Teixadal de Casaio
near La Baña, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ubicado en el Macizo Galaico - Leonés, donde Galicia limita con La Cabrera, a los pies de tres de sus cumbres más destacadas (Peña Trevinca, Peña Surbia y Peña Negra), el Teixadal de Casaio forma parte de un bosque en el que destacan, junto a tejos centenarios, bellos acebos e imponentes robles, en el precioso valle formado por el Regato do Penedo y los múltiples arroyuelos que en él confluyen.
Es una pena que este valle y su vecino, formado por el Regato do Castaño, estén rodeados por un paisaje lunar creado por las pizarreras que destrozan las laderas de las montañas.
La ruta, tras recorrer en coche unos cuatro kilómetros por una polvorienta pista de tierra con baches y socavones, comienza precisamente en una de esas zonas monstruosas donde gigantescos camiones bulldozer arrojan los escombros de las minas de pizarra a cielo abierto. Aparcamos allí el coche y comienza la caminata.
Tras 1.800 metros de camino ascendente (que al regreso habrá que bajar) por una pista, llegamos al Alto de la Cabrita. Desde aquí iniciamos el descenso hasta el Collado Valborraz por un estrecho sendero, bien marcado. Luego giraremos a la izquierda y, tras un pequeño tramo campo a través sobre matorrales de poca altura, tomaremos una senda que, siempre bajando, nos llevará al bosque de tejos, acebos y robles: el Teixedal de Casaio.
El camino se pierde un poco en el bosque; para no perderse hay que procurar seguir siempre río abajo.
Una vez finalizado el bosque hay que cruzar el Regato do Penedo (no hay un lugar fijo; cada uno por donde mejor le venga).
En este punto habremos recorrido siete kilómetros desde el inicio; la mitad de la caminata.
Pasado el río, hay que buscar la senda que, hacia la izquierda, da comienzo al ascenso. Esa senda luego se convertirá en un camino bien marcado, hasta que, en un punto señalado en el track con un waypoint, abandonaremos ese camino y giraremos a la derecha para iniciar una dura subida por un estrecho sendero que en bastantes ocasiones se pierde, aunque perderse es imposible. Hay que mirar hacia arriba y decir: ¡hasta el final de la cuesta!
Y así es; esa subida nos lleva primero al Collado Valborraz y después, desandando el camino de ida, al Alto la Cabrita. Desde ahí, en algo más de kilómetro y medio, pista abajo, llegaremos al coche.
Sólo falta acercarnos al hotel Peña Trevinca, por la pista de tierra con baches, para reponer fuerzas con una rica comida.
¡Se come bien allí!
Es una pena que este valle y su vecino, formado por el Regato do Castaño, estén rodeados por un paisaje lunar creado por las pizarreras que destrozan las laderas de las montañas.
La ruta, tras recorrer en coche unos cuatro kilómetros por una polvorienta pista de tierra con baches y socavones, comienza precisamente en una de esas zonas monstruosas donde gigantescos camiones bulldozer arrojan los escombros de las minas de pizarra a cielo abierto. Aparcamos allí el coche y comienza la caminata.
Tras 1.800 metros de camino ascendente (que al regreso habrá que bajar) por una pista, llegamos al Alto de la Cabrita. Desde aquí iniciamos el descenso hasta el Collado Valborraz por un estrecho sendero, bien marcado. Luego giraremos a la izquierda y, tras un pequeño tramo campo a través sobre matorrales de poca altura, tomaremos una senda que, siempre bajando, nos llevará al bosque de tejos, acebos y robles: el Teixedal de Casaio.
El camino se pierde un poco en el bosque; para no perderse hay que procurar seguir siempre río abajo.
Una vez finalizado el bosque hay que cruzar el Regato do Penedo (no hay un lugar fijo; cada uno por donde mejor le venga).
En este punto habremos recorrido siete kilómetros desde el inicio; la mitad de la caminata.
Pasado el río, hay que buscar la senda que, hacia la izquierda, da comienzo al ascenso. Esa senda luego se convertirá en un camino bien marcado, hasta que, en un punto señalado en el track con un waypoint, abandonaremos ese camino y giraremos a la derecha para iniciar una dura subida por un estrecho sendero que en bastantes ocasiones se pierde, aunque perderse es imposible. Hay que mirar hacia arriba y decir: ¡hasta el final de la cuesta!
Y así es; esa subida nos lleva primero al Collado Valborraz y después, desandando el camino de ida, al Alto la Cabrita. Desde ahí, en algo más de kilómetro y medio, pista abajo, llegaremos al coche.
Sólo falta acercarnos al hotel Peña Trevinca, por la pista de tierra con baches, para reponer fuerzas con una rica comida.
¡Se come bien allí!
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