Tasartico-Montaña de Aguasabina-Playa de Güigüí-Montaña del Cedro-La Aldea

La dificultad de la ruta viene dada por la subida a las dos cumbres. Son trayectos de ida y vuelta que se pueden evitar, quedando así una ruta fácil que es la clásica que hace la mayoría de la gente. Es una ruta rompepiernas, ya que después de subir hasta la primera collada hay que bajar hasta la playa de Güigüí. Luego viene otra subida con una bajada intercalada al tener que cruzar el barranco de Güigüí Chico.
La subida a la Montaña de Aguasabina desde la degollada homónima nosotros la hicimos evitando la arista inicialmente por la izquierda. Creo que también se puede evitar este primer tramo de arista más escarpado por el canalón a su derecha. Cuando la arista se amansa ya se puede progresar por ella, hay algunos pasos vertiginosos, pero fáciles.
Al llegar al pie de la muralla que defiende la cumbre, nosotros optamos por bordearlo por la izquierda. Vimos algún hito, pero es un terreno delicado y expuesto con algunas trepadas en roca poco segura. Es mejor subir por la derecha, que es por donde nosotros bajamos. A la bajada vimos un gran hito que se nos pasó en la subida. De todas formas es terreno para andar con cuidado. Las vistas sobre los acantilados son de escándalo.
La subida a la Montaña del Cedro está más marcada. Inicialmente se progresa por el filo, hasta topar con un resalte. Nosotros lo bordeamos por la izquierda hasta dar con unas terrazas fáciles que nos devolvieron al filo. A partir de ahí hay tramos equipados con sirga que, si bien no resulta muy necesaria, viene bien para orientarse. En la parte final hay que progresar hacia la izquierda. Aquí también hay trepadas fáciles y la roca en general es de mejor calidad.
Salvo las ascensiones a las dos cumbres el recorrido es por buena senda.
Nosotros dejamos el coche en La Aldea y allí tomamos un taxi que nos dejó junto al campo de fútbol de Tasartico.