Solle, Las Biescas, Solle PR LE-30

Ruta fácil de hacer, muy bien señalizada y con hermosas vistas añadidas a la visita al avellanar en un paseo fantástico.
Había muchas dudas de poder realizar la ruta ya que el tiempo anunciaba posibilidad de lluvia. Aún así nos dirigimos al pueblo de Solle punto de partida de la ruta. Hacia la mitad del pueblo en un lugar más ancho dejamos el coche y continuamos hacia el final del pueblo. Pasamos sobre el río, llegamos a la fuente y comenzamos la ruta y enseguida vemos el cartel anunciador de la PR LE-30 que es la que vamos a hacer.
Lo hacemos por una pista amplia y en ascenso pero muy llevadera. A pocos metros nos encontramos en una bifurcación que nos indica los dos sentidos de la ruta, tomamos el de la izquierda en dirección al Collado de Orones por Valdesolle llevando a nuestra derecha el arroyo la Llosa que más adelante pasará a estar a nuestra izquierda.
La subida continúa hasta los 2.5 Kms aproximadamente. Aquí encontramos una bifurcación en la que giraremos a la derecha en dirección al avellanar. Lo más costoso ya está hecho. La pista aunque no está tan transitada es una pista muy reconocible y con lindas vistas del valle y con la impresionante estampa ante nosotros del Susarón.
Un Km más adelante llegamos a la entrada del bosque de avellanos y lo atravesamos con la tranquilidad que requiere el contemplarlo y disfrutarlo.
A la salida de el llegamos al collado de Orones y aunque la intención era hacer la parada para comer el bocadillo, las primeras gotas de lluvia empiezan a caer y optamos por continuar, no sin subir unos pocos metros más, al pico Prado del Toro ya que las vistas desde aquí merecen mucho la pena. Vista a ambos valles y al pantano del Porma.
Retrocedemos esos metros desde el pico hasta tomar de nuevo la ruta oficial y comenzamos un suave descenso, que se torna algo más pendiente a los 300 metros pero que no tiene ninguna dificultad para recorrerlo. Esta senda nos coloca de nuevo a la entrada del avellanar con unas imágenes muy llamativas pues los avellanos a modo de arcos nos muestran un camino de película.
Nos adentramos de nuevo en el avellanar y aquí la lluvia ya pasó a ser mas intensa por lo que aprovechamos para poner los chubasqueros a la protección de las hojas y acelerar un poco el paso pues no sabíamos si la intensidad de la lluvia iría en aumento.
Continuamos el descenso ya en la zona abierta y en dirección al arroyo de la Llosa y tras cruzarlo llegamos al punto que cerraba el círculo de la ruta.
Desde aquí solo nos queda desandar ese medio Km que recorremos por la misma pista en la que iniciamos la ruta y llegar al pueblo. La lluvia parece que se ha apiadado de nosotros lo cual hace que podamos caminar mas tranquilos.
Finalmente llegamos al pueblo dando por finalizada nuestra ruta y de nuevo aconsejándola ya que es fácil, está muy bien señalizada y es muy bonita de realizar.