Tejera Negra
near Cantalojas, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
Nos encontramos en el Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara. Partiendo desde el Centro de Interpretación del Hayedo de Tejera Negra, la ruta consiste en recorrer los dos itinerarios oficiales a pie disponibles, enlazándolos de forma circular: la Senda del Robledal y la Senda de Carretas.
Estacionamos junto al Centro de Interpretación, al que se llega por una pista asfaltada durante 2'5 km. desde el pueblo de Cantalojas, donde comienza la Senda del Robledal, señalizada en color verde. La ruta señalizada en color rojo se trata de un recorrido para bicicleta BTT. La Senda de Carretas está señalizada en color blanco. El sendero en un principio discurre paralelo a la pista principal que se dirige hacia Carretas. Al poco tiempo nos separamos de la pista para descender ligeramente y cruzar el Río Lillas, por un típico puente de pizarra, junto a varias tainas, paradigmas de la Arquitectura Negra representativa en la zona. A nuestra izquierda observamos el valle del Río Zarzas.
Pasamos por una extensa pradera conocida como la Plaza de Toros. Comienzan a aparecer las primeras hayas con pinos silvestres intercalados. Sorteamos el Collado de la Hoya y llegamos a un mirador natural en la Loma de la Torrecilla, donde se encuentra un panel informativo.
Pasamos junto al centenario Roble de las Güensas, y proseguimos hacia una encrucijada de caminos en la Junta de los Cerros. Me asomo a un espolón cercano, en el Collado del Hornillo nos desviamos al sendero que se interna en el hayedo.
Más adelante enlazamos con la Senda de Carretas, señalizada en color blanco. Esta ruta es circular e independiente, pero se hace algo corta por sí sola.
Tras vadear un ramal del Arroyo de Carretas por una pasadera de piedras, salimos a campo algo más abierto, pudiendo divisar el Alto de la Escaleruela (1.975 m.) frente a nosotros. Tras faldear la ladera y vadear otro ramal del arroyo, nos acercamos al punto más elevado de la ruta, en la Pradera de Matarredonda, para contemplar unas panorámicas. A partir de este punto descendemos hacia el Arroyo de Carretas, entrando de nuevo en el bosque. Este tramo de la senda dispone de varios puentes de madera para cruzar el arroyo hasta en cuatro ocasiones. También pasamos por una curiosa reproducción didáctica de las carboneras tradicionales que antaño proliferaban en estos parajes.
Llegamos a la confluencia del Arroyo de Carretas con el Río Lillas. El sendero continúa muy marcado por su margen derecho.
Pasamos por el aparcamiento de Carretas, donde también se encuentra un pequeño refugio libre junto a una fuente. A partir de este punto, acaba la Senda de Carretas y prosigue la vuelta por la Senda del Robledal. Siendo este tramo menos definido que el de ida, con el sendero desdibujado y menos señalización. Aunque la orientación es sencilla, ya que solo hay que caminar por los pastizales en paralelo al río, aguas abajo.
Al llegar a la Taina Grande existen senderos en ambas orillas, por lo que podemos alternar entre ambos márgenes si decidimos vadear el río de nuevo. Más adelante enlazamos con la pista y cruzamos el río por un puente de hormigón. Ya solo resta cerrar el círculo siguiendo la pista hasta el punto de partida.
La vegetación predominante la forman hayas y robles melojos con su matorral bajo asociado, pinos silvestres, tejos, abedules, arces, acebos, álamos temblones, saúcos, serbales, gayubas, arándanos, majuelos, mostajos, enebros, sabinas, jaraestepas, brezos, retamas y musgos, así como cervunales y diversas plantas riparias. En cuanto a la fauna, es posible el avistamiento de aves rapaces forestales, buitres leonados y chovas, además de ardillas, corzos, zorros, jabalíes y lobos.
Estacionamos junto al Centro de Interpretación, al que se llega por una pista asfaltada durante 2'5 km. desde el pueblo de Cantalojas, donde comienza la Senda del Robledal, señalizada en color verde. La ruta señalizada en color rojo se trata de un recorrido para bicicleta BTT. La Senda de Carretas está señalizada en color blanco. El sendero en un principio discurre paralelo a la pista principal que se dirige hacia Carretas. Al poco tiempo nos separamos de la pista para descender ligeramente y cruzar el Río Lillas, por un típico puente de pizarra, junto a varias tainas, paradigmas de la Arquitectura Negra representativa en la zona. A nuestra izquierda observamos el valle del Río Zarzas.
Pasamos por una extensa pradera conocida como la Plaza de Toros. Comienzan a aparecer las primeras hayas con pinos silvestres intercalados. Sorteamos el Collado de la Hoya y llegamos a un mirador natural en la Loma de la Torrecilla, donde se encuentra un panel informativo.
Pasamos junto al centenario Roble de las Güensas, y proseguimos hacia una encrucijada de caminos en la Junta de los Cerros. Me asomo a un espolón cercano, en el Collado del Hornillo nos desviamos al sendero que se interna en el hayedo.
Más adelante enlazamos con la Senda de Carretas, señalizada en color blanco. Esta ruta es circular e independiente, pero se hace algo corta por sí sola.
Tras vadear un ramal del Arroyo de Carretas por una pasadera de piedras, salimos a campo algo más abierto, pudiendo divisar el Alto de la Escaleruela (1.975 m.) frente a nosotros. Tras faldear la ladera y vadear otro ramal del arroyo, nos acercamos al punto más elevado de la ruta, en la Pradera de Matarredonda, para contemplar unas panorámicas. A partir de este punto descendemos hacia el Arroyo de Carretas, entrando de nuevo en el bosque. Este tramo de la senda dispone de varios puentes de madera para cruzar el arroyo hasta en cuatro ocasiones. También pasamos por una curiosa reproducción didáctica de las carboneras tradicionales que antaño proliferaban en estos parajes.
Llegamos a la confluencia del Arroyo de Carretas con el Río Lillas. El sendero continúa muy marcado por su margen derecho.
Pasamos por el aparcamiento de Carretas, donde también se encuentra un pequeño refugio libre junto a una fuente. A partir de este punto, acaba la Senda de Carretas y prosigue la vuelta por la Senda del Robledal. Siendo este tramo menos definido que el de ida, con el sendero desdibujado y menos señalización. Aunque la orientación es sencilla, ya que solo hay que caminar por los pastizales en paralelo al río, aguas abajo.
Al llegar a la Taina Grande existen senderos en ambas orillas, por lo que podemos alternar entre ambos márgenes si decidimos vadear el río de nuevo. Más adelante enlazamos con la pista y cruzamos el río por un puente de hormigón. Ya solo resta cerrar el círculo siguiendo la pista hasta el punto de partida.
La vegetación predominante la forman hayas y robles melojos con su matorral bajo asociado, pinos silvestres, tejos, abedules, arces, acebos, álamos temblones, saúcos, serbales, gayubas, arándanos, majuelos, mostajos, enebros, sabinas, jaraestepas, brezos, retamas y musgos, así como cervunales y diversas plantas riparias. En cuanto a la fauna, es posible el avistamiento de aves rapaces forestales, buitres leonados y chovas, además de ardillas, corzos, zorros, jabalíes y lobos.
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