Tejos Milenarios, Collado Angosto y Pino de la Entrega desde la Cañada de las Fuentes (Sierra de Cazorla)
near Fique, Andalucía (España)
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Itinerary description
Sencilla y cómoda ruta en la que ademas de disfrutar de uno de los parajes más abruptos y bellos de este Parque Natural, visitaremos dos joyas botánicas del mismo: los Tejos Milenarios de la Cañada de las Fuentes y el centenario pino laricio o salgareño de la Loma de Cagasebo denominado Pino de la Entrega.
Comenzamos la ruta siguiendo el sendero señalizado y balizado de los "Tejos Milenarios", cuyo panel de inicio se sitúa a un kilómetro aproximadamente del Área Recreativa Cañada de las Fuentes (nacimiento del Río Guadalquivir) en la pista forestal JF-7092.
En algo menos de un kilómetro llegamos al paraje del Paracillo de los Seis Pinos, donde acaba el carril y se abren dos senderos. Un gran pino laricio (Pino del Fuego) con un resiego marca el lugar. Seguimos la senda más marcada, la derecha, la cual en breves metros nos lleva a los Tejos Milenarios. Tras visitar estas joyas de la Naturaleza regresamos a la bifurcación para tomar la otra senda, el llamado "Camino del Poyo de las Palomas".
Este sendero, (que dicho sea de paso es una auténtica maravilla, un viejo camino de herradura que recorre parajes de gran belleza a la vez que conforme ascendemos nos va ofreciendo grandes panorámicas), asciende al collado Angosto para después descender hasta cerca del Puerto de Tíscar.
Nosotros al llegar cerca de dicho collado dejamos el sendero, saliendo a la izquierda siguiendo los numerosos hitos de piedras que marcan el ascenso a la planicie cimera de la Loma de Cagasebo y al Pino de la Entrega. El ascenso es campo a través, pero si vamos atentos a los citados hitos no tendremos ningún problema de orientación. El terreno no es malo de andar y salvo una fuerte pendiente inicial después el ascenso es más tendido.
El regreso al punto de inicio lo realizamos por el mismo lugar.
Descripción que del sendero de los "Tejos Milenarios" hace el folleto publicado por el Parque sobre el mismo:
"Dos son los motivos por los que se debe destacar la Tejeda de la Cañada de las Fuentes. En primer lugar llama la atención su extraordinario porte, conseguido gracias a su avanzada edad. Existen estudios científicos, que relacionan su diámetro con la edad; en este caso la mayoría de los tejos (Taxus baccata) de la zona tienen edades comprendidas entre los 100 y 200 años. Sin embargo uno de los individuos más gruesos tiene un contorno de 7,40 metros por lo que se le estima una edad superior a los 1.000 años. La Tejeda se asienta en la margen derecha del barranco, en un ambiente de umbría y con una alta humedad.
El número de ejemplares no supera la decena, entre machos y hembras, acompañados de pino salgareño (Pinus nigra sub. salzmannii), algún arce (Acer monspessulanum) y majuelos (Crataegus monogyna), estos últimos de porte arbóreo y son los que predominan en el paisaje. El tejo es un árbol místico al que rodean multitud de leyendas, sobre todo relacionadas con la cultura celta. Una antigua leyenda asegura que los tejos de los cementerios hunden muy profundamente sus raíces y que cada una de ellas va directo a la boca de un cadáver, alimentándolo con su savia y a su vez, estas raíces recogían los secretos de los difuntos y por las hojas los exponían al viento para que este se los llevase.
Se trata de un sendero perteneciente al grupo del Área de Reserva, que merece la pena realizar sin prisa, disfrutando de las maravillas que nos ofrece, paladeando el sabor serrano de su camino. La vegetación de esta ruta es única en muchos sentidos dentro del parque natural. Nos desplazamos por una zona umbría, en la que el agua no es un recurso limitante. Por lo tanto, son numerosas las plantas adaptadas a estas condiciones de vida. Sobre todas ellas destaca el tejo, estandarte de la vegetación de este tipo. En esta ruta, además de por su valor vegetal, los tejos que nos encontramos destacan por su impresionante porte y belleza.
