Siete Refugios de Navafría. Los 7s de los pinares.

Una particularidad de la cara Norte de los Montes Carpetanos, en cuyo cordal se integra el Pico del Nevero, es la profusión de sendas que la surcan a distintas altitudes, lo cual, de seguir su trazado, conlleva la realización de numerosas zetas, aumentando los kilómetros recorridos al tiempo que se minimiza la pendiente. En cambio, si se decide atajar ladera arriba o abajo conviene leer e interpretar bien el mapa antes, ya que no sólo la pendiente aumenta sensiblemente, sino que la densidad del arbolado en ciertas zonas puede hacer muy penoso el avance. En cada caso habrá que valorar la opción que se toma.

Las amplias lomas superiores, tomando como referencia el Pico del Nevero, punto culminante y más elevado, inician un suave descenso hacia el Norte por el irrelevante alto del Porrinoso, en dirección al Refugio de Piemediano.

A ambos lados de estos parajes de lomas extensas de altura se van formando unos barrancos profundos, el del Chorro (Este), y el del Artiñuelo (Oeste), con engañosamente suaves cabeceras para enseguida aparecer las muy empinadas laderas que los flanquean. Dichos barrancos, con sus respectivos Arroyos, el del Chorro, bravo y con una cascada final muy característica (la Cascada del Chorro), y el del Artiñuelo, más tranquilo, confluyen a los 1.330m de altitud en el Área Recreativa del Chorro, sumando sus aguas y dando lugar al Río Cega.

Una red de siete refugios, entre los 1.300m y los 1.800m de altitud, cubre el triángulo formado por ambos Arroyos con vértice en su confluencia. Están conectados entre sí por sendas o pistas de cómodo transitar. Su ubicación, en pequeños claros del bosque (los más altos) o junto a los arroyos, les confieren un encanto especial.

La razón de tal profusión de refugios se me escapa, pero lo cierto es que, tanto conocer su exacta ubicación (que buen abrigo pueden suponer en días de tormenta o de crudo invierno), como enlazarlos en una circular mañanera, resultan razón suficiente para adentrarse en la profundidad de unos pinares esbeltos y hermosos, muy poco concurridos, escuchando el canto de los pájaros y el sonido de los propios pasos.

En sentido de las agujas del reloj, y comenzando por el más bajo, los siguientes Refugios componen el conjunto de los siete:

1. El del Chorro (1.300m)
2. El de Navalcollado (1.780m)
3. El de Regajohondo (1.730m)
4. El de Piemediano bajo (1.670m)
5. El de Piemediano (1.780m)
6. El de la Fragua (1.500m)
7. El del Peñón (1.450m)

Sin ser las siete maravillas del mundo antiguo, estas edificaciones también son dignas de ser visitadas: todas ellas mantienen la techumbre (no es habitual), sus muros son recios y su interior resulta habitable, por lo que continúan haciendo honor al nombre de “Refugio”.