SL®-C 71 / Dolmen de Pedra Gentil

SL®-C 71 / DOLMEN DE PEDRA GENTIL (Vallgorguina - Vallès Oriental)

Esta mañana nos vamos a Vallgorguina para hacer una ruta fácil, rápida y bonita, el SL®-C 71. Para llegar al punto de inicio debemos ir hasta Vallgorguina y aparcar el coche en la calle Montseny. Una vez que aparquemos el coche en la calle Montseny, vamos hasta el puente que cruza la Riera de Vallgorguina y lo pasamos.

A mano derecha tenemos un panel informativo de la ruta donde veremos los puntos de interés, distancia, desnivel y tiempo aproximado, algo muy relativo, ya que a mí me dió 7,2 kilómetros en el gps y tardamos unas tres horas, cierto es que íbamos en plan pachanga ya que hacía mucho calor.

Una vez visto el perfil del desnivel de la ruta, decidimos hacerla en sentido inverso al que indica el panel informativo, empezamos hacia nuestra izquierda dirección a la Casa de Colònies Can Clarens, así haremos el tramo con más subida al principio y luego todo será bajada con algún que otro pequeño repechón.

Al principio vamos paralelos a la Riera de Vallgorguina durante unos 200 metros hasta que el camino nos haga girar hacia la derecha. Una vez dejamos la Riera de Vallgorguina, el camino tiene muchos árboles a ambos lados que nos ofrecen una buena sombra, cosa que se agradece en este tramo de subida.

La pista por la que vamos hacia Can Clarens está en perfectas condiciones, de hecho por ella vienen autocares que dejan a los niños en la casa de colonias. Después de unos 25 minutos caminando desde que empezamos la ruta, llegamos a Can Clarens, una masia del siglo XVIII, que se convirtió en casa de colonias en 1986. Tiene una capacidad para 82 personas y se pueden practicar todo tipo de actividades lúdicas y pedagógicas.

Dejamos detrás nuestro Can Clarens, giramos 180 grados y seguimos subiendo dirección a la residencia canina. Can Clarens tiene una residencia canina, la veremos a nuestra derecha. Otro giro de 180º, dejamos detrás nuestro la residencia canina y seguimos con nuestro recorrido.

El primer poste indicativo del SL®-C 71, la verdad es que hasta ahora el camino no tiene pérdida alguna, se trata de ir siempre dirección Can Clarens. A medida que nos alejamos de Can Clarens, el camino se vuelve un poco menos civilizado y aprovecho para dejar que las bichas correteen libres por el monte. Este tramo hasta volver a salir a una carretera de tierra, tiene pequeñas subidas y bajadas.

Una pequeña cueva a nuestra izquierda. Maya va corriendo a mirar si hay algún habitante pero no encuentra a nadie. De momento la excursión es bastante suave y todos se lo están pasando genial, aunque las que más las cuadrúpedas.

Después de andar unos 900 metros desde que dejamos Can Clares, abandonamos el caminito por el que íbamos y salimos a una carretera de tierra, así que atamos a las perras no sea que venga algún coche. Pasamos junto a la Braseria El Paller de Can Pradell de la Serra.

Ahora descenderemos suavemente durante un tramo de unos 600 metros hasta llegar a una curva donde nos desviaremos del camino para ir a un punto de interés cercano a esta ruta. Un panel informativo nos indica nuestro próximo punto a visitar, la Iglesia de Santa Eulàlia de Tapioles.

Este desvío hasta la ermita son unos 800 metros entre la ida y la vuelta, más o menos unos 5 minutos en cada trayecto, podemos obviarlo, pero ya que estamos, merece la pena visitarla. Justo antes de llegar a la iglesia, ya la veremos al fondo, dejaremos el camino y subiremos por un tramo de piedras. Aprovechamos una pequeña explanada donde hay unas piedras para sentarnos y desayunar algo, que las tripas empiezan a rugir. Barbie y Maya atentas a ver de donde les puede caer algo de comida jejeje.

Este conjunto arquitectónico consta de una iglesia, cementerio y una casa, actualmente todo en ruinas. La iglesia, inicialmente fue una celda monástica, datada en el siglo IX que más tarde se convertiría en una iglesia rural. En el siglo XIII se amplió esta iglesia románica hasta que a mediados del siglo XIV y por culpa de la peste negra, fue abandonada y quedó en estado ruinoso. En el siglo XIX la familia Pradell la adquirió y la amplió construyendo el campanario, el cementerio, una casa y reformó la iglesia añadiéndole la fachada con un aire barroco.