Iniciamos nuestro camino muy próximos a la Cañada de las Fuentes, el lugar donde nace el río más famoso de Andalucía, el Guadalquivir. Atravesaremos una barrera que impide el paso de vehículos motorizados a la ruta y comenzaremos a caminar bajo un impresionante dosel de vegetación que no nos abandonará en todo el trayecto.
Nada más comenzar la ruta nos encontraremos a la izquierda de nuestro caminar con un imponente ejemplar de pino salgareño (Pinus nigra sub. salzmannii), con ramas a modo de brazos, fácilmente identificable por su característica forma de candelabro. Continuaremos por un sendero umbrío, estrecho y con mucha humedad, donde en los meses estivales el frescor del ambiente se hará patente, aliviándonos del tórrido calor que puede llegar a hacer en estas sierras. En esta primera parte del sendero, destaca el tapiz de musgo sobre las rocas y los líquenes que cuelgan de algunas ramas de los pinos. Los líquenes son una curiosa asociación de hongos y algas, que se unen para proporcionarse protección y alimento mutuamente. Lo interesante de estos seres vivos es que son excepcionalmente delicados a las alteraciones del medio, por lo que su presencia nos da a entender la pureza del aire que se respira en estos parajes.
Plantas como el rosal silvestre (Rosa canina), el majuelo (Crategus monogyna) que en estas zonas alcanza porte arbóreo, el manzano silvestre (Malus silvestris), o el escaso cerecino (Prunus mahaleb) son abundantes en las proximidades de la ruta.
Continuamos la senda bien marcada hasta otro imponente pino salgareño, que muestra una característica marca de fuego en su base. Esta herida se realizó en la antigüedad para utilizar la tea, uno de los recursos que los pinos ofrecían a los pobladores de estas sierras. La tea es simplemente la parte más interna de la corteza de un pino impregnada de resina, por lo que tiene un alto poder energético. Se utilizaba para la fabricación de mechas y antorchas, perdurando aun hoy estas cicatrices en los árboles.
La senda se interna en una zona más cerrada si cabe donde los pinos salgareños nos cubren la cabeza a modo de cúpula. Observamos como el suelo se encuentra alterado, es casi como si estuviese arado. Esto es debido a las hocicadas de jabalí (Sus scrofa) en busca de alimento, como pequeños hongos, raíces, etc. Este animal es muy abundante en la zona, si bien, no es el único que podemos contemplar.
Si recorriésemos la ruta a primera hora de la mañana o última de la tarde incluso podremos discernir el balido de los grupos de muflones (Ovis musimon) o la imponente figura de alguna cabra montés (Capra pyrenaica) paseando por los afilados riscos calizos.
Un leve rumor se hará poco a poco más patente hasta que lleguemos a un pequeño curso de agua, que forma una modesta cascada, contribuyendo a aumentar el frescor de por sí importante en la zona.
Cruzaremos este arroyo y ascenderemos suavemente inmersos en la densa vegetación hasta encontrar un pequeño claro en el que se alza imponente un grandioso ejemplar macho de tejo (Taxus baccata). El enorme tronco de este individuo sin duda nos sorprenderá, ya que es excepcionalmente grueso. Se le estima una edad superior a los 1.000 años. Tendremos ocasión de contemplar también otros tejos en la zona conocida como la Tejeda de la Cañada de las Fuentes."
Comenzamos la ruta siguiendo el sendero señalizado y balizado de los "Tejos Milenarios", cuyo panel de inicio se sitúa a un kilómetro aproximadamente del Área Recreativa Cañada de las Fuentes (nacimiento del Río Guadalquivir) en la pista forestal JF-7092.
