Tologorri (1073 m.) y Ungino (1099 m.) - Agiñaga (Ayala)

Ruta sencilla con un primer desnivel algo exigente, un largo paseo por la meseta de Sierra Sálvada y un descenso con zonas algo expuestas. Conviene buena preparación física.

Comenzamos la ruta unos kilómetros pista arriba del municipio de Agiñaga, tomando la pista de tierra de la que nos desviaremos hacia el hayedo y pasaremos a un sendero balizado con tramos de bastante pendiente, ya que hay que salvar un desnivel de 500 metros en apenas dos kilómetros y medio.

Al dejar el bosque, que contiene hayas que son auténticas reliquias, pasamos a bordear en ligero ascenso junto a las enormes paredes en dirección a una apertura en las mismas que nos permitirá alcanzar la meseta.

Al llegar a la brecha. Podremos ir ascendiendo tranquilamente con poca exposición a caídas, hasta pasar un vallado y alcanzar el llano de Menerdiga.

Primero torceremos dirección este, con intención de llegar al Tologorri, la punta más prominente de esa sección.

Llegar hasta él es sencillo, por una llanura con algún lapiaz discreto y poca pendiente que salvar.

Desde ahí, volveremos sobre nuestros pasos hasta la brecha anterior, solo que esta vez continuaremos hacia el oeste con la referencia del Ungino sobresaliendo en la sierra.

Para llegar a él, primero hay que descender en zigzag una ladera hasta quedar a sus pies, pero también se puede continuar más adelante y bajar por una pista con pendiente más liviana.

Al alcanzar la cima del Ungino, podremos también sorprendernos con las vistas a través de una ventana natural en la roca. Precaución a los golpes de viento y tropiezos.

El descenso varía al llegar de nuevo a la base de la meseta del Ungino, cuando aprovechamos una brecha para tomar un sendero con bastante pendiente, pero que con el terreno seco, no representa riesgo si se hace con calma.

El sendero está marcado por hitos, pero el ganado bovino tiende a levantar y embarrar el terreno, con lo que hay que mantener la atención a la dirección que se ha de seguir.

Cuando nos acercamos al bosquejo, tomamos la senda más recta hacia la pista que se ve más abajo, zigzagueando y salvando algunos obstáculos poco relevantes hasta llegar al camino abierto.

Una vez en la pista, hay que continuar tomando un par de desviaciones (la primera está un poco oculta) y tras cruzar un par de vados, completamos el último tramo de pista hasta llegar al inicio de la ruta.