Toledo (La Guardia). Cerro de Las Maricas.

Longitud: 13 kilómetros.
Tiempo total: 3 horas 59 minutos.
Tiempo en movimiento: 3 horas 08 minutos.
Desnivel acumulado de subida: 195 metros.
Índice IBP: 39.

La ruta de hoy tiene como punto principal el Cerro de Las Maricas, alto llamativo que es bien visible desde múltiples zonas de La Guardia y desde donde tenemos espléndidas vistas de la Laguna y el entorno que la rodea. Para llegar hasta allí compartimos en varios tramos la ruta de Pequeño Recorrido PR-TO 19 que han balizado y documentado recientemente. Siempre vamos por caminos y sendas en buen estado y el desnivel acumulado no es excesivo, el único punto a tener en cuenta es que los últimos metros de subida al cerro se realizan entre mimbreras que tendremos que sortear convenientemente mientras ascendemos. Además pasamos por el Vértice Geodésico de la Mella y la Ermita del Santo Niño, en esta ocasión pasamos cerca de la Laguna pero no nos acercamos a ella. No existe sombra en prácticamente todo el recorrido y nos encontraremos mesas en el Descansadero del Camino de Quijote para poder descansar.

Comenzamos saliendo de la Guardia por el camino que comparten la ruta del Quijote y el PR-TO 19. Antes de llegar a la senda que desciende hacia el Santo Niño nos desviamos para ver el Vértice Geodésico de la Mella que se construyó en junio de 1.983 y se encuentra situado en el alto de la cuesta de la Mella en un mojón de 3 parcelas entre cereal, viña y olivos.

A continuación llegamos hasta la Ermita del Santo Niño que en esta ocasión nos encontramos sin ningún visitante. Podemos comprobar que las vistas que se contemplan desde su mirador cada vez están más tapadas por la copa de los pinos.

Bajamos por el camino asfaltado y, una vez pasada la Residencia que hace años era un hostal y restaurante, llegamos hasta el desvío del mirador de aves de la Laguna que en esta ocasión no seguimos y un poco después al descansadero de la ruta del Quijote.

Seguimos el camino de tierra hasta que subimos el primer repecho para iniciar la subida al cerro de las Maricas por la parte de atrás. Nos introducimos en un pequeño pinar para continuar ascendiendo levemente primero entre tomillo y posteriormente entre mimbreras en una subida más pronunciada.

Esta peculiar formación geológica que se denomina “cerro testigo”, es una elevación con forma cónica que ha quedado aislado en el paisaje debido a la fortaleza de sus estratos después de haber sido erosionados los materiales sedimentarios a su alrededor.

Una vez que estamos en la cumbre podemos contemplar las espléndidas vistas de todo lo que nos rodea. Desde aquí sí podemos ver nítidamente la forma de las tres lagunas enmarcadas en el entorno que forma el valle del arroyo Cedrón.

Desde aquí vemos la Ermita del Santo Niño, el pueblo de la Guardia y un poco más a la derecha el cerro de la Atalaya, otro de los pocos cerros testigos que quedan en la península ibérica. Un cerro testigo u otero es un cerro aislado, relieves residuales esculpidos por la erosión, y se les llama testigos porque mantienen materiales originarios, propios de la plataforma que existió en ese lugar hace millones de años. En el cerro de la Atalaya han sido encontrados restos arqueológicos principalmente cerámicos, así como restos de industria lítica y algún objeto-adorno de la Edad de Bronce. Tiene una altura máxima de 769 metros sobre el nivel del mar, pero se eleva 54 metros sobre el llano circundante. Sus laderas presentan bastante pendiente, sobre todo las que dan al norte y al este.

Después de estar un rato admirando el paisaje, comenzamos el descenso primero por una especie de arroyo y después entre mimbreras. Deshacemos parte del recorrido inicial y ya en la subida a la ermita del Santo Niño cogemos el desvío del camino PR-TO 19 que se dirige entre pinos a la Guardia donde llegamos pasando por el campo de fútbol, la piscina municipal y antiguas cuevas vivienda que cada vez están más tapadas por la maleza.