Tesoros de las Merindades: Atravesando el desfiladero de las Palancas hacia Munilla

Importante
Antes de comenzar esta ruta hay que tener en cuenta que su realización está limitada a determinadas épocas del año. En temporada de lluvias y deshielo, el paso por el desfiladero es más complicado o incluso imposible debido al excesivo caudal de agua. Sin embargo, no es algo habitual y ocurre pocas veces a lo largo del año.

El sobrenombre de "Las Palancas" deriva que unos antiguos tablones de madera que estaban empotrados en la roca, y que servían para superar el desfiladero sin problema. A dia de hoy apenas se pueden encontrar algunos restos de las oquedades en donde se sujetaban.

Volviendo a la ruta, desde el pueblo de Lándraves parte un antiguo camino que, remontando la corriente del arroyo de la Serna, permite acercarse hasta el desfiladero de Las Palancas en poco mas de 20 minutos. En realidad, se trata de un conjunto de estrechas pero altísimas gargantas rocosas que este modesto curso de agua ha sido capaz de horadar a lo largo de millones de años. El primero de los desfiladeros se estrecha paulatinamente hasta que los verticales paredones sólo permiten el paso del arroyo y de un frágil y antiguo pasaje artificial.

Unas piedras estratégicamente situadas permiten acceder a una zona más ancha en la que el camino asciende unos metros y se sitúa en el centro de un impresionante escenario presidido por unos afilados riscos calizos.

Debido a la poca distancia que supone desde el aparcamiento, hemos alargado la ruta hasta el pequeño pueblo de Munilla y su bonita iglesia. A mano izquierda entrando al pueblo se ubica una pequeña necrópolis en un promontorio, desde donde disfrutamos de unas maravillosas panorámicas del Valle de Manzanedo.
Si la naturaleza nos lo permite, claro está.