Teguise - Costa Teguise

Sencilla ruta que nos llevará desde Teguise hasta Costa Teguise, siguiendo el sendero de pequeño recorrido recién balizado entre Costa Teguise y Famara. Lo califico como moderado por la longitud, y también por lo difícil del firme en el último tramo del recorrido, pero transcurre todo por caminos y, en el sentido que lo hemos hecho nosotros, prácticamente descendente en su totalidad. Es también un recorrido ciclable en su totalidad, a pesar del firme pedregoso de la última parte.
La ruta arranca de la carretera LZ-10, en el mismo casco urbano de Teguise. Es el acceso al castillo de Santa Bárbara, situado en el borde del volcán Guanapay. Es un camino asfaltado, y a día de hoy cerrado al tráfico de vehículos, así que podemos atacar con tranquilidad el que supone el mayor desnivel positivo que vamos a realizar. Una vez alcanzamos una planicie a los pies del volcán, abandonamos el asfalto y tomamos el camino señalizado que encontraremos al frente. Desde esta llanura podemos ver, hacia el Oeste, San Bartolomé y Tinajo, y más la fondo, los volcanes de Timanfaya; y hacia el Este, Teseguite y más lejos, Cerro Hurón.
El camino, perfectamente señalizado, desciende hasta Teseguite. Una vez alcanzada la carretera, seguiremos a la derecha por ella hasta la calle Terrero, por la que abandonaremos el pueblo, en medio de campos minuciosamente cultivados. El camino serpentea, siempre descendiendo, en dirección SE, en medio de un terreno agrícola aunque hoy ya mayoritariamente abandonado, y ya podemos ver al fondo el mar.
El camino sigue descendiendo, y tras cruzar un barranco, una pequeña subida nos lleva hasta la carretera LZ-1. Giramos a la derecha para pasar debajo de ella, y tras cruzar el túnel, cogemos el camino paralelo a la carretera a nuestra derecha.
Este tramo está asfaltado, y cuando acaba el asfalto, giraremos a la izquierda para dirigirnos hacia el SE, de nuevo en con desnivel descendente. Ahora el paisaje cambia bastante, seguimos teniendo a nuestro alrededor antiguos campos de cultivo, cerrados por hileras de piedras, pero apenas están enarenados, y sí cubiertos de piedras, abandonados, dando lugar a uno de los paisajes más inhóspitos de Lanzarote, haciendo palpable la aridez de esta isla.
Además, y después de superar un par de granjas, el camino está casi muy erosionado, impracticable para vehículos, e incómodo para transitarlo andando por la abundancia de piedras y regueros. Es con mucho el tramo más difícil de la etapa, pero poco a poco de nuevo el camino recupera el firme, y ya, con las primeras edificaciones de Costa Teguise paralelas a nuestra marcha, encaramos el último tramo del camino.