En algo menos de un kilómetro llegamos al paraje del Paracillo de los Seis Pinos, donde acaba el carril y se abren dos senderos. Un gran pino laricio (Pino del Fuego) con un resiego marca el lugar. Seguimos la senda más marcada, la derecha, la cual en breves metros nos lleva a los Tejos Milenarios. Tras visitar estas joyas de la Naturaleza regresamos a la bifurcación para tomar la otra senda, el llamado "Camino del Poyo de las Palomas".
Este sendero, (que dicho sea de paso es una auténtica maravilla, un viejo camino de herradura que recorre parajes de gran belleza a la vez que conforme ascendemos nos va ofreciendo grandes panorámicas), asciende al collado Angosto para después descender hasta cerca del Puerto de Tíscar.
Nosotros al llegar cerca de dicho collado dejamos el sendero, saliendo a la izquierda siguiendo los numerosos hitos de piedras que marcan el ascenso a la planicie cimera de la Loma de Cagasebo y al Pino de la Entrega. El ascenso es campo a través, pero si vamos atentos a los citados hitos no tendremos ningún problema de orientación. El terreno no es malo de andar y salvo una fuerte pendiente inicial después el ascenso es más tendido.
El regreso al punto de inicio lo realizamos por el mismo lugar.
Descripción que del sendero de los "Tejos Milenarios" hace el folleto publicado por el Parque sobre el mismo:
"Dos son los motivos por los que se debe destacar la Tejeda de la Cañada de las Fuentes. En primer lugar llama la atención su extraordinario porte, conseguido gracias a su avanzada edad. Existen estudios científicos, que relacionan su diámetro con la edad; en este caso la mayoría de los tejos (Taxus baccata) de la zona tienen edades comprendidas entre los 100 y 200 años. Sin embargo uno de los individuos más gruesos tiene un contorno de 7,40 metros por lo que se le estima una edad superior a los 1.000 años. La Tejeda se asienta en la margen derecha del barranco, en un ambiente de umbría y con una alta humedad.
El número de ejemplares no supera la decena, entre machos y hembras, acompañados de pino salgareño (Pinus nigra sub. salzmannii), algún arce (Acer monspessulanum) y majuelos (Crataegus monogyna), estos últimos de porte arbóreo y son los que predominan en el paisaje. El tejo es un árbol místico al que rodean multitud de leyendas, sobre todo relacionadas con la cultura celta. Una antigua leyenda asegura que los tejos de los cementerios hunden muy profundamente sus raíces y que cada una de ellas va directo a la boca de un cadáver, alimentándolo con su savia y a su vez, estas raíces recogían los secretos de los difuntos y por las hojas los exponían al viento para que este se los llevase.
Se trata de un sendero perteneciente al grupo del Área de Reserva, que merece la pena realizar sin prisa, disfrutando de las maravillas que nos ofrece, paladeando el sabor serrano de su camino. La vegetación de esta ruta es única en muchos sentidos dentro del parque natural. Nos desplazamos por una zona umbría, en la que el agua no es un recurso limitante. Por lo tanto, son numerosas las plantas adaptadas a estas condiciones de vida. Sobre todas ellas destaca el tejo, estandarte de la vegetación de este tipo. En esta ruta, además de por su valor vegetal, los tejos que nos encontramos destacan por su impresionante porte y belleza.
Iniciamos nuestro camino muy próximos a la Cañada de las Fuentes, el lugar donde nace el río más famoso de Andalucía, el Guadalquivir. Atravesaremos una barrera que impide el paso de vehículos motorizados a la ruta y comenzaremos a caminar bajo un impresionante dosel de vegetación que no nos abandonará en todo el trayecto.
Nada más comenzar la ruta nos encontraremos a la izquierda de nuestro caminar con un imponente ejemplar de pino salgareño (Pinus nigra sub. salzmannii), con ramas a modo de brazos, fácilmente identificable por su característica forma de candelabro. Continuaremos por un sendero umbrío, estrecho y con mucha humedad, donde en los meses estivales el frescor del ambiente se hará patente, aliviándonos del tórrido calor que puede llegar a hacer en estas sierras. En esta primera parte del sendero, destaca el tapiz de musgo sobre las rocas y los líquenes que cuelgan de algunas ramas de los pinos. Los líquenes son una curiosa asociación de hongos y algas, que se unen para proporcionarse protección y alimento mutuamente. Lo interesante de estos seres vivos es que son excepcionalmente delicados a las alteraciones del medio, por lo que su presencia nos da a entender la pureza del aire que se respira en estos parajes.
