Subida al Alto de Avellanosa (La Póveda de Soria)

Bonita y sencilla ruta por la Sierra de Montes Claros en la provincia de Soria, en concreto por parajes pertenecientes al municipio de La Póveda, último pueblo de Soria en la zona de Piqueras que enlaza con La Rioja.

Para situarnos en el punto de partida, nosotros optamos por acceder desde la pedanía de Barriomartín, por una pista forestal que encontramos tras cruzar el puente del Rio Tera en el mismo pueblo. Con el coche seguimos la pista hasta el Prado de San Sebastián y continuamos por la pista, remontando un kilómetro y medio de recta para aparcar cerca de la cresta que resulta más accesible para poder remontar a pié hacia el Alto de Avellanosa. En realidad hubiera resultado más sencillo dejar el coche en La Póveda y haber empezado a remontar a pie esa misma cresta que parte de dicha localidad, aunque también se añadirían ciento cincuenta metros más de desnivel.

La subida no resulta complicada, y aunque se salva un desnivel de trescientos o cuatrocientos cincuenta metros según por donde se empiece, la pendiente no es excesivamente alta y siempre podemos recurrir a subir zigzagueando, ya que se trata de monte bajo que se ha venido utilizando para pastoreo. Lo único que tenemos que hacer es ir ascendiendo paulatinamente y disfrutando al mismo tiempo de las magníficas vistas que se nos brindan, pudiendo distinguir distintas elevaciones de la Sierra de Pineda, tales como el Alto del Castillo de la Rolliza (1917 metros), el Pico Cabezo (1921 metros) y las crestas aledañas al puerto de Piqueras que atravesaba la Carretera Nacional 111. Más al fondo, ya en zona riojana, distinguiremos las elevaciones del Parque Natural de Sierra Cebollera, sobre todo en época invernal tras caer las primeras nevadas.

El Alto de Avellanosa se encuentra perfectamente localizado mediante el típico mojón que hay en las puntas geodésicas. Desde aquí se multiplican las panorámicas y podemos distinguir muy bien en dirección noreste, Monte Real y la Sierra del Hayedo de Santiago en sus vertientes sorianas. Asímismo podemos visualizar distintos pueblos como Santa Cruz de Yanguas, Villartoso, Verguizas, La Laguna y más tarde cuando pasemos a la cota 1732, el pueblo de Vizmanos.

Es interesante mencionar que todos ellos pertenecen a la Cuenca del Alto Cidacos, y que el Alto de Avellanosa está compartido por los municipios de La Póveda, Santa Cruz de Yanguas, Villar del Rio y Vizmanos.

Desde esta cresta que vamos recorriendo arriba del todo, veremos aún con más claridad las elevaciones anteriormente mencionadas de la Sierra de Cebollera. También distinguiremos perfectamente la planicie de la meseta soriana atravesada por la carretera nacional 111.

Desde el Alto de Avellanosa, pasamos a la cota 1732 sin más dificultad, que la de protegernos del viento que sopla sobre todo en la estación fría. Tanto en la primera como en la segunda elevación, existen pequeñas pirámides o "hitos" de piedras que nos fueron de gran utilidad para protegernos del viento y reponer fuerzas, así como para ingerir algún alimento ligero.

Desde la mencionada cota 1732, podemos distinguir abajo, la zona aledaña al Prado de San Sebastián, por lo que optamos por descender campo a través intentando evitar pedregales y apoyándonos continuamente en los brezos secos, para no resbalar con la nieve o el barro que encontramos a nuestro paso.

En este punto, es preciso recalcar la necesidad de llevar un buen calzado (botas de piel convenientemente engrasadas), así como dos bastones de senderismo que nos facilitarán tanto la subida como la bajada, y más de una vez, nos librarán de caidas si bajamos demasiado rápido.

Durante el descenso, en la parte inferior, nos deleitaremos con la presencia de acebos de buen porte que no es frecuente verlos en otras zonas.También podemos distinguir a lo lejos y en dirección sur, por la planicie, la zona más occidental de la capital soriana.

Una vez en la zona más baja, nos encontraremos con una valla ganadera con alambre de espino que no intentaremos atravesarla, sino que la rodearemos por la izquierda, y enseguida, llegaremos a la pista que enlaza con la recta larga que nos conduce al mismo lugar donde aparcamos el coche.

En este último recorrido contemplaremos diversidad de ganado dedicado al pastoreo de la zona: vacas, ovejas, yeguas, y alguna que otra cabra, que proporcionan un mayor atractivo visual a nuestro recorrido.