Soportújar-Dique 24-Acequia Grande-Acequia Almiar-Atalaya de Soportújar-Centro Budista O Sel Ling

NOTA: La ruta se puede hacer sin problemas en unas 7 h, alargándose la misma en función de lo que queramos recrearnos en el recorrido.
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Se trata de una de las rutas más bonitas y completas de la Alpujarra, que mantendrá nuestro interés desde su inicio hasta su final. Es una ruta típicamente senderista al discurrir siempre por algún tipo de vía; además el recorrido usa una parte del trazado del PR-A 22, así como un trozo del Sulayr en su tramo 5º “Puente Palo-Capileira”.
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La mejor época para disfrutar al máximo del recorrido será el otoño, ya que una buena parte del trazado discurre por el interior de un bosque de roble melojo, árbol caducifolio que en esta estación dejará caer sus hojas en un espectáculo para los sentidos.
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Físicamente tiene dos partes bien diferencias. La primera mitad es exigente a nivel físico, ya que en algo menos de 9 km tendremos que superar un desnivel de más de 1.000 m. Nos obstante, habrá tramos en los que podamos recuperar, al llanear o incluso bajar el sendero. Tras el km 10’5, la ruta pasará a ser un cómodo paseo en el que se llaneará y se bajará, sin ninguna subida de interés; por lo que la única exigencia física será la recorrer los casi 11 km que nos separan del inicio de la ruta.
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El recorrido se inicia en el bello y singular pueblo de Soportújar, con un trazado típicamente alpujarreño, heredado de nuestro pasado andalusí: calles sinuosas y estrechas, casas de fachadas blancas y casi de la misma altura y un gran número de soportales o tinaos. De hecho el nombre del pueblo significa “lugar de soportales”. No obstante, lo que más nos llamará la atención del pueblo será verlo plagado de brujas: pintadas, en esculturas: en los paneles de señalización, en los números domiciliarios… De hecho los pueblos de los alrededores llamaban “brujos” a los soportujeros. El porqué de todo ello se remonta a la época de Felipe II (siglo XVI) en el que el pueblo fue repoblado por familias gallegas. En aquellos años se relacionaban a los gallegos con los conjuros y la magia (la leyenda negra dice que muchos de ellos eran meigas que huían de la inquisición).
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Abandonaremos el pueblo por el Camino del Cañar que con fuerte pendiente nos llevará hacia la sierra. Al alcanzar la acequia de la Vega tendremos unos kilómetros de respiro al acabarse la fuerte subida, respiro que durará hasta alcanzar el dique 24. Este dique se terminó de construir en 1.943, con el objeto de estabilizar el cauce del río Chico y los taludes adyacentes y evitar la aguda torrencialidad que afectaba negativamente a parte de la comarca, sobre todo a la población de Órgiva. En años de lluvia y especialmente en primavera es muy llamativo el salto de agua que se forma en él, de unos 30 m de altura.
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Desde casi el inicio de la ruta hemos estado inmersos en un bello bosque, fundamentalmente pinos, aunque también habrá quercus y árboles de ribera; formando un bosque muy umbrío, con algunos ejemplares magníficos y centenarios. Eso será así casi tota la totalidad del recorrido.
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A partir del dique 24 comenzará un tramo de subida constante que durará unos 6 km (desnivel de 650 m), hasta alcanzar la pista en Puente Palo. La subida hasta el antiguo vivero de Montechico es bastante sostenida, pero a partir de éste se encrudecerá.
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La llegada a Puente Palo supondrá el final de la subida y el inicio de una parte muy bonita del recorrido: la marcha por las acequias Grande y Almiar. Ambas acequias son de careo y en la actualidad llevan agua. La primera discurre por el interior de un umbrío y bello pinar, y la recorreremos hasta su nacimiento en el río Chico. Mientras que la segunda nos descubrirá un bosque todavía más espectacular que el anterior, un bosque dominado por los quercus, donde destacará el roble melojo. La acequia Almiar se recorre desde su nacimiento (mismo lugar que la acequia Grande) hasta su final. Señalar que la acequia Almiar tiene un paso con pendiente, resbaladizo y algo expuesto en el que se ha colocado una cuerda para facilitar el descenso de este pequeño tramo.
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Al acabar la acequia Almiar, alcanzaremos sin esfuerzo, la Atalaya de Soportújar (con vértice geodésico y caseta de vigilancia contraincendios). Desde su posición estratégica, la Atalaya de Soportújar, se convierte en un excelente mirador al Valle del Poqueira, al Mulhacén y al Veleta, a la Sierra de la Contraviesa, a la Sierra de Lújar y al valle creado por el río Guadalfeo.
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Al dejar atrás la atalaya también dejaremos atrás los densos bosques que nos han acompañado desde el inicio del recorrido; pero la ausencia de masa arbórea no restará interés a la ruta, ya que todavía nos queda por pasar por uno de los puntos fuertes del itinerario: el Centro Budista O Sel Ling, centro de retiro espiritual, inaugurado por el mismo Dalai Lama, el cual le puso el nombre, que viene a significar “Luz cristalina”.
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Lo primero que nos encontraremos será la escultura de la Tara verde: la madre de la sabiduría divina, que da energía y felicidad para disipar todos los obstáculos. Saldremos de ella justo por el extremo contrario al que hemos llegado, evitando por respeto, el meternos en la zona de retiro, en la que encontraremos tanto en el camino de acceso, como en cualquier sendero que conduzca hasta ella, carteles de prohibido el paso.
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Al salir por el otro lado de la tara verde encontraremos un claro sendero, muy bien marcado en el terreno. Es un sendero habilitado por el centro budista, que al discurrir por fuera del recinto de meditación, permitirá a los curiosos visitar todos los aspectos de interés de este centro de retiro, sin perdernos ninguno. No obstante, a pesar de estar fuera del recinto de meditación, deberíamos marchar en silencio porque seguimos estando dentro de las instalaciones budistas, como así nos lo recuerda algún cartel.
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En nuestro caso después de haber visto al buda de la medicina, la estupa de O Sel Ling y la rueda de las oraciones, marchamos hacia la recepción. Allí una amable y simpática monja budista nos atendió e informó.
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Una vez fuera del centro de meditación, seguiremos por el camino de la derecha, también cortado con cadena y un cartel prohíbe el paso; pero no estaremos mucho tiempo en él. Cuando el camino haga curva pronunciada a la derecha, llegará el momento de dejarlo.
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Avanzaremos hacia el extremo de unos chaparros, detrás de estos aparecerá un marcado sendero (señalado con un wp), que prácticamente a curva de nivel, nos sacará a una pista, que tomaremos a la izquierda en dirección a la casa forestal de Soportújar.
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Muy cerca de ésta y, para quitarnos una curva del camino, cogeremos un antiguo camino (marcado con wp) que unía el cortijo del Chozón con la casa forestal.
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Para regresar a Soportújar, cogeremos un camino que dista unos 20 m de la casa forestal. El camino desciende un desnivel de casi 400 m en tan solo 1’9 km, estando la mayor parte del tiempo cementado, por lo que las personas con problemas de rodilla pueden resentirse algo.
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RUTA RELACIONADA (por si queréis hacer una versión más corta):
http://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=11876031
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QUE LA DISFRUTÉIS y recuerda LLÉVATE A CASA TODA TU BASURA, POR PEQUEÑA QUE SEA.