Taravilla Rio Cabrillas Rio Tajo Poveda

Alto Tajo Taravilla Poveda
Lugares visitados:
Taravilla.
Cerro de San Mamés.
Barranco del Escalón.
Rio Cabrillas.
Junta de los ríos
Rio Tajo.
Puente de Peñalén.
Poveda.

Comentario:
Bellísimo y bullicioso el río Cabrillas, señorial y bravo el rio Tajo. Comenzamos la marcha a las 10:30 en un día de verano. En el bonito pueblo de Taravilla, la gente aún no ha salido a la calle. Subimos al cerro de San Mamés, por las ruinas de la ermita de dicho Santo, hoy acompañadas por las antenas de TV. Por la parte alta de dicho cerro nos encaminamos hacia el Barranco del Escalón. Enseguida comienza una bajada suave, por la zona de Los Cabezos, que conforme avanzamos se va haciendo más agreste y empinada. La senda discurre a uno u otro lado del fondo del barranco dependiendo de las zonas. El terreno de Cuesta Modorra es difícil pero bonito de bajar. El propio barranco va dibujando los zigzags adecuados para avanzar.
Tras un larguísimo descenso llegamos a una zona más llana, de pradera, que es preludio del encuentro con el río Cabrillas. Bajamos hasta cerca del Ventorro del Chato, (ahora en ruinas). Y giramos hacia la derecha tomando el camino ancho, perfecto, que nos llevara Cabrillas abajo hasta el Río Tajo. A la izquierda, al fondo vemos al Cabrillas transparente como la verdad más verdadera, y al mismo tiempo bullicioso con su agua saltarina. A la derecha, arriba, dos imponentes agujas de piedra de gran belleza, correspondientes al extremo de Cabeza Modorra.
Avanzamos camino abajo por el margen derecho del río, rodeados de magníficos pinares, que observamos bastante limpios. Pasamos las zonas de El tendero y La Chaparra. En La Llana, llegamos a un bonito puente que nos cambia de margen. Antes y después del puente las postales del agua son inenarrables. Como es lógico aprovechamos para las fotos de rigor.
Entramos ahora en tres grandes y pronunciados meandros. El rio, en lo profundo del valle sigue cantando. En el meandro del centro, arriba en la cumbre nos han informado que está el Simarrón del Rebollar, que viene en la relación de Cavidades del Alto Tajo: http://www.espeleokandil.org/descripciondecavidades/catalogoaltotajo.htm
Enviamos a nuestro explorador Ironman a buscarlo, y en caso de ser interesante subir a verlo. Mientras tanto, hicimos una parada técnica. Pues bien, no encontramos la mencionada sima, por tanto, continuamos camino por la zona de los Humbriazos y La Peña Corrales. En el paraje de Las Vírgenes, hacemos fotos a las imponentes rocas que tienen la forma de dicha imagen. Tampoco nos resistimos a fotografiar unos arboles centenarios y el propio Rio Cabrillas que con su son nos acompaña continuamente.
Nuestro siguiente objetivo es la Junta de los ríos. Hacia allá nos encaminamos, y ya cerca del lugar aparece una zona del camino en la que los arboles cierran el cielo como si por un delicioso jardín en sombra estuviésemos deambulando. Fotos de rigor y sigue la marcha. Al llegar a la junta de los ríos se termina el camino y aparece una gran esplanada, una gran pradera. La propia junta de las aguas está muy cerrada por la maleza. Nos acercamos y pasamos bajo ella en cuclillas, casi reptando. El primer intento nos lleva al agua que aún es del Cabrillas. Más abajo, el segundo intento es claramente agua del Tajo. Como la virtud está en el justo medio, entramos por una zona intermedia y allí si, allí el Tajo se remansa hacia el Cabrillas, que fluye por la parte superior como si su agua estuviese, mas atemperada, flotando sobre la del tajo. Es un bonito espectáculo oculto a la vista del público, en la intimidad de su unión, ambos ríos se funden como si de un acto de amor privado se tratara.
Continuamos, ahora por una senda que sube y baja entra las rocas, con sus correspondientes miradores, para llegar al Puente de Peñalén. Ya hemos entrado en el valle del Tajo, que se muestra señorial y bravo. El puente, con dos grandes arcos, nos impresiona, el rio y el paisaje también, en especial el Estrecho de Valdepedro, justo aguas abajo del puente. Comemos, bebemos y continuamos el camino Tajo arriba.
Nos refrescamos, casi duchamos, en la Fuente del Vivero, (estamos en un caluroso junio), seguimos ruta hasta la zona de Los Iriazos, donde tras admirar, una vez más, el rio, tornamos hacia la derecha para comenzar la subida hacia Poveda. La subida, por estar al final de la ruta, hay que hacerla con paciencia y buen tino. Ya en Poveda, divisamos el monumento a los gancheros del Tajo. Entramos en el pueblo y damos por finalizada la ruta.
El camino ha sido de 20,25 km. Hemos tenido una subida acumulada de 407 metros y unas bajadas de 532 metros. Una ruta extraordinariamente bonita en un día caluroso.