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Tajos de la Cañada de los Pilones, Paso del Cristiano y Colaílla del Tejo

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Author

Trail stats

Distance
14.8 mi
Elevation gain
8,878 ft
Technical difficulty
Very difficult
Elevation loss
8,878 ft
Max elevation
6,287 ft
TrailRank 
73 5
Min elevation
3,560 ft
Trail type
Loop
Time
12 hours 55 minutes
Coordinates
7278
Uploaded
October 9, 2022
Recorded
October 2022
  • Rating

  •   5 1 review
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near Parauta, Andalucía (España)

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Itinerary description


Tremenda ruta que conecta dos pasos emblemáticos de la Sierra de las Nieves -el paso del Cristiano y la Colaílla del Tejo- y recorre muchas de las cornisas más espectaculares de esta sierra, con dos tramos completamente desconocidos para mí y sin ninguna referencia sobre ellos. Llevaba tiempo dándole vueltas desde que mi amigo Paco me la sugirió, pero no veía la manera de hacerla manejable por la gran distancia y enorme desnivel y el terreno complicado por el que discurre. Finalmente, sin mucho preparativo porque fue una decisión de última hora, me lie la manta a la cabeza y me fui para allá con el objetivo firme de completarla.

Parto bien temprano del aparcamiento del Paso del Cristiano, un ensanche en el carril de Tolox a unos 7 Km de su inicio en el que caben dos o tres coches. Comienzo la subida por el sendero del Collado de la Perdiz, que está bien marcado y no presenta dificultad hasta el collado. Desde él tenemos vistas espectaculares de los Cerros Abanto y Alcojona y el profundo barranco del Arroyo de los Quejigos que los separa. Me subo al risco que hay al sur a ver si se ve el coche, por poco pero no, está al volver la curva.


Cerros Abanto y Alcojona

Al doblar el collado tenemos ya vista al Tajo Bermejo, con su característico color, pero con el sol de frente apenas se distingue. En este tramo el sendero está más cerrado por algunos sitios, hay que estar atentos para no perderlo porque apenas nos salgamos unos metros nos veremos inmersos en un espeso matorral de aulaga sabina y matagallo. Hay hitos bien colocados en los quiebros del camino. Más adelante aparece el Tajo de la Yedra con la cueva y la yedra que da nombre a toda la zona.


Cueva de la Yedra

En la distancia voy buscando alguna grieta en los tajos que me permita bajar desde la parte alta, que es por donde tengo intención de pasar. Veo unas cabras sobre un estrecho vasar y a la derecha una zona escalonada que podría permitir la bajada, así que me quedo con el sitio para intentarlo por allí. Desde este lado no parece que haya ningún otro punto con posibilidad de bajada, ni antes ni después.


Vasar estrecho y bajada sobre el Tajo de la Yedra

Luego me adentro en el salvaje Pinsapar de la Yedra, con enormes pinsapos y muchos grandes troncos caídos que dificultan el paso. Es un pinsapar en clara regresión, en el pasado abarcaría toda la cañada, también la vertiente izquierda donde solo sobreviven unos pocos ejemplares aislados. Pero tristemente ha ido reduciéndose y ya apenas se aprecia regeneración. El sendero no está muy definido por aquí, cada vez que paso lo hago por un sitio diferente.


Pinsapar de la Yedra

Continúo cañada arriba y voy buscando un gran acebo, catalogado como Árbol Singular por la Junta de Andalucía, que sé que anda por esta zona, pero sin llevar el punto preciso donde se encuentra y sin querer entretenerme porque voy justo de tiempo, no consigo dar con él. Luego compruebo que he pasado muy cerca, estaría tapado y no lo vi, ya lo encontraré en otra ocasión que pase con más calma. Hoy solo veo encinas, pinsapos y sabinas.


Sabina, pinsapo y encina en la Cañada de los Pilones

Sigo remontando la cañada hasta situarme frente al final de los tajos y entonces la cruzo y comienzo a subir por la otra vertiente.


