Tamarite, aljibes, Los Castellassos, Mina Qanat y Castillo de los Moros

Tamarite de Litera, Capital Histórica

El pasado 5 de Febrero el Club Montisonense se puso en marcha para conocer un poco de historia de nuestra vecina comarca de La Litera. Los 18 participantes descubrieron mil rincones en que recrear la imaginación, haciéndose pasar por jóvenes arqueólogos e investigadores del pasado.
El día comenzaba muy desapacible, con lluvia y viento racheado, así que tomamos el café sin prisa en la Plaza de la Inmaculada de Tamarite y en cuanto amainó comenzamos a andar hacia el camino de La Colomina. Cerca de las modernas instalaciones deportivas y educativas de la capital literana, hallamos cinco aljibes excavados en la roca arenisca. De posible origen medieval, su utilidad resultaba tan importante como un oasis en medio de una zona desértica, pues desde siempre hubo un clima duro y muy estacional.
Junto a estos aljibes encontramos el Canal de Aragón y Cataluña, que representó en su día la prosperidad y el cambio radical en el sistema de producción agrícola a una vasta extensión de tierra, así como el total abandono de las tradicionales maneras de recoger y guardar el agua.
Cruzamos la carretera A-140 y ascendemos hasta un lugar de aspecto árido y pobre. Solo unos cientos de metros y entraremos en el poblado íbero de Los Castellassos (Siglos III al I A.C.) cuya cultura indígena fue posteriormente romanizada y más recientemente dominada por el Islam, construyendo un castillo y su fortificación de las que todavía perduran interesantísimos vestigios. Sin duda la extensión y la variedad de estos restos arqueológicos resultó de gran interés para todo el grupo, que llegó a su éxtasis cuando descubrimos un sinfín de dependencias íberas, silos (cías) y cuevas realmente fascinantes que muestran el excelente ingenio de los habitantes de esta discreta pero importante atalaya.
Hacemos un receso al abrigo de estas rocas y continuamos hasta encontrar el llamado “Litonero del Figaire, se trata de un Almez de proporciones descomunales que causó sensación y junto al cual nos hicimos una foto.
Proseguimos al norte entre cultivos de cereal y junto a una casa de labor, construida con piedra de yeso “gesas” combinada con piedra arenisca y adobe, utilizando todos los elementos disponibles del entorno.
Un trecho mas, y llegamos a la Mina Qanat, tallada en la roca con el objeto de explotar las capas freáticas. Tras almacenar el agua en un gran aljibe, se regaban los bancales situados a inferior nivel por gravedad. Fueron los musulmanes en la alta Edad Media quienes construyeron esta ingeniosa obra, heredando conocimientos de las zonas desérticas.
Pasaremos ahora junto a la torre Lasierra, lugar de descanso de los pastores trashumantes en su camino hacia el Pirineo por la Cañada Real; esta casa se abastecía de agua mediante otros aljibes, y en su entorno sobre un cerro podremos ver los restos de la ermita de Santa Bárbara, cuyos cimientos se asientan sobre una torre de defensa avanzada que controlaba los accesos a Tamarite por el norte.
Nos dirigimos a la famosa "Roca de la Botella", curiosa formación rodeada de un hermoso pinar en la cual se tallaron pequeñas oquedades y entalladuras que corresponderían a un altar de culto pagano.
Nuestro último punto de visita en este recorrido es el Castillo de los Moros, construido posiblemente en el siglo IX y fortificado por el Cid en el año 1082 cuando llegó a tierras aragonesas, a las órdenes del gobernador musulmán de Zaragoza. Desde Tamarite dirigió la batalla de Almenar, venciendo a las tropas del gobernador Taifa de Lleida. De los restos destaca el Torreón del Macho, y lo que se conocía popularmente como Cueva de los Caballos, que recientes investigaciones arqueológicas la asocian con el aljibe del castillo.

En resumen, un día magnífico que los senderistas aprovechamos para descubrir las maravillas de nuestro entorno más próximo.

Club Montisonense de Montaña - Senderismo.