Sotoserrano - Cepeda

La primera etapa de nuestro paseo conecta dos localidades de la Sierra de Francia que nos ofrecen un amplio abanico de rutas sencillas, amenas y de gran colorido, con los que podremos disfrutar durante varios días si decidimos pasar unas vacaciones en la naturaleza.
Sotoserrano es un hermoso pueblo situado en un entorno privilegiado, rodeado por los ríos Francia, Alagón y Cuerpo de Hombre, destacando el Meandro del Melero, formado por la Isla de Romerosa y el Río Alagón. El pueblo se asienta en una suave ladera de clima mediterráneo y un terreno de bancales que, en primavera con la floración del cerezo, se convierten en todo un espectáculo de color. Destacan otros caminos ideales para la práctica del senderismo como la Ruta de los Tres Ríos, la Ruta de los Meandros del Río Alagón o la Ruta de la Cepa.
El paseo por el Camino viejo de la Dehesa que proponemos, perteneciente al Camino de Gran Recorrido GR-10, también conocido en Europa como E-7 y comienza su paso por la Sierra de Francia en Sotoserrano, junto a la iglesia Nuestra Señora de la Asunción. Nos dirigiremos hacia su parte alta donde una prolongación de la calle encementada enseguida pasa a convertirse en un camino de tierra. Entre huertas y casas de campo, deberemos tomar un desvío que sale a la derecha hasta cruzar la pequeña carretera que lo conecta con la villa de Cepeda. Los carteles indicadores nos señalan que estamos a 3.7 km de nuestro destino, en la también conocida como Travesía de la Sierra de Francia. En este entorno viven una gran variedad de animales: corzos, jabalíes, ardillas, y zorros que corren entre robles, castaños, madroños y acebos y no será difícil avistar gavilanes, milano real, azor o el halcón peregrino además de los buitres negros y leonados que viven en la Sierra de Francia.
Sotoserrano se asienta sobre los restos de un castro prerromano y su entramado de calles conserva buenas muestras de arquitectura serrana con alguna influencia proveniente de las vecinas Hurdes. Su proximidad con Extremadura, hace que históricamente haya sido vía de paso en la subida hacia la meseta castellana.
Por aquí discurrían la Vía de la Plata y el Camino de Santiago. En el Libro de la Montería del rey Alfonso XI, se refiere a Sotoserrano como lugar donde cazar osos, lo que ha quedado reflejado en topónimos como el de Pico del Oso.
El olor de las higueras nos acompaña mientras descubrimos cultivos de cerezos, olivos y viñedos. Nada más atravesar la carretera el camino se torna algo más exigente, continuando la ascensión por un firme pedregoso custodiado por el olor de las jaras, los colores del fruto del madroño y las moras de los zarzales que brotan a los pies de los tapiales de piedra seca.
Pasamos junto a una torre de telecomunicaciones para iniciar el paseo por la dehesa, un entorno muy agradable, donde los pinos sustituyen los cultivos de cerezos para alcanzar luego un bosque frondoso y enseguida, la bifurcación del camino que nos podría llevar a Herguijuela de la Sierra y hasta Madroñal.
La mañana del 31 de Agosto se celebra en Sotoserrano la representación medieval de la Loa, la única que pervive en esta zona, además de la de la Alberca, aunque con textos diferentes. Durante este auto sacramental que escenifica la victoria del bien sobre el mal, aparece el personaje de un diablillo provisto de una caña con fuegos de artificio simula los fuegos del infierno.
La ruta sigue el antiguo camino que utilizaban los vecinos para llegarse a sus prados y huertas o para acercarse a la localidad vecina y visitar a sus amigos y familiares. De hecho, llegó a ser transitado por contrabandistas en los convulsos primeros tiempos del siglo pasado. Ya entonces, atravesarían con sus fardos el arroyo de San Pedro por el puente medieval que ahora pisamos nosotros al lado del cual se encuentra un roble centenario. El puente fue construido sobre la antigua calzada romana perteneciente a la Vía de la Plata.
Otra zona de robles carballos nos dará sombra hasta toparnos de nuevo con la misma carretera, pues estamos muy cerca ya de Cepeda. A unos 50 metros hacia la derecha veremos una pista en la que encontraremos algunos de los antiguos molinos del Coso que se mantuvieron en funcionamiento hasta el siglo XVIII, alguno de los cuales aún conservan el conducto por el cual se introducía el agua que movía las piedras molineras. Si regresamos de nuevo a la carretera, un poco más adelante, sale otro camino que nos lleva hasta Cepeda, la segunda localidad de nuestro recorrido donde encontraremos el paseo circular de Las Eras de la Trilla.
Asentada sobre los restos de los que fue un castro prerromano, Cepeda es un entramado anárquico calles de herencia judía que esconde fuentes y pasadizos bajo sus casas, dotándolo todo ello de un fuerte carácter pintoresco. Durante el siglo XVII, también la Inquisición estuvo asentada en Cepeda, muestra de ello es el edificio que lleva su nombre. Otras edificaciones singulares destacan en la umbría de sus calles: el Hospital de Peregrinos del siglo XVI o la bella Casa del Solano, del siglo XVII, además de la iglesia barroca, la torre exenta y sus dos ermitas.
Para comenzar el recorrido por las Eras de la Trilla, nos dirigiremos a las escuelas públicas fundadas en 1934. Este paseo circular nos llevará a descubrir los lugares donde acudían a pasar el trillo sobre el cereal, tirando las mulas sobre un suelo empedrado para después lanzarlo al aire con la ayuda de una horca y conseguir así, separar la paja del grano.
Son seis las eras de trilla que podremos descubrir siguiendo la pequeña carretera que bordea el pueblo por su parte alta, ofreciéndonos unas magníficas vistas del mismo y descubriéndonos otras posibles rutas en el entorno hacia Herguijuela, Monforte, Mogarraz y la Senda de los mil colores hacia Madroñal.
En la carretera que atraviesa Cepeda, encontramos un desvío a la derecha que nos indica que vamos en dirección del Mirador de la Corona, una de las eras. Tras una subida en pendiente, al alcanzar un depósito de aguas veremos a la izquierda la primera de ellas, La Corralita, situada al amparo de un pinar de reforestación. Prácticamente enfrente, tras pasar por detrás del depósito de agua, encontramos una breve senda entre robles y algún madroño que nos lleva a la Corona, un mirador con una preciosa vista sobre el pueblo, los montes y los viñedos que le rodean.
El nombre de Cepeda procede de las abundantes matas y arbustos que se utilizaban para fabricar carbón vegetal. Rodeada por el Arroyo de Muñoperro, el Arroyo de San Pedro o del Coso y el Río Francia, en torno a sus aguas podemos encontrar sauces, álamos, alisos y fresnos, y bañándose en las fuentes y manantiales de aguas cristalinas, exquisitos berros. La salamandra, la rana patilarga o el tritón ibérico, también pasean por estos lugares.

Servicios: alojamiento, bares, restaurantes.
Otros puntos de interés: elementos etnográficos, viñedos, bodegas, industria chaciner

Si quieres descargarte el libro 26 Paseos Inesperados por las Sierras de Salamanca:
https://adriss.net/wp-content/uploads/2022/04/Guia-26-PASEOS-INESPERADOS.pdf

Otras propuestas en la revista Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/revistas-electronicas/

Y para saber más de las Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/