TINTÍN PADULES TINTÍN

Este sendero lo hicimos el día 13/01/2018, los Andarines Valentín, Enrique Alcaide, Enrique Pozo, Vírtos, José Antonio Gándara y Francisco Rodríguez. Partimos desde una zona de aparcamiento del camino que va desde la presa de Quéntar a la cortijada de Padules, por el Barranco Tintín, concretamente por el camino del Toril, a unos dos kilómetros de la Propia Presa. Desde allí, iniciamos la marcha a pie, por una vereda que tomamos a la izquierda del carril en fuerte ascenso. Tras unos cuarenta y cinco minutos de ascenso pronunciado, llegamos a las inmediaciones del alto de Haza redonda (1.489 alt.), que dejamos a nuestra derecha y continuamos la vereda que sigue bordeando este alto, para llegar otros cuarenta cinco minutos después a la altura del cortijo LA PARRA, que también nos queda a nuestra derecha, y que vemos de lejos.
Tras dos horas y media de camino, y haber bajado al rio Padules, cruzarlo y continuado por su vereda unos veinte minutos más, en ascenso desde el río, llegamos a la cortijada de Padules (todas las edificaciones de piedra y argamasa están derruidas).
A la entrada de la cortijada, hay una pequeña ermita en honor a la Virgen Inmaculada ( me parece), donde paramos para reponernos.
Tras unos minutos de descanso y repostados ya, continuamos la marcha buscando un puente para cruzar el río y emprender el ascenso por la vereda del sendero que conduce al collado del Alguacil, que a su vez nos llevaría de regreso al camino del toril, por el que iniciamos esta mañana la marcha, y en el que dejamos nuestros coches aparcados de los que aún nos distanciábamos unos nueve kilómetros.
Localizado el puente, tras rebasar las casas de nueva construcción de la cortijada, comprobamos que el mismo está en el interior de una finca privada, y desistimos de entrar en la misma, (aunque la entrada se encontraba expedita, dado que tenía su puerta de alambrada abierta). Por ello seguimos el camino, hasta encontrar una indicación del sendero hacia el collado del Alguacil, que nos condujo a un lugar del río por el que pudimos cruzarlo. Y ya no tuvimos más que seguir el sendero en suave ascenso, el primer kilómetro y que nos condujo al camino del toril, que nos llevó directamente al barranco Tintín y tras rebasar los cortijos Murillo, Tintín y Tobalo, llegamos al punto de inicio.
Un día estupendo para andar. En el inicio, y con los efectos de la inversión térmica, ni gota de frio, a pesar de ser las ocho de la mañana y encontrarnos a más de mil cien metros de altitud. Posteriormente salió el sol y el viento brilló por su ausencia.
Unas vistas preciosas, a pesar de la ausencia de arbolado.
Y el final apoteósico en el bar de Perico en Quentar.
Esta ruta es recomendable, para senderistas con una forma física normal. No se trata de un paseo familiar, dado que en algunos momentos, pocos, hay tramillos de monte a través y con una vegetación muy molesta