Tejeda de Tosande-Peña Horadada-Ruesga (Palencia).

A unos 5 km de Cervera de Pisuerga (Palencia), en el km 208 de la carretera CL-626, se encuentra el aparcamiento que es el inicio de la ruta de hoy. Junto a él hay un jardín interpretativo con las especies más representativas que vamos a encontrarnos durante el recorrido y dos paneles informativos.

Comenzamos por una pista ancha que desciende y atraviesa la línea FEVE La Robla-Bilbao para llegar más tarde a unos prados poblados de ganado bovino. Enseguida nos adentramos en el valle de Tosande acompañados del río del mismo nombre que se dirige en dirección sureste-noroeste hasta la base de Peña Redonda. La senda discurre por el fondo del valle acompañada de encinas, robles y espinos. Giramos a la izquierda junto al puente de madera y a medida que ganamos altura aparecen hayas y ub poco después el famoso "tejal de Tosande". Es un valioso bosque de coníferas de la era Terciaria situado en la ladera con unos bellos ejemplares que crean una atmósfera oscura y mágica. Este espacio fue muy apreciado por las tribus prerromanas que atribuían a este árbol longevo propiedades sobrenaturales.

Ascendemos hacia Peña Cantoral por un sendero que no está marcado por una fuerte pendiente. Poco después por el cordal pétreo aparece en lo alto la Peña Horadada (1818 m). Aquí toca descansar, reponer fuerzas y admirar las cumbres de la Montaña Palentina. El dia es espectacular y ahora hay que descender por un sendero procurando evitar las zonas que todavía conservan nieve. Llegamos al mirador de la tejeda y continuamos el paseo por el bosque por la zona de las pasarelas de madera.

Comenzamos el descenso hacia el valle por el hayedo y llegamos a una hermosa pradera. Ahora de frente tenemos que salvar un desnivel de 140 m para luego descender y atravesar la Mina Landillero. Tomamos el camino de las Calicatas que nos acercará primero al pantano y luego a Ruesga por una pista en buen estado.

Atravesamos el pueblo y salimos por la carretera PP-2106 hasta una pasarela verde que cruzamos para cambiar de margen del río Rivera. Caminamos un rato por una senda junto al río que es utilizada por las vacas, hasta que giramos a la derecha para subir al Prado Olalla. A partir de este momento es necesario el GPS y la imaginación para encontrar el sendero que ha sido invadido por la vegetación espontánea. Un poco de paciencia y serenidad sorteando espinos, hasta llegar a las inmediaciones del arroyo Valdesgares donde se termina el calvario. Ahora atravesamos un prado y accedemos a un camino llano y tras rebasar las minas de Felipe Villanueva enlazamos con la senda que por la mañana nos introdujo en el Valle de Tosande. Solamente una cuesta nos separa ya del aparcamiento.