Comienzo de los Tajos de la Cañada de los Pilones

Cuando llego arriba doblo a la derecha para continuar por encima de ellos. Al principio voy un poco despegado pero después me arrimo al borde por donde existen andenes anchos. Ni siquiera me asomo porque sé que la bajada por aquí es imposible, ya lo intenté en otra ocasión y hasta la altura de la Cueva de la Yedra me pareció completamente inviable. Aquella vez me tuve que volver, ya me lo había advertido mi amigo Jorge que conoce aquello perfectamente, pero tengo que comprobar las cosas por mí mismo. Hoy continuaré hasta donde se pueda, es uno de mis objetivos principales y pienso dedicarle el tiempo necesario.


Andenes sobre los Tajos de la Cañada de los Pilones y Pinsapar de la Yedra

Por esta zona se anda sin dificultad, hay veredillas de ganado que facilitan la marcha, y voy recuperando algo de tiempo que seguro voy a necesitar. Hay algunos viejos pinsapos de gran porte desperdigados por la ladera, últimos testigos de lo que antaño fuera un frondoso pinsapar.


Gran pinsapo en la vertiente izquierda de la Cañada de los Pilones

Cuando llego al vasar que había visto desde la otra vertiente, las cabras todavía andan por allí y me marcan el camino. Como se intuía desde enfrente, es una cornisa muy estrecha y expuesta y sin agarre, sobre todo en algunos puntos.


Vasar estrecho sobre el Tajo de la Yedra

Se pasa bien, pero hay que ir con muchísimo cuidado, especialmente donde una sabina estrecha aún más el angosto vasar. Un desliz por aquí y se acabaron los problemas.


Vasar estrecho sobre el Tajo de la Yedra

La cornisita va descendiendo hasta termina en una chimenea muy vertical con un par de escalones bastante largos en los que tengo que estirarme a tope para descenderlos. Tiene buenos agarres, pero hay que tantearlos bien porque alguno podría venirse.


Chimenea de bajada en el Tajo de la Yedra

Una vez abajo nos encontramos ya en los andenes de la Yedra que ya conozco de otras veces. La cueva queda unos cientos de metros más atrás, nosotros tenemos que continuar hacia el sur, en la dirección del arroyo.


Alcazaba, Pinsapar y Tajo de la Yedra

Hay un sendero que nos guía, aunque es fácil perderlo, en algunos sitios las sabinas se cierran y hay que pasar entre ellas, cuidado con los enganchones que podrían desestabilizarnos. Lo mejor en general es ir pegados a la pared, aunque en algunos puntos nos veremos obligados a despegarnos unos metros.


Andenes del Tajo de la Yedra

Hacia atrás tenemos impresionantes vistas de la Cañada de los Pilones con los tajos a la derecha y el Pinsapar de la Yedra y el Cerro de la Alcazaba a la izquierda.


Alcazaba, Pinsapar y Tajo de la Yedra

Más adelante, tras doblar una curva aparece el Tajo Bermejo, continuación del de la Yedra, que se distingue muy bien por su color característico, también con altísimos paredones cortados a cuchillo. Por aquí el camino está algo más marcado porque tiene más paso.


Andenes del Tajo Bermejo

Hay algunos refugios junto a pequeños abrigos en la pared, apenas un montón de piedras para que el ganado se proteja de las inclemencias en los días duros de invierno.


Refugio para el ganado en el Tajo Bermejo

Por esta zona vamos viendo encinas aisladas o en pequeños grupos de tres o cuatro ejemplares, unas más expuestas azotadas por el viento y otras más protegidas que adoptan formas redondeadas.


Encina en el Tajo Bermejo

Tras una nueva curva de la pared tomamos dirección este atravesando la cabecera de la Cañada de Blas, que baja por la vertical cara sur del Torrecilla hasta el Arroyo de las Cuevas del Moro, nombre que adquiere el Arroyo de los Pilones en su tramo final antes de desembocar en el Río Verde.


Cabecera de la Cañada de Blas

Por aquí me encuentro un sapo momificado, no sé qué haría en este pedregal calizo que no retiene el agua, supongo que en época de lluvias algún charco quedaría para él. Tras pasar un grupo de cuatro encinas robustas y bien formadas, tendremos que ir atentos a una solitaria y desgarbada –aunque de buen porte– que marca el punto donde tendremos que empezar a trepar hacia la Raja del Paso.


