Soto de Sajambre-Canto Cabronero-Peña Beza-Travesedo de Beza-Las Segadas-Vegabaño-Soto

Subimos hasta la Portillera de Beza, en el límite con Asturias por la Senda del Arcediano. Aquí giramos noventa grados y encaramos de frente la pendiente buscando una canal chimenea que supera la muralla rocosa (paso de II en la salida, no es expuesto). Luego se sube por camperas hasta el pie de las paredes del Canto Cabronero. Aquí nos precipitamos y subimos por una canal que cae de la cumbre sur, tiene un paso de trepada al comienzo fácil, encontramos algunos hitos. Luego por la cresta vamos hasta la cumbre norte, la más alta. En el descenso sí tomamos la ruta habitual. Descendido el Cabronero continuamos hasta las Peñas de Cebolleda y bajamos el escarpe al sur de la cumbre. Hay algunos destrepes que requieren atención.
La subida posterior a Peña Beza es fácil y está bien hitada.
Bajamos por la arista oeste buscando el comienzo del Travesedo de Beza. Hay que poner atención en los pasos para superar las barreras rocosas que nos salen al paso en el descenso hasta el comienzo del travesedo. Son paso sencillos, pero hay que encontrarlos para no enriscarse.
El travesedo es una canga herbosa horizontal a unos 1800 m de altitud que surca la muralla meridional de la Peña Beza. Tiene una longitud aproximada de un kilómetro. Es ancho, pero hay puntos donde se estrecha y se pasa junto a los cortados. Hay rastros de senda.
La bajada se hace por Las Segadas, un descomunal tobogán herboso con cortados a la derecha. Es muy ancho al principio, pero más abajo hay algunas escupideras. Aquí apenas hay rastros de senda, la hierba es alta y la pendiente muy acentuada. En nuestro caso ademas, un fino orbayu lo dejó todo empapado.
No acaban aquí las dificultades, una vez abajo hay que bordear en horizontal los escarpes de la peña en dirección sur. El camino está bastante perdido en los primeros metros y la vegetación estorba. Cuando el camino empezaba a ser más visible y en mejor estado, sorpresa: un argayo. Cruzamos en horizontal por la parte superior con mucho tiento. El terreno es muy inestable y apenas hay huella, no hay senda asentada. No hay caída vertical, pero si la suficiente para bajar rodando unos cuantos metros.
Aquí se acaban las dificultades, se penetra en el bosque y ya por terreno más cómodo y seguro alcanzamos un PR y llegamos a Vegabaño. De aquí a Soto se hace por buena senda marcada.