Después de esta pequeña clase de historia y un buen bocadillo, volvemos al camino principal y seguimos bajando hasta llegar a un cruce de caminos. Justo en ese cruce tenemos el camino para subir hasta el Dolmen de Pedra Gentil. Por la izquierda y subiendo entre piedras y raíces pueden ir los más aventureros, en este caso Judit, Maya y mi madre. Por la derecha hay un camino más suave para personas que tengan algún tipo de problema al caminar. Mi padre, Barbie y yo subimos por este camino, es lo que tiene tener una rodilla de titanio, rutas suaves y sencillas, pero no por eso hay que renunciar a pasear por la montaña, hay que elegir bien las rutas.

El Dolmen de Pedra Gentil. Un Dolmen situado entre los años 3500 a.C. y 2000 a.C. Está formado por 7 megalitos verticales y un gran megalito superior horizontal. Existe la teoría de que esta no era su localización inicial, sino que a mediados del siglo XIX el dolmen se encontraba en un lugar cercano y como que al propietario de la finca le molestaba en sus campos de cultivo, lo trasladó hasta lo alto de este montículo donde se encuentra actualmente, no se sabe ni como transportó las piedras hasta este lugar, ni si durante el traslado modificó la distribución de las mismas. Según los historiadores, esta teoria es falsa y sostienen que el dolmen siempre estuvo aquí ya que no hay ningún dato histórico que diga lo contrario. Según la tradición, este dolmen era el punto de encuentro de todas las brujas de la comarca, y celebraban sus aquelarres y rituales mágicos, y la palabra Gentil viene dada porque se celebraban rituales paganos.

Cuando bajemos del Dolmen de Pedra Gentil, retrocederemos por el camino que vinimos unos 50 metros hasta ver un camino que sale a nuestra izquierda. Ahora continuamos por este camino. Hay una señal que avisa a coches y motos que no pueden circular por él, así que Barbie y Maya pueden volver a corretear libres de nuevo.

Nada más empezar este tramo, tenemos una subida de unos 200 metros con unos 20 metros de desnivel, no es gran cosa y afortunadamente para mi padre, es la última que nos queda en toda la ruta, luego ya todo será bajada.

Llegamos a un cruce donde tenemos la opción de ir por un tramo del GR®-92 o continuar por el SL®-C 71, lo suyo hubiera sido seguir por el SL, pero como el camino del GR sigue en línea recta y está bastante despejado y muy bien señalizado seguimos por él. Los GR o Grandes Recorridos, están señalizados con una raya blanca sobre una raya roja.

Por fin se terminó la bajada, ahora hemos de girar hacia nuestra derecha. Dirección a la Riera de Vallgorguina. Se nota que tenemos una riera muy cerca, la vegetación es mucho más fronsosa que en el bosque. Este tramo junto a la Riera de Vallgorguina tiene unos 350 metros. El sol apenas alcanza a atravesar las hojas de los árboles, lo cual se agradece ahora en pleno verano.

Las marcas que veremos durante este tramo son las del GR, aunque el GR y el SL comparten estos 350 metros, solo hay marcas blancas y rojas. El camino se ensancha y a nuestra derecha vemos la Estació depuradora s'aigües residuals de Vallgorguina.

Pasamos de largo la depuradora de agua y giraremos a nuestra derecha para dejar el GR y seguir por el SL. Un cruz blanca y roja nos indica que hemos abandonado el GR®-92, nosotros seguimos adelante. En este tramo que transcurre paralelo al Pla del Forn, podemos ver una plantación de coníferas.

A nuestra izquierda una gran explanada, nosotros continuaremos por el camino en el que estamos y después de una pequeña bajadita, llegaremos al cruce inicial. Cruzamos nuevamente el puente de la Riera de Vallgorguina y llegamos al punto donde aparcamos el coche. Una excursión fácil, rápida y bonita, ideal para hacer una mañana en la que nos apetezca estirar un poquitín las piernas cerquita de casa.

Distancia: 7 kilómetros 200 metros.
Desnivel: 240 metros.
Duración: 3 horas.