TALAIA FREDA (por el Pas des Porc) - PUIG DE SA CREU - ERMITA DE BETLEM

Nuestro objetivo con esta excursión es realizar este exigente recorrido que parte de la Urbanización de Betlem, pasa por el Camí d’es Caló, por el Pas des Porc, el Camí dels presos, la Talaia Freda, el Puig de sa Creu, la Ermita de Betlem y nuevamente la urbanización de Betlem.

Dejamos aparcado nuestro vehículo en la calle Passeig de Colom, de la Urbanización de Betlem. Comenzamos a caminar por esta calle y al final de la misma comienza el Camí d’es Caló. Se trata de una pista de tierra, ancha, que al inicio tiene unos pivotes clavados en el suelo para impedir que los coches accedan a este lugar.

A los pocos metros, vemos a nuestra izquierda un ramal, que obviamos, y que conduce hasta Sa Font des Porcs y a la Cala na Clara. Nosotros seguimos por nuestro camino que se desvía un poco a la derecha. Pasamos por un portillo sin barrera y muy pronto ya se divisan unas magníficas vistas de la Bahía de Alcudia, del Cap des Pinar y del Cap de Formentor.

Seguimos adelante y al cabo de un rato abandonamos nuestro camino para girar a la derecha y tomar el Camino des Barrancar que conduce hasta el Pas des Porcs. Enseguida vemos a nuestra derecha las ruinas de la Caseta des Barrancar.

Al principio el camino es una amplia pista, que va ascendiendo ligeramente, luego se convierte en sendero que discurre, durante un buen tramo, paralelo al Torrent des Barrancar, hasta llegar a un punto donde el sendero desaparece.

Continuamos ascendiendo, ahora por el torrente, durante unos pocos metros, en que abandonamos el cauce por nuestra izquierda. Seguimos la hilera de hitos que nos guian entre la maleza, en una ascensión cada vez más pronunciada y en la que debemos extremar la precaución. Así llegamos hasta el Pas des Porc (304 m de altitud). Si miramos hacia abajo puede impresionar, pero realmente no requiere ninguna técnica.

Una vez superado el Paso nos encontramos en el Coll de sa Vauma, que lo vamos a cruzar, más o menos, en línea recta. No hay camino, ni hitos pero el terreno es fácil de andar. En poco tiempo llegamos al Camí dels Presos que lo cruza perpendicularmente y seguimos por nuestra derecha hasta que al cabo de unos cuantos metros lo abandonamos otra vez por la derecha para tomar el GR-222, que más adelante vuelve a desembocar en el Camí dels Presos.

Seguimos otra vez por este camino, para abandonarlo de nuevo al cabo de unos cuantos metros y tomar a nuestra derecha el Camino del Puig de sa Talaia Freda. Se trata de un camino en el que predomina la piedra sobre la vegetación y que va ascendiendo sin interrupción hasta la cima del Puig, que está a 561 metros de altura sobre el nivel del mar. Es la montaña más alta de Artá. Las vistas que nos ofrece son magníficas, en especial las de la ladera norte, muy abrupta, con despeñaderos que llegan casi hasta el mar. No cabe duda que nos ha compensado el esfuerzo para llegar.

Después de disfrutar de las vistas iniciamos el descenso para dirigirnos al Puig de sa Creu. Este descenso, señalizado con hitos, tiene una pendiente muy pronunciada, por lo que también aquí hay que extremar la precaución para evitar resbalones. Una vez llegado al final del descenso comenzamos a subir hacia el Puig de sa Creu (492m de altitud). Tiene una gran cruz en la cima (de ahí su nombre) y antes tenía en su base una caja en la que la gente podía dejar notas escritas. De nuevo contemplamos las maravillosas vistas que nos regala este lugar.

Desde aquí nos dirigimos hacia el Puig de Migdía, por un camino bien definido. Nos cruzamos con otro que viene de s’Alquería Vella y un poco más adelante nos cruzamos con el camino que va a la Ermita de Betlem y viene de s’Alquería. Seguimos por este camino que discurre por hermosos parajes hasta alcanzar el camino que por la derecha lleva a las casas de Betlem.

Nosotros seguimos de frente y a los pocos minutos alcanzamos la Font de sa Ermita ubicada en una explanada. En un lado de la explanada hay una capilla dedicada a la Virgen de Lourdes, con una imagen de la Virgen y otra de Santa Bernadeta Soubirous. De la fuente a la Ermita nos separan unos pocos metros El camino desemboca frente a la barrera del recinto de la Ermita de Betlem. A la izquierda tenemos la carretera que conduce a Artà.
Entramos en el recinto por un amplio sendero cementado enmarcado por cipreses. Se trata de una construcción sencilla, donde en la fachada principal encontramos un reloj de sol, una pequeña ventana y un rosetón. Alrededor encontramos los restos de los antiguos huertos, una era y construcciones destinadas a almacenes o instalaciones ganaderas que permitían una vida autosuficiente en la comunidad religiosa.

Después de visitar este lugar, regresamos por nuestros pasos hasta el cruce que he mencionado antes para dirigimos hacia las Casas de Betlem. El camino, al principio, va descendiendo ligeramente, pero luego va trazando varias lazadas para salvar la enorme pendiente que hay hasta las Casas. Las casas de Betlem se encuentran deshabitadas y amenazan ruina desde hace décadas. Los edificios principales conforman dos bloques paralelos, con una clastra empedrada y un porxo que acoge los lavaderos. Estas Casas están ya muy cerca de la carretera, a la que accedemos tras franquear una barrera con un paso para los peatones. Al llegar a la carretera giramos a la derecha y continuamos hasta alcanzar el punto de partida.

Duración de la excursión: 07.00 horas

Los componentes del grupo hemos sido: Jaime, Emiliano, Salvador y yo (Juan González Blázquez) como guía.

Mas información en mi Blog Caminandopormallorca