SL-MU 19 SENDA CUESTA DEL SALTO (ALHAMA DE MURCIA)

##LUMBRERENSES##

El sendero de la Cuesta del Salto transita entre el barrio de Santo Ángel de Alhama y la zona oeste del monte de La Muela, por donde enlaza con el paraje de Carmona, al pie de sierra Espuña, y con otros caminos que llevan a El Berro o Gebas. Ha sido siempre el paso tradicional de personas que, a pie, trasladaban recursos entre estas zonas y el pueblo, ya que no era apto para el paso de caballerías por sus pasos rocosos.
A destacar:
– Ruina de la balsa del Tío Angelisto, testigo de un antiguo manantial al pie de La Muela.
– Paso rocoso del salto.
– Barranco de Santo Angel. Roca «Vigilante del valle».
– Pino de Manuel Gambín.
!!OJO¡¡ Peligro por desprendimiento de rocas en caso de tormenta.
ATENCIÓN. Senda no apta para bicicletas por riesgo para personas y por la erosión que puede provocar con la frenada con arrastre o derrape.

Con 81 años, Manuel Gambín (Gebas, 1936) sigue recorriendo los caminos y senderos de la sierra de la Muela, que conoce desde niño, con gran vitalidad. Ahora, precisamente, una caída reciente en estos menesteres le ha dejado algo magullado, pero no le ha restado vitalidad. Orgullosísimo, como está, de que su empuje haya servido para recuperar «un patrimonio que es de todos y tenemos que conservarlo», su participación en la restauración de la Red de Senderos de la Sierra de la Muela ha sido clave para rescatar del olvido más de 30 kilómetros de sendas históricas en Alhama de Murcia. «Tenía mucho interés porque, si faltamos los mayores, se pierden las sendas para toda la vida y esto es un trabajo que exige el esfuerzo de todos», reconoce Manuel Gambín la unión de fuerzas que se ha producido entre el Ayuntamiento de Alhama y los vecinos de Gebas, de los que es pedáneo. «Hasta aproximadamente los años 50, cuando llegaron los coches, estas sendas eran las que utilizábamos para ir a Alhama desde Gebas o El Berro y llevar el trigo. Lo hacíamos por la Cuesta del Salto porque esto era una finca privada y, si el tío te veía por otras sendas -dice refiriéndose a don Lázaro-, te pegaba un tiro», recuerda Gambín, hijo de tratante de ganado para «los señoritos», que se crió en un Gebas en auge -llegó a tener 400 censados, hoy son 22-, aunque «sin escuela ni nada», que se vio condenado: «Entubaron el nacimiento y a los geberos nos dejaron sin agua. El pueblo se quedó casi deshabitado». Fue en torno a 1960, coincidiendo con que la carretera, que llegó en 1888, fue asfaltada, rememora Manuel Gambín.