Sierra Ortegícar (desde el Cortijo Rompedizos)

El sábado 23 de marzo 2024, un grupo de 14 prestonianos comandados por nuestra compañera Maria José Fernández, realizamos una ruta por Sierra Ortegícar, bajo la predominante calima que ha caracterizado la meteorología de esta semana, comenzamos con una agradable brisa, que fue a más hasta convertirse en un viento muy fuerte de levante sur, que hacía difícil mantener la verticalidad en el momento en que llegamos al vértice geodésico y así se mantuvo por rachas, hasta nuestra llegada al final del recorrido.

Como en anteriores ocasiones, el inicio/final de recorrido lo situamos en el “Cortijo de Los Rompedizos”, sitiado en el extremo suroeste, en el pie de monte de esta sierra, que en realidad es una msesta.

Para llegar a dicho cortijo, debemos dirigirnos a la localidad Serrato, y continuar por la carretera MA-5400 en dirección al Burgo. Unos tres kilómetros más allá de Serrato, veremos a la izquierda de la carretera un carril a la izquierda que es la Cañada Real de Cuevas a Serrato y Málaga, que coincide con la etapa Cuevas del Becerro-Serrato-Ardales del G.R. “Gran Senda de Málaga”, esta pista terriza, nos lleva en descenso hasta cruzar dos arroyos, normalmente secos: el Arroyo del Cerezo y el del Tajo del Escribano. Dejando tres ramales de carril a la derecha, llegaremos al Cortijo de Los Rompedizos, en unos diez minutos desde que abandonamos la carretera. Encontrándose actualmente la pista, en buen estado, para todo tipo de vehículos.

Una vez que comenzamos a caminar por la pista forestal que rodea Sierra Ortegícar, ideal para hacer también en bicicleta de montaña, abandonamos dicha pista 1,2 km más allá del inicio, para iniciar la divertida, algo física y entretenida ascensión por la “Chimenea del Titán”. (No apta para personas sin experiencia en montaña, ni que dominen el arte de las trepadas). Una vez arriba, siempre tenemos la opción

de dirigirnos directamente hacia el vértice geodésico manteniendo una trayectoria casi frontal, tal y como llegamos arriba (dirección ESTE), y a partir de aquí, recrearnos con los magníficos miradores naturales, a los que podemos ir asomándonos desde el vértice geodésico, hasta el Tajo del Escribano y más allá. Pero en nuestro caso, decidimos adornar la ruta, desviándonos dirección N, N-E, aprovechando veredas de ganado para progresar por el inmenso lapiaz por el que se caracteriza Sierra Ortegícar, primero a través de dolinas, después descendiendo por una vaguada, que nos lleva hasta un bosque de pinos de repoblación, plantado por la Confederación Hidrográfica del Sur en la década de 1980, y después dirigiendo nuestros pasos hacia “Los Canchos de En medio”, una pequeña cadena montañosa, caracterizada por varios chamorrillos, en la zona norte de Sierra Ortegícar, que curiosamente, las últimas veces que se han realizado por su zona de cumbres han dado pie a misteriosos incidentes (afortunadamente sin consecuencias grabes), convirtiéndose en una especie de “Triángulo de Las Bermudas” para montañeros y senderistas.

Desde allí, volvimos a descender al pinar de repoblación, donde hicimos la parada del plátano, a la vez que esperábamos a los compañeros que estaban haciendo la entretenida crestería, más dificultosa por las cerradas coscojas, que por los bloques calizos, no siempre fáciles de superar. Desde el bosque de pinos, viramos, rumbo sur, hacia una vaguada desde la cual, iniciamos otro tramo de ascensión, dejando a nuestra izquierda el Cancho de la Graceja, para encarar de forma más directa nuestra llegada a la meseta somital o plataforma cimera de sierra Ortegícar, caracterizado por un enorme lapiaz donde se intercalan tramos más o menos diáfanos, y otros de bloques, y grietas, aún poco afilados, pero que nos obligan a ir midiendo muy bien cada paso que damos, evitando en más de una ocasión alguna grieta y en otras muchas ocasiones caminando de bloque en bloque, hasta que por fin llegamos al vértice geodésico, donde el viento soplaba con gran virulencia. Por fortuna, a sotavento, refugiados en la pared oeste del mismo camorrillo coronado por el vértice geodésico, no hacía nada de viento, y fue allí, donde aprovechamos para hacer la parada del almuerzo.

Finalizado el almuerzo, nos asomamos a los magníficos miradores naturales del Tajo del “Tinterillo”, “El Tajo del Escribano”, visitamos la formación imitativa de “Morla” (la “Piedra Tortuga”), y desde allí, descendimos rumbo N-O, Oeste y S-O, hasta situarnos en la parte superior de “La Vaguada de la Calera” por donde realizamos el descenso, que en este caso fue el tramo novedoso, para todos los compañeros que ya hemos visitado la siempre interesante Sierra Ortegícar en ocasiones anteriores. Y que viene a desembocar muy cerca del “Cortijo de Los Rompedizos, inicio y final de esta ruta.