Encina de referencia para el Paso del Cristiano

En cuanto superamos la primera rampa encontramos un hito a la izquierda de una risco que nos indica el paso y llegamos a una pequeña encina. Si observamos atentamente desde aquí ya veremos el primer tramo de cuerda fija con la que está equipada la Raja.


Subiendo al Paso del Cristiano

Antes de eso subo por la derecha y me asomo a ver si hubiera forma de acceder por ese lado, pero hay un paso muy expuesto que no considero prudente realizar. Desde arriba se ve con más claridad nuestro objetivo.


Primer tramo de cuerda en la Raja del Paso

Por la izquierda tampoco es fácil el acceso a la cuerda fija, hay que pasar una roca lisa bastante expuesta y sin agarre. En mi opinión este es quizás el punto más delicado de la Raja del Paso, al no estar equipado.


Acceso al Primer tramo de cuerda en la Raja del Paso

Para superar las rampas lo más cómodo es agarrar la cuerda y subir tirando de ella: aunque la roca es lisa, tiene buen agarre, los anclajes parecen firmes y las cuerdas se conservan en buen estado. De todas formas prefiero subir por la parte izquierda agarrándome a las piedras, que me ofrecen más confianza, aunque también sujeto la cuerda para ayudarme en algunos tramos. Luego viene un tramo equipado con un cable de vida al que podemos asegurarnos si llevamos arnés y vaga. En el tramo inclinado no lo veo necesario, pero el tramo horizontal –que es lo que se conoce propiamente como Paso del Cristiano– no está de más asegurarse porque es corto pero muy expuesto, estrecho e inclinado hacia el precipicio. En este punto sí veo necesario el cable, si no para anclarse a él sí al menos para agarrarse, si no estuviera me lo pensaría.


Paso del Cristiano equipado con el cable de vida

La última rampa de la Raja ya no presenta gran dificultad, pero luego comienza la que para mí es la parte más dura de la ruta: una tremenda subida a hierro de más de quinientos metros por las lajas movedizas del agrio Canchal de las Monteses sin tregua hasta Las Plazoletas. Tengo que tomármelo con calma porque no soy ningún atleta, pero como voy mal de tiempo tengo que acelerar el ritmo todo lo posible –un dilema–. No hay sendero definido, se trata de ir subiendo, zigzagueando para suavizar la dura pendiente –o no, según nos convenga–, con la referencia clara del Cerro de las Plazoletas que aparece en cuanto ganamos un poco de altura. En el último tramo hay ya más piedra firme a la que agarrarse y el pie no se desliza en cada paso, lo cual supone un gran alivio porque la subida tipo Ricky Martin –un pasito p’alante, un pasito p’atrás– desgasta bastante.


Cerro superior de las Plazoletas

Una vez arriba me asomo un momento a la sima, marcada con un círculo azul, sobre todo por relajarme un instante en este rellano antes de coronar el cerro superior.


Sima de las Plazoletas

En este punto tengo ya claro que será muy difícil completar el trazado previsto con luz de día, y me pongo un límite para intentarlo: antes de las 14:30 tendría que estar en el Puerto de los Valientes, de lo contrario, lo más prudente será volver por un itinerario alternativo más corto. Así que sin perder un segundo emprendo la subida final por la arista sur hasta la cumbre del Torrecilla –esta ya más tendida y cómoda– donde, como es habitual, se perfila la silueta de un grupo de senderistas.


Cumbre del Torrecilla desde las Plazoletas

El vértice está bastante concurrido, a pesar de lo cual nadie contesta a mi tímido saludo así que, como además no hay vistas porque se han metido las nubes, continúo por la arista hacia el Puerto de los Valientes casi sin pararme, que el tiempo apremia. Cuando me alejo unos metros vuelvo la mirada para sacar al menos una foto.


Cumbre del Torrecilla

La primera parte de esta cuerda es bastante alomada así que acelero el paso para recuperar algo de tiempo y pronto me sitúo a los pies del Cerro de los Valientes. Dadas las circunstancias, en vez de coronarlo decido rodearlo por la izquierda, para no entretenerme. Me cuesta horrores porque no es mi forma, pero ya voy bastante al límite de tiempo y prefiero renunciar a algunos hitos para salvar la parte que no conozco: la bajada desde el Puerto de los Oreganeros a la Colaílla del Tejo.


