Subida al Toloño (Labastida - Álava)

Aprovechando el fin de semana en Labastida, en la Rioja alavesa, realizo la subida al monte Toloño.
La sierra de Cantabria es un sistema montañoso habitualmente subdivido en tres partes:la sierra de Toloño entre las Conchas de Haro y Peñacerrada, otra zona sin sobrenombre llamada únicamente sierra de Cantabria y la Sierra de Codés. La sierra se extiende de oeste a este, separando la Llanada Alavesa al norte de La Rioja al sur. El río Ebro en su entrada en La Rioja separa la Sierra de Cantabria de los Montes Obarenes, elevándose desde sus orillas sobre tierras alavesas. La Sierra de Cantabria separa la Rioja Alavesa del resto de Álava, en la denominada Sonsierra. Destaca por su relieve escarpado y rocoso en su vertiente sur y por sus extensos hayedos en la vertiente norte.
La ruta empieza en el área recreativa de la ermita de San Ginés a unos 2 km del pueblo de Labastida. Empezamos a caminar por una pista que asciende suavemente por un amplio valle rodeado de viñedos. Nos vamos acercando a la falda de la montaña y la pista comienza a coger inclinación gradualmente introduciéndose en el encinar y ascendiendo directamente por la vertiente sur de Toloño en dirección norte hasta alcanzar la ermita del Humilladero desde donde podemos empezar a disfrutar de las vistas del valle, convertido en un mosaico de viñedos. Seguimos subiendo hasta alcanzar las ruinas del Monasterio de Toloño, desviándonos previamente para ver una sima utilizada como nevera por los habitantes del Monasterio.
Una vez arriba, recorremos la llanura, aprovechada como pasto por el ganado, flanqueada por el cordal cimero de Toloño y la muralla caliza que desde el santuario se prolonga hacia el noroeste, pasando por la la Peña del Castillo y finalizando en la cima de Peña las Doce. Nos dirigimos primero al este, hacia Peña del León, y luego ascendemos al cordal del Toloño con sus diferentes cimas. Por último nos dirigimos al oeste hasta alcanzar Peña las Doce.
Desde la cima las vistas son impresionantes: al sur, el Ebro milenario, una llanura inmensa de campos de labor y viñedos interrumpida por el sistema Ibérico, con San Lorenzo destacando majestuoso, y en días claros hasta el Moncayo se deja asomar. Al norte, un mar de verde y bosques de hayas. y al oeste, los Montes Obarenses.