Solana, Navezuelas (Las Villuercas) - Cancho del Reloj

Ruta corta pero intensa. Tendrás fantásticas vistas y oirás el batir de las alas de los buitres.
IMPORTANTE: la ruta está en una zona de propiedad privada; por ello es conveniente contar con permiso de los propietarios para realizara. Hay zonas en las que hay que trepar por piedras sin señalizar sitios fáciles. Por todo esto no es conveniente ir sin guía. Nosotros contamos con la guía de nuestros amigos de Navezuelas Benito Pulido y María Jesús. Para contactar con ellos puedes llamar al ayuntamiento de Navezuelas y dar tu contacto, allí se encargarán de hacer llegar a Benito vuestro interés.

Nos acercamos en coche hasta el collado de Santa Lucía, y desde ahí tomamos una pista con cancela para vehículos que se adentra hacia el abrigo de Santa Lucía. Hay un momento en el que desde la pista hay que girar hacia la izquierda para subir hacia el abrigo Del Reloj; no está señalizado ni hay sendero claro sobre el terreno, por eso es conveniente contar con guía que ademas te va explicando curiosidades de la zona.

Según subimos sorprende los restos en piedra de antiguos moradores de esos abrigos, los vetones prerrománicos, que construyeron defensas como parapetos contra ataques que todavía se pueden ver entre ramas y musgo.

Pronto se llega a los canchos, debiendo sortear peñascos para ir de un lugar a otro; en las paredes aún se puede ver claramente pinturas rupestres de tipo esquemático que muestran tanto formas humanas simples como lo que parecen cuentas (según piensa María Jesús con buen criterio) al estilo de las rayas que hacían los presos antiguos en las paredes para saber cuanto tiempo llevaban en presidio. Impresiona ver ese patrimonio histórico sin ninguna protección contra la interperie.

Una vez en los canchos, es necesario andar en silencio y hablar en susurros, pues allí habita una colonia de buitres leonados que podrás ver posados en sus piedras a la vez que te acompañarán de cerca en sus vuelos. No hay sendero definido para ir de cancho a cancho; solo el conocimiento de por donde poder pasar te puede evitar un disgusto. Podrás ver formaciones rocosas caprichosas dignas de contemplar.

Las vistas son impresionantes, tanto del valle de Santa Lucía, con su pantano, como de los kilómetros y kilómetros de dehesas hacia Trujillo, con las majestuosas peñas de Cabañas del Castillo a la vista, y, al fondo, como una bruma difusa, se alcanza a ver la sierra de Gredos aún con su nieve en esta época del año.

En definitiva, en esta corta ruta no hay rincón ni giro de cabeza que no se merezca un rato de contemplación y una fotografía. El paisaje, con su flora y fauna (sobre todo aves) es digno de saborear. Disfrútalo pero cuídalo al mismo tiempo; recuerda: cuando te vayas del lugar no debe quedar nada que indique que has estado en él salvo las fotos.