SL-A 307 Sendero Ruta de las Fundiciones (Villaricos, Cuevas del Almanzora)

Desde Villaricos, poblado costero del municipio de Cuevas del Almanzora, iniciamos esta ruta temática que, siempre en dirección este, recorrerá seis kilómetros descubriendo distintos vestigios relacionados con la actividad minera que explotó estos territorios del sureste peninsular durante gran parte del siglo XIX.

No obstante, en mi opinión el mayor atractivo de la ruta son las distintas playas y calas que visitamos o que vemos desde las alturas.

La primera de ellas es la Playa la Dolores, de arenas y piedras negras que contrastan con el azul intenso del Mediterráneo.

Una inoportuna fábrica impide el paso por la costa y nos obliga a salir a la carretera, que tendremos que cruzar con mucha precaución. Un andadero nos permite circular sin peligro hasta sobrepasar el recinto y volver a cruzar con cuida para bajar nuevamente a la playa.

Así llegamos a la parte más divertida, y es que el sendero continúa pegado al agua y sube por unas rocas habilitadas con grapas y pasamanos de hierro, así como cadenas. Aunque no presenta ningún riesgo real, sí que hay que caminar con tiento. A continuación sí que hay que salvar varios pequeños pasos elevados por una senda algo más delicada por su estrechez, firme inestable, oblicuo y en proceso de desprendimiento. A día de hoy se puede pasar con relativa confianza, pero se debería habilitar y asegurar este tramo, no superior a cien metros.

De esta forma aterrizamos en la Cala la Invencible, que toma el nombre de la fundición cuyas ruinas se presentan a nuestros ojos. Se trata de un edificio del que apenas quedan unas pocas paredes, y a su espalda se alzan los restos de una ermita, cuya advocación no he conseguido averiguar. Pequeña y extremadamente sencilla, con una hornacina tras el altar y una ventana ovalada horizontal en cada pared lateral, aún conserva molduras decorativas.

Avanzamos y pasamos juntos a otro edificio de la misma fundición y del que aún se conservan menos restos.

Destaca a poca distancia un gran edificio elevado desde nuestra posición. Se trata del antiguo cuartel de la Guardia Civil de Blanquizares, de porte imponente y hoy adornado por un par de miradores y rampas de acceso a la playa. El edificio está cerrado y en desuso. Una verdadera lástima, la verdad.

El siguiente punto de interés es la Fundición Nueva. Un aparatoso canal traía hasta aquí, desde la Sierra Almagrera, el hierro y plomo extraídos de sus entrañas.

Poco después una solitaria y desvencijada chimenea, y más adelante una estaca nos desvía a la izquierda, abandonando el cómodo camino para afrontar una corta pero dura subida por una senda pedregosa.

Desde arriba las vistas son extraordinarias, y también aquí hallamos más vestigios industriales.

Descendemos a pie de playa y nos dirimis a la Cala del Mal Paso, quizás la que más me ha gustado de todas. Cuidado aquí porque rl sendero es ancho pero aéreo, mejor no tropezar ni resbalar aquí.

Varios requiebros y el vadeo de una vaguada son la antesala a la segunda subida encabritada de la ruta. Aquí uno se da cuenta de que acaba tan fundido como los minerales.

Ya arriba giramos a la derecha, junto a la carretera, a una ancha explanada con un panel paisajístico informativo y la ventana al mar habilitada por el ayuntamiento.

El poste direccional señala 900 metros hasta la Cala de la Concha, primero bajando y luego haciendo una nueva y leve subida final.

Nuevamente junto a la carretera, llegamos al final del sendero, la Cala de la Concha. Un gran recinto amurallado llama nuestra atención. Se trata de un antiguo embarcadero. En el suelo vemos varias tolvas en las que se cargaban los vagones que entraban por debajo y que posteriormente se embarcaban.

Apenas seis kilómetros y medio que, junto con el calor y las constantes subidas y bajada, me han dejado bastante cansado. Ahora toca volver desandando el camino. Vuelta a subir y bajar, y también a disfrutar de los paisajes maravillosos de esta costa almeriense.