Sierra Nevada. Granada. Hueneja. Ruta de los Molinos de Isfalada. 24-10-2020

Hoy realizamos una ruta por Sierra Nevada, en el límite entre las provincias de Granada y Almería. Es una ruta cómoda, bien señalizada, que se puede realizar en familia. Reúne muchos alicientes, el geológico, botánico, antropológico y por supuesto, el senderista.
Partimos de la localidad de Hueneja, asentamiento localizado en las vertientes del río Hueneja, o Isfalada, río que nace en el glaciar del Chullo.
Partimos de la plaza del Ayuntamiento y pasamos por plazas y calles, con magníficos edificios y monumentos. Destaca el de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Anunciación, un edificio mudéjar, a cuyo costado vemos una fuente, a la que vierten agua unas caras de lobos con las fauces abiertas.
Continuamos en dirección Sur, hacia la Sierra, por las calles de la población, dividida por el río y con diferentes puentes que posibilitan la relación entre sus vecinos.
Proseguimos por el cauce del río, hasta traspasar la carretera A-4103, desde donde un amplio carril, nos llevará al Área Recreativa los Castaños, zona muy equipada para pasar una jornada de descanso. Nosotros proseguimos a la izquierda, siguiendo el sendero de los Molinos o PR -A 30, por detrás del edificio de recepción, un antiguo molino acondicionado para funciones de acogida e información.
Proseguimos en suave ascenso y comenzamos a ver castaños, nogales, servales y una variada vegetación de ribera. También vemos numerosas construcciones, unas en pleno proceso de renovación y otras en buen estado.
Alcanzamos el arroyo Mallagua y seguimos su curso hasta la bifurcación, donde comienza el Camino de los Coloraos, via de comunicación entre el Sened y las Alpujarras. Continuamos a la derecha hasta llegar a los barrancos de Piedra y de los Cerezuelos. Ahora el sendero transcurre entre un pinar. Al girar hacia la izquierda alcanzamos unos enormes farallones, conocidos como los Cargaderos, y una profunda panorámica del valle del Isfalada con las cumbres del la Sierra al fondo.
Cruzamos el río y llegamos al Molino de Pedro, hoy en día transformado en un alojamiento. Tomando dirección norte, el sendero nos llevará junto al barranco hasta el inicio.
El recorrido transcurre entre rocas siliceas, especialmente la pizarra que en ocasiones presentan grandes bloques.
Encinas, pinos, castaños, nogales, chopos y los singulares servales son los ejemplares botánicos más frecuentes y llamativos. También nos encontramos con cultivos de almendros y olivos.
Los numerosos molinos nos evocan una pasada e importante actividad económica. Actualmente los cortijos, muchos de ellos rehabilitados, mantienen la presencia humana en la zona.