Subida invernal al Alto del Moncayo (Lobera 2226 mts) por Collado Bellido.

Estupenda ruta por el Macizo del Moncayo en su zona noreste, partiendo del Santuario, recorriendo la ladera de la zona de umbría y pasando por Collado Bellido.

En primer lugar, decir, que de todas las marchas que hemos realizado por el Moncayo, de las que más satisfacciones nos han dado ha sido las que incluían el pico de Lobera en su itinerario. Una de las razones, es que su ascensión permite salvar amplios desniveles sin realizar excesivos esfuerzos. Cada senderista o montañero puede acomodar el ritmo a su particular forma física, de modo, que si se alberga alguna duda, lo único que hay que hacer es madrugar mucho y tomarse la marcha con calma.

Para aquellos que no puedan llevar equipamiento completo, se aconseja evitar la temporada en que aún se mantiene la nieve, sobre todo si se accede desde el Santuario por la cara Norte del Macizo, debido a la posible presencia de hielo.

Por otro lado, al no ser una ruta tan frecuentada como la clásica, que discurre por la cresta que separa los circos de Gaudioso y San Miguel, es preciso tener algún apoyo de geolocalización (Gps), y más, si se realiza una ruta circular. En caso de duda, lo más socorrido siempre es volver sobre nuestros pasos. El itinerario que aquí mostramos es un ejemplo de esto último que decimos.

El recorrido, se resume en dirigirnos en primer lugar a Collado Bellido, en un recorrido de cuatro kilómetros y medio, atravesando las laderas que descienden del Circo de Gaudioso y posteriormente las del Circo de Morca. Después, desde Collado Bellido se sube al Pico Lobera, salvando un desnivel de cuatrocientos veinte metros, por un recorrido que resulta mucho más asequible que aquel que tradicionalmente se viene realizando por la cresta aledaña al Circo de San Miguel.

En principio, la intención era seguir enlazando con otros picos de la cima de la Sierra del Moncayo, fundamentalmente, el Cerro de San Juan, ya que habiendo superado los dos mil metros, no resulta excesivamente dificultoso seguir enlazando cotas para efectuar luego el regreso bordeando el Circo de San Miguel. Sin embargo, tuvimos que conformarnos con llegar al pico Lobera (2226 metros) y regresar prácticamente, por el mismo trayecto de la ida, debido a que las condiciones de viento y visibilidad resultaban bastante dificultosas.

La ruta, al principio, resulta poco complicada, ya que las pendientes son muy suaves y el sendero es perfectamente reconocible por ser bastante frecuentado, además, se encuentra señalizada como ruta GR.

Durante esta primera etapa, vamos a disfrutar de magníficas vistas del Valle del Rio Queiles, distinguiendo multitud de poblaciones de Aragón (pueblos aledaños a la Sierra del Moncayo, Tarazona, etc) y Navarra (Cascante, Murchante, Ablitas, Tudela, etc).

En época invernal, es casi obligado el equipamiento con crampones, ya que nos librarán de caidas por resbalones, debido a la persistencia de placas de hielo y nieve, sobre todo en los distintos canchales que encontraremos durante el trayecto. Por lo demás, la progresión no resulta complicada si nos aseguramos de asegurar cada paso que damos para no dar un traspies.

En Collado Bellido, aprovecharemos para descansar y disfrutar de las magníficas panorámicas, tanto en el lado norte, como en el sur. En este último caso, nos deleitaremos con las vistas de la Sierra de La Muela, con el impresionante Cerro Morrón, prácticamente en primer plano.

Desde el Collado, acometeremos la ascensión hacia el pico Lobera. El trayecto no ofrece especial dificultad. Lógicamente, aquí las pendientes son mayores, pero el terreno es mucho más seguro, y aunque resulta un poco largo, podemos hacer tantas paradas como nos apetezca, siendo obligada la de la cota 2097, donde encontraremos una pequeña zona llana y un cúmulo de piedras que utilizaremos si es necesario, para protegernos del viento y avituallarnos o rehidratarnos convenientemente.

Desde dicha cota, acometeremos el último tramo de ascensión, de ciento veinte metros de desnivel, que en nuestro caso, resultaron realmente penosos, por haber tenido que soportar ráfagas de viento de más de 70 km/hora.

Es preciso señalar, que en el invierno, las condiciones climáticas de la montaña son extremadamente variables, pudiendo pasar fácilmente de tramos con clima casi primaveral, a zonas altas en las que nos podremos ver envueltos por nubes y azotados por los vientos reinantes. La recomendación, es contar con equipo de abrigo ligero pero eficaz (cortavientos y tejido impermeable), llevando en la mochila siempre algún elemento adicional, sin olvidarnos del gorro, guantes, orejeras, botas de monte engrasadas, etc. Otra recomendación es no obcecarnos más de la cuenta y ser prudentes. Ante la duda, volver sobre nuestros pasos hacia zonas más seguras.

Siguiendo estas premisas, y renunciando por tanto a aproximarnos al Cerro de San Juan, iniciamos el descenso en condiciones de baja visibilidad, lo cual nos hizo desviarnos de la ruta de ida, de modo, que tras consultar el Gps y mapa, nos vimos obligados a rectificar nuestro recorrido. Al final, pudimos llegar al sendero de regreso al Santuario, atajando por laderas repletas de nieve, pero que descendiendo, resultan asequibles de transitar.

El trayecto final no tuvo ningún misterio, volver sobre nuestros propios pasos, con cuidado de no tropezar o resbalar y evitando caidas fortuitas que puedan traducirse en lesiones.