SL-MU 25 Sendero de Rambla Salada de Las Torres de Cotillas (con todas las variantes)

Encontraremos el panel de ruta junto al Albergue Municipal de Las Torres de Cotillas, junto a unos escalones que nos bajan al pie de la Rambla Salada.

Comprobaremos que esta ruta tiene varias variantes (no balizadas), sumando unos 10 kilómetros muy entretenidos.

Las escaleras nos dejan en la primera de las bifurcaciones: a la izquierda acompañamos a la rambla durante 2 kilómetros hasta que desemboca en el río Segura, pero esto lo haremos a la vuelta.

De momento vamos a la derecha, hacia el paso de roca (vado 2), caminando por la margen izquierda de la rambla, hasta que llegamos a un pino y una bajada donde la vadeamos y cambiamos de margen, siempre paralelos al lecho.

Hoy estaba seca, pero cuando la hice por primera vez, hace un par de años, había agua y me costó hacer equilibrios para pasar sin mojarme los pies.

El sendero es divertido y muy fácil, pasando por varios escalones tallados en el conglomerado de piedras. Enseguida aparece agua y se multiplica la vegetación, pero el paso es sencillo.

Justo cuando la rambla va a girar a la izquierda estaremos pendientes para vadearla de nuevo en un paso entre las cañas. Veremos al otro lado un cartel de peligro por posibles avenidas de agua que nos servirá de referencia, además de las propias marcas blanquiverdes del SL.

Ya en el otro lado subimos una empinada senda hasta otro poste direccional. Aquí comienza el tramo circular, denominado Sendero circular Loma de las Meleras.

Lo podemos hacer en el sentido que queramos. Yo he ido a la izquierda, al pie de la loma, pasando por nuevos peldaños tallados, cruzando un ramblizo y subiendo por senda y suelo rocoso a otra loma donde veremos un nuevo poste que marca otra variante, la del meandro (vado 3).

Para llegar a él debemos girar a la izquierda y seguir la senda durante medio kilómetro, entre viejos olivos, en un paisaje árido y rodeados de paredes calizas repletas de oquedades donde anidan chovas y otras especies. Es un bonito rincón, sólo afeado por la cercana planta de áridos que hay al frente.

De vuelta al SL propiamente dicho continuamos, pero enseguida llegaremos a otra derivación, la del Salar, a poco más de 100 metros, y que no es más que el cauce húmedo.

De nuevo en el SL caminamos dirección norte, entre grandes olivos por suelo pedregoso. La ascensión es suave y agradable. Ignoramos un primer cruce a la derecha, pero el segundo sí que lo tomamos poco antes de llegar a una casa. Hay señal de desvío pintada en el suelo.

En dirección este seguimos la leve ascensión, y en breve, en una explanada, encontraremos a la derecha un panel que señala el camino que lleva al mirador, a 600 metros. Este camino sube y baja varias veces hasta alcanzar el mirador sobre la Rambla Salada, con muy buenas vistas del paraje.

Regresamos al cruce y giramos a la derecha, ahora en bajada y girando hacia el sur. Menos de un kilómetro nos separa del final del tramo circular, y cuando llegamos al poste direccional desandamos el tramo en paralelo a la Rambla Salada, con sus correspondientes vadeos, hasta ubicarnos al pie de las escaleras que suben al albergue.

El tramo que resta acompaña los últimos metros de la rambla hasta su desembocadura en el río Segura. Está señalizado con marcas de SL, y no tiene pérdida. No es un paseo particularmente bonito, así que se puede prescindir de él.

Lo que sí encontraremos son los vestigios de una ruta, cuyos elementos están vandalizados y castigados por el propio tiempo. Bancos, postes direccionales, escaleras, papeleras, pasamanos y cartelería presentan un aspecto lamentable, y urge restaurarlos o incluso retirarlos.

Subimos a un mirador con buenas vistas de la rambla, y volvemos a bajar hasta que, unos metros antes de salir a la carretera, una estaca nos conduce al lecho de la rambla. No es muy atractivo este punto, lleno de basura y arrastres de avenidas de agua.

Cruzamos carretera y vías del tren, reincorporándonos al camino, que nos llevará por la margen izquierda hasta la misma desembocadura en el río Segura, aunque es apenas visible entre la maraña de cañas.

Desde aquí sólo resta dar un paseo de vuelta hasta las escaleras que, junto al albergue, nos dejan en el punto de inicio de ruta, donde damos por acabada una excursión que nos habrá dejado un sabor agridulce.

NOTA: El tiempo marcado, casi 25 horas, se debe a que hice la ruta en dos días, dado que por falta de tiempo me fue imposible completarla de una sola vez. Con paradas incluidas se puede hacer la ruta entera en unas 3 horas tranquilamente.