Cerro de los Valientes

Cuando llego al puerto son las 14:40, diez minutos superado el límite que me había impuesto, poco margen para hacerme desistir. Así que aplazo la decisión hasta llegar al puerto de los Oreganeros y asomarme a ver como es la bajada que llevo en mente. Desde el Puerto aparece ya la esbelta figura del Picacho de Fatalandar, que en otras circunstancias hubiera coronado, pero desde luego hoy también queda descartado.


Picacho de Fatalandar

Sin parar ni un instante comienzo la bajada hacia el Puerto de los Oreganeros, no hay que seguir el sendero más claro que faldea el Cerro de los Valientes en dirección al Puerto de las Palomas, sino otro bastante desdibujado que baja más a la izquierda. Está marcado con algunos hitos desperdigados, aunque teniendo clara la dirección se anda bien por esta zona.


Sendero hacia el Puerto de las Palomas

Arriba va quedando el Picacho mientras descendemos a un arroyo que vierte a la Cañada de las Carnicerías. Al cruzar el lecho aún le queda un charco de agua.


Hacia el Puerto de los Oreganeros

Cuando llego al Puerto de los Oreganeros tampoco aclaro nada, no hay vistas en ninguna dirección, decido subir al cerro que lo cierra por el noreste para asomarme a su arista, que es por donde tenía prevista la bajada. Cuando miro hacia atrás y veo donde se ha quedado el Picacho me doy cuenta que la salida tendrá que ser hacia delante, no quiero ni pensar tener que remontar hacia atrás.


Cerro de los Oreganeros y detrás el Tajo de la Caína

Voy descendiendo por la abismal arista norte del Cerro de los Oreganeros al filo de lo imposible, sujetándome a lo que puedo, asomándome a cada cambio en la pendiente con la incertidumbre de no saber cuándo me encontraré al borde de un tajo infranqueable que me obligue a retroceder. Tal como voy de fuerzas, y sobre todo de tiempo, sería un serio problema. Incluso me planteo la posibilidad de buscar un escape –en caso necesario– hacia el cercano Puerto Corona y de allí bajar a Tolox y ya vería como recuperar el coche –como opción de último recurso–. Es una zona muy agreste por la que no pasa nadie, aparte de la enorme pendiente hay zonas con mucho matorral y pinsapos caídos que dificultan el paso. Pero de momento voy perdiendo altura y acercándome a la Colada del Tejo, que es de lo que se trata.


Pinsapos en la bajada hacia la Colada del Tejo

Finalmente, como me temía, llego a un tajo de setenta u ochenta metros sin opción alguna de descenso, por debajo del cual discurre la Colada del Tejo. Así que remonto un poco para poder dirigirme hacia la derecha, hacia el sur, a ver si encontrara bajada por allí. No hay fotos de esta zona porque no estaba para eso. Poco a poco voy saliendo de lo peor y cuando me vengo a dar cuenta estoy ya en el sendero de la Colaílla –no lo beso por no agacharme–.


Colada del Tejo bajo el Picacho de Fatalandar, al fondo los Osos del Acelimilla

He salido apenas medio kilómetro al sur del punto previsto en la arista del Cerro de los Oreganeros, prácticamente nada. Son algo más de las cuatro, valoro la situación y aunque sé que la noche es inevitable, estando ya en terreno conocido y si no surgen más complicaciones espero estar fuera de la zona más complicada cuando el sol se vaya. Así que asumido lo inevitable me relajo y disfruto de la Colaílla, que siempre es espectacular, aunque sin entretenerme, claro.


Colaílla del Tejo

Pronto llego al primer paso con cadena, un escalón que se puede bajar bien sin su ayuda, además los tornillos de anclaje se mueven y no dan mucha confianza, mejor agarrarse a las piedras.


Primera Cadena

Al frente llevamos la imponente silueta del Picacho con sus enormes paredones y a su derecha el Cerro de la Goteruela y los Tajos de Añicle. El Cerro Acelimillas con sus característicos osos que se veía desde más atrás queda a la izquierda, tapado por el Picacho desde esta posición.


