Subida a El Cantar por Barranco Algezares y vuelta por cuerda.

Desde que este verano subí varias veces el Pico de las Víboras en la Sierra de las Moreras, me quedé con ganas de visitar la montaña de El Cantar. Así que aprovechando estos días otoñales, perfectos por el calor, decidí subir partiendo desde la caseta cercana a la carretera que une Mazarrón pueblo con la última rotonda de la autovía que llega de Totana.

La idea es subir por el clásico y bonito barranco de los Algezares, palabra de origen árabe, que debe sonar algo así cómo "alyesares", con lo cual da una pista enorme de su significado, "los yesos", puesto que en dicho barranco hace tiempo se explotaban ciertas zonas mineras para obtener yeso, lo cual se aprecia según vas observando el entorno al ascender por el barranco.

La senda oficial no tiene pérdida, está muy marcada hasta el collado superior de la Picadera. En este cruce de cuatro caminos, hay que buscar a derechas una senda algo menos marcada pero fácil de seguir un poco en diagonal que te lleva a otro collado a más altura conocido como Salto del Buey. Allí, ya podemos apreciar a lo lejos hacia el oeste, la preciosa vista de El Cantar y su cuerda.

Así que tras alguna foto y disfrutando de las vista en este Salto del Buey, continúo por una senda que inicialmente no se ve mucho pero que después se va perfilando con claridad hasta alcanzar de forma muy cómoda otro collado muy próximo a una antiguas minas. Aquí en el collado de las Minas, traté de marcar con hitos la "puerta" para tratar de indicar la trocha que te facilita el llegar sin problemas hasta la misma parte derecha de las minas.

Tras un vistazo a dichas minas que son pequeñas y donde se aprecia un único corte rectangular en la roca, continúo subiendo por el lado derecho siempre de las minas tratando de seguir la trocha inicial. Lo cierto es que se alcanza la peña encima de las minas (El Cantar 2, por llamarlo de alguna manera).

Ya en la cima de El Cantar 2, aparece una cuerdecita fácil y muy plana hasta casi la misma base de El Cantar 1, la parte más alta y objetivo de la ruta. Aquí para ascender a El Cantar 1, aún quedan unos 30 metros de desnivel, hay que prestar un poco más de atención, hay más roca, alguna parte algo más estrecha, y en algún momento igual hay que poner las manos, yo creo que no tuve que hacerlo finalmente. Solo hay una roca de unos 3 metros que te encuentras de frente y simplemente hay que rebasarla por su lado izquierdo con relativa facilidad, si estás acostumbrado a patear por rocas.

Ya estoy arriba en lo alto de El Cantar 1, con la satisfacción de haber cumplido uno de mis deseos de este verano y disfrutando de impresionantes vistas 360, tanto costeras como hacia el interior. El cresteo que aparece hacia el lado oeste es de vértigo y lo dejaré para otra ocasión como travesía.

Tras descansar y disfrutar unos minutos en la cima, regreso sobre mis pasos hasta el Salto del Buey y en vez de bajar al Collado de la Picadera por el camino que vine, decido ir por la cuerda. Esta cuerda es bonita pero es campo a través. Hay partes fáciles y otras un poco más incómodas, pero dependerá de cada uno hacer esta cuerda o volver por el camino marcado de subida. Al final de la cuerda , debes descender unos 100 metros o así, de forma un poco abrupta pero con calma y observación del terreno, acabas encontrando pasos de bajada sin riesgo excesivo. Así que precaución a quien vuelva por esta cuerda y que sepa qué se va a encontrar. Nada que no se pueda hacer si estás en buena forma física y acostumbrado a ir campo a través.

En resumen, ruta corta pero intensa, unas 3 horas de camino a ritmo ligero, y muy gratificante, por el Barranco en sí, las vistas del Pico de las Víboras, el collado del Salto del Buey, las minas de El Cantar 2 y por supuesto la corta pero preciosa cuerda hasta el Cantar 1.