Plantas como el rosal silvestre (Rosa canina), el majuelo (Crategus monogyna) que en estas zonas alcanza porte arbóreo, el manzano silvestre (Malus silvestris), o el escaso cerecino (Prunus mahaleb) son abundantes en las proximidades de la ruta.
Continuamos la senda bien marcada hasta otro imponente pino salgareño, que muestra una característica marca de fuego en su base. Esta herida se realizó en la antigüedad para utilizar la tea, uno de los recursos que los pinos ofrecían a los pobladores de estas sierras. La tea es simplemente la parte más interna de la corteza de un pino impregnada de resina, por lo que tiene un alto poder energético. Se utilizaba para la fabricación de mechas y antorchas, perdurando aun hoy estas cicatrices en los árboles.
La senda se interna en una zona más cerrada si cabe donde los pinos salgareños nos cubren la cabeza a modo de cúpula. Observamos como el suelo se encuentra alterado, es casi como si estuviese arado. Esto es debido a las hocicadas de jabalí (Sus scrofa) en busca de alimento, como pequeños hongos, raíces, etc. Este animal es muy abundante en la zona, si bien, no es el único que podemos contemplar.
Si recorriésemos la ruta a primera hora de la mañana o última de la tarde incluso podremos discernir el balido de los grupos de muflones (Ovis musimon) o la imponente figura de alguna cabra montés (Capra pyrenaica) paseando por los afilados riscos calizos.
Un leve rumor se hará poco a poco más patente hasta que lleguemos a un pequeño curso de agua, que forma una modesta cascada, contribuyendo a aumentar el frescor de por sí importante en la zona.
Cruzaremos este arroyo y ascenderemos suavemente inmersos en la densa vegetación hasta encontrar un pequeño claro en el que se alza imponente un grandioso ejemplar macho de tejo (Taxus baccata). El enorme tronco de este individuo sin duda nos sorprenderá, ya que es excepcionalmente grueso. Se le estima una edad superior a los 1.000 años. Tendremos ocasión de contemplar también otros tejos en la zona conocida como la Tejeda de la Cañada de las Fuentes."
Waypoints
Mountain pass
5,718 ft
Collado Angosto
Comments (9)
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Easy to follow
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Moderate
Preciosa ruta que hemos disfrutado con los peques con el aliciente de haber pillado algo de nieve.
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Moderate
La ruta está muy bien, pero no la completamos, el gps del móvil nos daba que el final de la etapa, estaba más lejos de la realidad, así que nos dimos la vuelta cuando nos faltaban 500 m para llegar, jajajajajajaja
Hola Paco, es una pena pues el pino de la Entrega es una maravilla.
¡Saludos!
Pino de la Entrega , espectacular!!
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Moderate
Pino de la Entrega , espectacular!!
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Moderate
Muy buena ruta para conocer la biodiversidad tan exclusiva de este entorno Natural del Parque de Cazorla, Segura y Las Villas.
Gracias por compartirla.
Gracias a tí Malac por tú valoración, me alegro de que te haya gustado.
Saludos.
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Easy to follow
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Moderate
Corta pero intensa. Calificada como MODERADA, pero si estás pasado de peso y tienes que arrastrar tu propio cuerpo monte arriba (y no señalo a nadie ;-), más vale que te prepares. Se sube mucho en poca distancia. Pero nada que no se pueda arreglar con unas cuantas paradas extra para recuperar el resuello.
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Moderate
Preciosa ruta unos pinos impresionantes y el de la entrega fantastico merece la pena y muy buenas vistas gracias por compartir y colaborar haciendo estas rutas