Cerro de la Goteruela y Tajos de Añicle

La segunda cadena se sitúa en el cruce del arroyo que baja desde el Puerto de los Valientes y que cruzamos anteriormente. Igual que en la primera, mejor agarrarse a la roca, aunque en un pequeño paso horizontal sí la vi de utilidad. De todas formas, a continuación hay que remontar otro escalón tan expuesto como este –no seguir bajando–, un hito bien colocado nos sirve de referencia. En realidad lo mejor es olvidarse de las cadenas y pasar por arriba, que es más fácil. En cualquier caso, es importante localizar el hito porque si nos salimos del trazado se nos pueden complicar las cosas.


Segunda cadena

A partir de aquí el sendero comienza a subir decididamente, conviene pegarse a la pared en lo posible porque si perdemos el trazado y tenemos que remontar nos costará bastante por este terreno de piedras sueltas y las fuerzas ya van justas. Por esta zona comenzamos a ver bastantes pinsapos.


Pinsapos en la Colaílla del Tejo

Luego llegamos a los tejos (Taxus baccata), hay dos grandes junto al sendero, bajo los inmensos paredones del Picacho, y otro achaparrado pero con el tronco muy grueso más abajo. Hay más ejemplares desperdigados por la zona pero son difíciles de localizar.


Tejos en la Colaílla

La colada continúa ahora llaneando y se va adentrando en el pinsapar de la Cañada de Froncaire. Desde aquí tenía previsto subir al Cerro Estepilar, pero viendo la hora que es y lo que me queda todavía, decido subir por la Cañada de Froncaire que es algo más corta y con menos desnivel. Así que cruzo el lecho y paso por las cadenas para empezar a remontar la cañada por su margen izquierda. Más arriba cruzo de nuevo el cauce y continúo por la margen derecha. Por esta zona empiezan a aparecer grandes quejigos que en esta época están preciosos, sobre todo iluminados por la cálida luz del atardecer.


Quejigo y Pinsapos en la Cañada de Froncaire

Más arriba el barranco se bifurca y hay que seguir por el ramal de la izquierda, no por el principal. Se trata de un tributario en el que hay varias represas para evitar que el agua arrastre el terreno. Desde aquí ya vemos la muela del Cerro del Pilar que nos sirve de referencia.


Cerro del Pilar desde la Cañada de Froncaire

En vez de seguir el sendero que sale al camino del Torrecilla, giro a la izquierda para salir pasado ya el Pilar de Tolox. Luego sigo un tramo corto en dirección al Puerto del Oso pero pronto abandono el sendero hacia las Hoyas del Pilar, donde se encuentran las simas (Honda, GESM, etc.). No voy con tiempo para entretenerme en visitarlas pero aprovecho el sendero, cuya entrada está marcada con un hito, para ir más cómodo. Por esta zona me encuentro un gran sabinar rastrero que me dificulta el paso, se puede pasar por encima, pero hay que tener cuidado de no pisar en vacío.


Sabinar rastrero en Hoyas del Pilar

Después me dirijo a uno de los brazos de la cabecera del Arroyo de los Pilones para bajar por él hacia el Pinsapar de la Yedra. Poco a poco va cayendo la noche, me hubiera gustado tener luz al menos hasta salir del Pinsapar, pero no siempre salen las cosas como uno quiere y tampoco será la primera vez que lo cruce de noche. Con las últimas luces del atardecer voy bajando por el cauce del arroyo porque es más fácil seguirlo, destrepando como puedo los escalones que me salen al paso, sin parar ni un instante.


Cabecera del Arroyo de los Pilones

Al llegar al Pinsapar ya es noche cerrada, alguna luz da la luna que empieza a asomar por detrás del Torrecilla, pero metido en el bosque no veo nada. Por si fuera poco las nubes van subiendo por la cañada y amenazan con sumirme en una espesa niebla. Afortunadamente siempre llevo el frontal en la mochila y me veo obligado a encenderlo para salir de esta maraña de pinsapos caídos. Cuando consigo encarrilarme en el sendero que sale del pinsapar la luna ya brilla en el cielo enmarcada por un halo de nubes con Júpiter de centinela. Ilumina lo suficiente para andar por este sendero sin dificultad. Los hitos, que de día no parecían tan útiles, ahora son imprescindibles para no saltarnos los desvíos y meternos en el matorral. Llego al coche hacia las diez, han sido trece horas de ruta, las dos últimas de noche, toda una experiencia que he disfrutado con intensidad.

