitario de Hoya de la Mora.