Teguise - Llanos de la Montaña - Arrieta 23102023

Desde el cruce de la carretera de LZ-404 (Teguise - Teseguite) con la LZ-10 (Teguise - Los Valles) al pie de la Montaña de Guanapay (Cortijo Las Cruces) me fui en dirección a la Montaña de Teguise al encuentro del camino/calle Gadifer de La Salle, una pista de tierra que parte de Teguise y que une esta localidad con la Ermita de Las Nieves.
Continué por la pista atravesando toda la parte de La Vega de San José mas próxima a la carretera hasta alcanzar la zona de El Calvario (depósito de aguas), dejé la pista y me fui por un sendero (se ve muy bien en el Maps) que gira a la izquierda (sentido de marcha) y avanza por el pie de la ladera de Lomo Blanco en dirección a la Vega de San José.
Esta vereda es terreno de ciclistas a tenor de las huellas de las rodadas y marcha bordeando las fincas que vas dejando a la izquierda. Alcanzo la vereda de la GR-131, tramo Teguise - Las Nieves, y continuo al frente, siempre al borde del Lomo Blanco (derecha) y las fincas a la izquierda hasta que localizo la zona de subida. Hay varias (cuatro he localizado yo) y hoy quería subir por esta que está pasada la de GR-131 que era la que no había usado antes.
Pasado el barranquillo que hay tras la vereda de la GR-131 una sombra de pista asciende sobre la ladera, unos metros después del fin de la finca en uso que tenemos a nuestro paso. Me apoyo en los bastones y empiezo a subir por ella, con calma voy dando pasos hasta alcanzar la parte alta. Arriba hay una antigua pista, continuación de la que he usado para ascender, que marcha por la ladera y paralela a la que transcurre por el lomo (la calle Gadider de la Salle). La sorpresa surge cuando empiezo a beber y un perrito se me acopla, parece perdido y después de beber de mi mano decide que mejor acompañado que triste y sólo y se viene conmigo.
Esta pista marcha por la ladera de cara a la Vega de San Jose y permite unas buenas vistas del Los Morros de Jerez y del Morro Alto y lo mejor fue la alineación La Graciosa - Montaña Clara - Alegranza, unas vistas muy bonitas.
Continuo por la pista hasta alcanzar la zona del Pico de Maramajo que enlaza con la calle Gadifer de La Salle por la que marcho hasta la Ermita de Las Nieves, el perro sigue conmigo queriendo aparecer en todas las fotos que hago.
Desde la Ermita me voy en busca del cruce que me da pie a continuar la ruta por Los Llanos de la Montaña, para cruzar la carretera LZ-10 en dirección a la pista que continua por Los Tablones y El Valle del Palomo. Cuando alcanzo el Cortijo de Domingo Armas me salgo de la pista para continuar por la vereda que marcha por la cabecera del Valle del Palomo hasta la pista que se adentra en La Pequena. Por esta pista me voy hasta alcanzar la Peña de La Pequena para desviarme hacia la vivienda (en ruinas) que hay en la cabecera del Lomo de La Escalerita.
De nuevo un rato de descanso y avituallamiento, para el perro no llevaba nada así que se quedo con el agua que bebía de mi mano, y continuo la marcha descendiendo por la vereda de La Escalerita hasta el mojón que marca el inicio de la vereda que desciende por la ladera sur del Valle de Temisa.
Como casi siempre me pase un poco y tuve que retroceder pero no hubo problemas para ubicarme en la vereda, el perro seguía conmigo casi guiándome.
Desciendo por segunda vez por esta ladera que ahora está muy marcada por el paso de los cazadores (alguno perdió al perro que me acompaña y me da la impresión que no lo echa mucho de menos), es un descenso lento porque algunas zonas presentan un poco de complicación pero se avanza sin dificultad hasta alcanzar el Cercado del Marqués donde desaparecen los problemas y te pones en la carretera de Temisa (LZ-207).
El resto de la jornada consistió en recorrer el Valle de Temisa y pasar a la zona de Trujillo por el cauce del barranco para continuar hasta Arrieta atravesando esta zona. El perro se me quedo en Tabayesco en busca de algo de comer porque por mas que lo busque pasado el barranco no hubo manera de encontrarlo, y sin nombre para llamarlo tampoco era cuestión de ponerme a gritar sin saber a quien llamar, una pena.