SOLANA EL QUEMADO, LA FRESNEDILLA, VADO DE CARBONEROS

Con motivo de la celebración del día de medio ambiente el Ayuntamiento de Valdepeñas de Jaén ha organizado una ruta de senderismo por nuestra sierra, entorno privilegiado que tiene nuestro municipio para deleite de los amantes de esta actividad. El encuentro ha contado con la agradable presencia de concejal Francisco Tello, la concejala Maty Martos y ha sido coordinada por el técnico Manuel Ramos el granadino. A las diez de la mañana, ha sido el punto de encuentro, en el vadillo, donde los organizadores nos han recibido ofreciéndonos un exquisito trozo de tarta. Una vez preparados, nos hemos acomodado en los vehículos particulares y cogiendo la senda del camino de los bojes o camino de la sierra nos hemos dirigido al punto de partida de nuestra ruta. Poco antes de terminar el asfalto en el camino, a la altura de la antigua vereda del hoyoncillo, observamos con horror los estragos de la tormenta de ayer en forma de lastre de tierra y piedras, al dejar el asfalto y empezar el camino de tierra tomamos conciencia del beneficio de las últimas lluvias en forma de ausencia de polvo al paso de los vehículos en peñones auténtico balcón sobre el pueblo de Valdepeñas. Cuando volcamos el puerto Carboneros se impone ante nuestros ojos la majestuosidad del valle de carboneros, hoy si, un poco más vestido de verde hasta que al final del descenso llegamos a lo que será el inicio de nuestra ruta, el vado de carboneros. Después de dirigirse a nosotros el coordinador haciéndonos las últimas indicaciones, iniciamos la marcha cuesta arriba por la senda de cañada larga durante todo este trayecto tenemos que atravesar por tres veces una alambrada para el ganado, lo que denota claramente que estamos atravesando fincas particulares, extremo este, que debemos tener siempre presente a la hora del respeto a nuestro entorno.
Una vez culminado el Collado, bajamos en dirección al punto álgido de la ruta, la solana el quemado. Una vez que nos hacemos la foto de grupo desde la parte norte, pasamos a la parte sur donde está situada la era para observar uno de los últimos vestigios de vida, el horno. La familia Cano encabezados por el matrimonio entre Amando y Graciana, establecieron en este lugar su hogar y su vida, ampliando el "complejo" y albergando a cada uno de sus hijos a medida que se iban casándose, Francisco, Mariano, Manuel, Miguel, Pilar ....., todo el tributo que le brindemos, me parece escaso.
Estamos en la era del cortijo y no puedo contenerme del impulso, y le pido a Mercedes que pose con su marido que quiero hacerle una foto con vistas al oeste, el fondo de la foto no tiene una nitidez muy buena pero me interesa más el interés emocional, pues le pido que comparta con su madre, los vestigios de sus ancestros, el cortijo de los minutos. Paquita, tienes que explicarle a tu hija, para que trascienda entre generaciones como un valor excepcional, como fue, en este lugar, el cortejo que te rindió tu marido Pedro, cuando en sus desplazamientos para esa noble causa los medios de locomoción eran cuanto menos, singulares, a ojos de hoy. Tenéis no sólo mi reconocimiento, sino mi cariño. Nos volvemos hacia atrás con la vista hacia el fondo del barranco de despeñaburros, el cortijo de Baltasar, también llamado de la colilla o del médico, y arriba en el horizonte las ruinas del cortijo Jarraalmas, vigilando imponente a su lado la figura del quejigo de ezequiel protagonistas de la novela del amigo Enrique Armenteros.
Nos volvemos por el mismo camino y una vez coronado el Collado, bajando, giramos a la derecha para subir a la loma y descubrir la panorámica imponente que nos ofrece el paredón coronado de sus generadores eólicos, en la bajada hacia la fresnedilla, a la derecha divisamos el cortijo de los ratones, que como no puede se de otra manera en estos pagos, tiene en su cercanía la era correspondiente. Así bajando nos encontramos con el carril de la sierra que nos conduce a la fresnedilla. En este cortijo, de los pocos activos en la actualidad, vemos la cantidad de ganado, también su pilar singular dotado de una hornacina, hoy vacía, pero en su día albergó un santo, y la marca de una figura. Emprendemos la subida hacia el puerto de la fresnedilla para divisar al fondo el cortijo de las lomas que se accedia desde el puerto de carboneros por el camino de la cañada de los habares dejando a la izquierda el cerro de la cruz, un majestuoso e imponente centinela de todo el hueco de navalayegua. Cuando pasan 2 horas y 50 minutos del comienzo llegamos a los coches cuando empieza a llover.
Al final el Ayuntamiento de Valdepeñas ha tenido la gentileza de ofrecernos un delicioso ágape en la caseta municipal donde con las ganas propias del recorrido hemos degustado entre los alegres comentarios de la jornada. Muchas gracias a todos por vuestra compañía.