Waypoints

PictographWaypoint Altitude 3,560 ft
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Inicio

PictographWaypoint Altitude 4,052 ft
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Collado Perdiz

PictographWaypoint Altitude 4,525 ft
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Pinsapar Yedra

PictographWaypoint Altitude 4,593 ft
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201-Acebo de la Cañada del Pilar

PictographWaypoint Altitude 4,708 ft
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Tajos de la Cañada de los Pilones

PictographWaypoint Altitude 4,688 ft
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Vasar estrecho

PictographWaypoint Altitude 4,662 ft
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Bajada

PictographWaypoint Altitude 4,399 ft
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Encina en la pared

PictographWaypoint Altitude 4,371 ft
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4 Encinas

PictographWaypoint Altitude 4,437 ft
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Encina de referencia

PictographWaypoint Altitude 4,341 ft
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Paso del Cristiano

PictographWaypoint Altitude 5,969 ft
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Sima Plazoletas

PictographWaypoint Altitude 6,144 ft
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Cerro Plazoletas

PictographWaypoint Altitude 6,286 ft
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Torrecilla

PictographWaypoint Altitude 5,769 ft
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Puerto Valientes

PictographWaypoint Altitude 4,993 ft
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Puerto de los Oreganeros

PictographWaypoint Altitude 4,085 ft
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Sendero de la Colada del Tejo

PictographWaypoint Altitude 4,247 ft
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Primera Cadena

PictographWaypoint Altitude 4,226 ft
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Segunda cadena

PictographWaypoint Altitude 4,840 ft
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Los 3 Tejos

PictographWaypoint Altitude 4,911 ft
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Cañada Froncaire

PictographWaypoint Altitude 4,997 ft

Paso cadena

PictographWaypoint Altitude 5,589 ft
Photo ofSendero Torrecilla

Sendero Torrecilla

PictographWaypoint Altitude 5,638 ft

Dejo el sendero

PictographWaypoint Altitude 5,623 ft
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Sendero

PictographWaypoint Altitude 5,044 ft
Photo ofCañada Pilones

Cañada Pilones

PictographWaypoint Altitude 3,646 ft

Fin

Comments  (4)

  • Photo of Rafalín VF
    Rafalín VF Feb 12, 2023

    Enhorabuena. He disfrutado de la descripción y de las fotos. Si alguna vez vuelves al Paso del Cristiano y me avisas, lo mismo con tu compañía me atrevo.

  • Photo of lorencp
    lorencp Feb 12, 2023

    Gracias por la valoración Rafalín VF, quiero volver a intentarla cuando los días sean más largos, es una ruta tremenda

  • Photo of Rafalín VF
    Rafalín VF Jun 1, 2023

    Vaya aventura, macho. La primera vez que di con esta ruta me centré en el Paso del Cristiano y ya me pareció soberbia. Pero el sábado quiero pasar por la Colada del Tejo y he vuelto a esta ruta por casualidad. He disfrutado leyendo tu bajada hasta el sendero de la Colada del Tejo.
    Yo quiero llegar a ella por caminos más habituales y una vez dentro no parece muy complicada, ¿crees que se me complicaría mucho si llueve? supongo que a ti te parecería fácil con lo que llevabas ya en el cuerpo ese día.

    Es una alegría encontrar gente que documenta bien las rutas. Gracias de nuevo.

  • Photo of lorencp
    lorencp Jun 1, 2023

    Gracias por tu amable comentario Rafalín.

    En mi opinión, la colada del Tejo tiene varios pasos delicados, además es fácil perder la traza si no se conoce bien, y enriscarse por zonas complicadas y expuestas, yo procuraría no hacerla con lluvia.

    Espero haberte ayudado, un saludo.

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